Milei elige enemigos mientras cosecha reproches y no habla de lo importante
No son todo lo mismo pero el Presidente logró encolumnarlos en una imagen que hace cuatro meses era impensada. No importa si son o fueron amigos. Muchos lo hacen en defensa de sus intereses, otros se cubren y están los que buscan una oportunidad. '¿A quién le sirve esta batalla?
Solo pasaron 73 días de gobierno. No lo perdamos de vista.
La actitud de la gestión de Javier Milei con la provincia de Chubut, cosechó y cosecha reproches varios. Primero lo hicieron los gobernadores patagónicos, después los de Juntos por el Cambio de todo el país y luego se sumaron algunos más de otros signos políticos que no dejaron pasar el momento (casi como si fuera SU momento).
La decisión nacional de cortar el envío de 13.500 millones de pesos de coparticipación, generó alerta. En principio fue por el modo. Luego porque una vez más dejó a las claras que no hay consideraciones, miramientos ni voluntad de diálogo, inclusive con quienes necesita.
Comunicado va, comunicado viene, tweet va y tweet viene, lo cierto es que la noche del viernes se calentó en todo el país al ritmo de la llama del gas chubutense que prometía ser apagada.
La denominada “rebelión patagónica” escaló.
Chubut y sus cuitas
Chubut es una provincia endeudada desde hace años, mal administrada en los últimos especialmente, y hasta acá sin liderazgos. Un combo explosivo que marca el fracaso de las gestiones económicas pero además la incapacidad de todos los colores políticos para atenderla. La foto es asimilable a al país que la incluye.
Y hoy en un brete mayúsculo. No hay manera de resolver los conflictos económicos existentes, sin política. Y esa discusión no está en el micromundo Twitter. Pensarlo así es no conocer el lugar que se pretende gobernar, ni la necesidad de articular esfuerzos para reconstruir.
La película política de terror (por momentos surrealista) que cerró el viernes 23 de febrero en la Argentina y que tuvo como protagonista al Gobernador Torres con su remera blanca respondiendo en un medio nacional y la del agresivo león presidencial tratando de “Nachito” por twitter a un mandatario elegido por su pueblo, fue nefasta.
La pregunta es hasta donde son y parecen tan buenos y tan malos unos y otros. Y la segunda es ¿sirve sostener esa dicotomía?. Y si la respuesta es positiva ¿a quién le sirve?
Torres tiene 35 años. El desafío es parte constante de su discurso. “Si me aprietan lo digo” es su leit motiv. Y expone, expone, expone. Así lo hizo esta vez para todo el país, amenazando con cerrar la válvula del combustible y el gas si no se respeta el envío de recursos asignados.
Hasta aquí, localmente la manera le funcionó. En primera instancia porque (sin ánimo de restarle mérito) no resultó tan complejo posicionarse en un escenario lamentable como el que dejó Mariano Arcioni. Por cierto, párrafo aparte para el último Gobernador refugiado en las filas justicialistas quien se sumó a la batalla twittera de cierre de semana, casi fingiendo amnesia. “Siempre vamos a defender a #Chubut, que ya ha sufrido las consecuencias de gobiernos centralistas. El Federalismo es nuestra única bandera” expresó como si fuera un espectador del montón.
Ignacio Torres sabía que llegaba a administrar una provincia que peleó el último lugar de la tabla en términos de transparencia hasta el año pasado y con ese antecedente debía enfrentar además una gran concentración de vencimientos de deuda en este 2024. "Lo que hubo es una administración irresponsable, alivianaron la gestión anterior y concentraron en los siguientes cuatro años” señaló a poco de asumir el Ministro de Economía, Facundo Ball.
El escenario elegido (o impuesto) inicialmente en esta discusión fueron las redes sociales. Sin embargo el volumen fue aumentando, y también la territorialidad del conflicto.
El joven gobernador insiste una y otra vez con que es una actitud revanchista directamente ligada con el resultado exitoso del planteo que hizo ante la justicia, en reclamo del subsidio del transporte.
Y en un intento claro de perimetrar el tema a lo político, remarca que esto solo lo hicieron con Chubut. Sabe que lo judicial va por otro lado. Es el juego que le queda. La construcción política personal debe ir a una velocidad meteórica para sostenerlo.
Enemigos se buscan
En un escenario con una crisis social enorme, con más de la mitad del país en estado de pobreza, prevalece una discusión rancia y agrietada entre “buenos y malos”. Sin embargo ya no impera la lógica de hace algunos meses entre los K y los no K. El paraguas sería quien está de acuerdo con Milei y quien no.
Si ese es el juego Milei seguirá subiendo al ring púgiles que rindan en redes para alimentar su núcleo duro y crear enemigos. Esta vez sólo le faltó decir “¿qué te pasa Nachito, estás nerviosho?” al mejor estilo kirchnerista.
El Presidente deslegitima al periodismo en su conjunto con títulos taquilleros que parten de la generalización, cuestiona a periodistas en particular de modo agresivo (curiosamente en su mayoría mujeres), a los gobernadores que no le dan la razón, y a agentes de la cultura que le molestan. Dice sin decir. Habla de una casta cada vez más amorfa.
Personaliza y a la vez evita la discusión de fondo. Pone nombre y apellido, como en el pueblo donde el “quien” vale más que el “qué”. Reduce las discusiones, pero impacta. Y distrae.
Pero Torres no es Lali.
La interna de Juntos por el Cambio también juega. El silencio público de Mauricio Macri quien estaba al tanto de la situación desde el minuto uno, es ensordecedor.
Y la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que el 10 de diciembre acompañó al joven Gobernador de Chubut en la asunción marcando un cariño especial, salió al ruedo tuitero (otra vez) para señalar que “Ningún miembro del PRO puede estar de acuerdo ni validar la amenaza de confiscar propiedad privada. No solo es obsceno hacer esa amenaza, sino que son afirmaciones que ahuyentan inversiones, la creación de empleo y el progreso de nuestro país. El dilema es simple: o todo sigue igual o abrazamos la libertad y cambiamos.”
Quizás esté impulsando a Torres a darle forma a un partido provincial que le permita capitalizar lo que quede, cuando baje la espuma.
Mientras tanto el ministro Caputo casi a modo de advertencia y jugando al dominó señala “Actualmente, hay otras 10 provincias que tienen deudas con el Fondo Fiduciario, en iguales condiciones”.
El ida y vuelta constante y twittero entre los distintos actores de la política nacional y patagónica solo ha servido para elevar la distancia y el tono en posiciones extremas.
Este intercambio “de película” es probable que tenga dos correlatos más frente al fracaso del diálogo político: uno gremial y otro judicial.
El primero podría ser el camino para hacer efectiva la advertencia de Torres, y el segundo para conocer el desenlace que hoy tiene final abierto.
Solo pasaron 73 días de gobierno. No lo perdamos de vista.