Desde Esquel, la angustia de un periodista por su familia en la inundación de Cerri
Hernán Mercere, periodista de EQS Notas, contó cómo sus padres, de 82 y 77 años, tuvieron que autoevacuarse en medio del temporal. Desde la distancia, él vivió horas de incertidumbre.
Hernán Mercere es periodista, vive en Esquel y trabaja en EQS Notas, pero su corazón quedó en General Cerri, la localidad donde nació y donde aún viven sus padres y gran parte de su familia.
El fin de semana pasado, la tormenta que golpeó Bahía Blanca y sus alrededores los puso en una situación límite: en cuestión de horas, el agua comenzó a ingresar a las viviendas y la desesperación se apoderó de los vecinos.
“Mis padres, de 82 y 77 años, miraban por la ventana cómo llovía sin parar. Hasta ese momento, solo era una anécdota: ‘está lloviendo mucho’. Pero cuando el agua empezó a fluir en sentido contrario por la calle, mi papá lo entendió de inmediato: ‘Juntemos todo porque esto es agua de mar’”, relató Mercere.
En diálogo con Canal 4 Esquel, Hernán contó que en cuestión de minutos, sus padres tuvieron que elevar lo que pudieron: colchones, heladera, muebles. Pero no había tiempo.
Con el agua a la cintura, tomaron la decisión de salir caminando. Hicieron algunas cuadras hasta que los bomberos los encontraron y los subieron a un gomón. Desde allí, fueron trasladados a la delegación municipal y luego a un centro de evacuados, donde una familia los recibió y les dio refugio.
“El tono de su voz me tranquilizó”, dice Hernán, quien durante horas no pudo comunicarse con ellos. “Mi hija, desde Esquel, fue la primera en lograr hablar con mi mamá y me avisó: ‘Ya nos evacuamos’”.
La angustia crecía con cada minuto sin respuestas, sobre todo después de ver las imágenes de Bahía Blanca, con autos flotando y calles convertidas en ríos.
Enfrentar la realidad
Al día siguiente, sus padres pudieron volver a su casa y enfrentar la realidad: el agua había avanzado entre 30 y 50 centímetros dentro de la vivienda.
Cajoneras, placares, bajo mesadas, todo lo que estaba a nivel del suelo quedó destruido, sumergido en un “caldo indeseable” de agua de mar, barro y líquidos cloacales.
Mientras intentaban limpiar y recuperar lo que se pudiera, otra imagen sacudió a Mercere: “El frío me recorrió la espalda cuando supe que un hombre fue arrastrado por una boca de tormenta cuando intentaba destaparla. Lo particular es que fue en la cuadra donde vive mi hijo… Se me cruzó por la cabeza que él pasó por ahí varias veces con el agua encima y que, si por una de esas casualidades le hubieran pedido ayuda, también se lo podía haber llevado”.
Incertidumbre y solidaridad sin límites
La catástrofe afectó a cientos de familias. Muchas decidieron pasar la noche en los techos de sus casas o en altillos.
“Un sobrino mío, de 20 años, estaba solo en su casa, en una habitación en planta alta. Pasaron los bomberos y le pidieron que recibiera a una madre con tres nenes. Así, de golpe, se encontró dándoles refugio”, contó el periodista.
Desde Esquel, la angustia por la distancia se mezclaba con la necesidad de ayudar. “Evalué la posibilidad de viajar, pero la incertidumbre era enorme. No sabía si ponerme a trabajar o quedarme mirando el teléfono”.
El temporal dejó pérdidas materiales incalculables, pero también evidenció la solidaridad en medio de la tragedia. “Mis padres recibieron ayuda. Mis primos y vecinos hacen lo que pueden, pero todos tienen sus propios problemas. Nadie quedó ajeno a lo que pasó”, reflexionó Mercere.
Hoy, en General Cerri, las familias siguen limpiando, tratando de recomponerse. Y, desde la distancia, Hernán sigue atento a cada llamada, cada mensaje. Porque en medio del desastre, la voz del otro es el único alivio posible.
Esquel se suma a la ayuda para las familias damnificadas
En un esfuerzo solidario, se organizó una colecta de insumos esenciales para asistir a quienes lo perdieron todo tras el temporal que azotó la zona en los últimos días.
Se reciben donaciones de agua mineral, alimentos no perecederos, colchones, frazadas, pañales y elementos de limpieza e higiene personal, con el objetivo de enviarlas a las zonas más afectadas.
Quienes deseen colaborar pueden acercar su aporte a los siguientes puntos de recepción en Esquel:
📍 SUM del Colegio Salesiano (Roca 270, entre Almafuerte y Chacabuco – ex Cacique Inacayal)
📍 Transporte Quique (San Martín 2729)
Las donaciones serán recibidas durante toda la semana en los horarios de 9:00 a 12:30 y de 15:00 a 19:30.