El juicio por el femicidio de Ana Calfín podría anularse si no recapturan al prófugo en diez días
El juez reconoció que, mientras Miguel Alejandro Vargas Nehuen sigue prófugo, se abre la posibilidad de que el proceso judicial deba reiniciarse desde cero. El caso suma preocupación e indignación.
Miguel Alejandro Vargas Nehuen, declarado culpable por el crimen ocurrido en Esquel, continúa prófugo desde la madrugada del martes 15 de abril, y el proceso judicial podría ser anulado si en los próximos diez días no se logra reanudar la audiencia de cesura de pena.
En diálogo con EQSnotas.com, el juez Jorge Novarino se refirió a la situación generada tras la fuga del condenado, quien cumplía arresto domiciliario a la espera de la definición de la pena.
La decisión de mantener esa modalidad de detención provocó una fuerte reacción social y el reclamo de la familia de Ana Calfín, quienes habían advertido sobre el riesgo de fuga.
El juez explicó que la responsabilidad sobre el cambio de medidas no recae en su criterio personal, sino en los fundamentos presentados por las partes del proceso.
Durante la última etapa del juicio, el Ministerio Público Fiscal solicitó convertir el arresto domiciliario en prisión preventiva.
Sin embargo, la defensa se opuso señalando que, durante el año y medio que Vargas Nehuen permaneció en el domicilio, no había incumplido la medida.
Posibilidad de anulación del juicio
Consultado sobre las consecuencias que podría tener la prolongación de la fuga, el magistrado reconoció que, si a partir de ahora pasan diez días sin que termine el juicio, se tiene que hacer un juicio nuevo.
“Eso es una posibilidad. La realidad es que no se ha celebrado la cesura de pena, esa es la cuestión por la que lo señalan, pero no puedo aventurarme a esa postura todavía”, expresó al respecto.
Mientras continúa la búsqueda de Vargas Nehuen, con notificación a comisarías y pasos fronterizos, la incertidumbre crece.
La familia de Ana Calfín insiste en que el acusado debía estar en una unidad penitenciaria, no en su domicilio. Ahora, el sistema judicial enfrenta un nuevo desafío: evitar que la fuga de un condenado por femicidio termine con el juicio anulado.