Geraldine Roberts: Deportista, estudiante y líder en la lucha por la inclusión
Una particular enfermedad y los paliativos para combatirla disminuyeron su capacidad visual. El amor de la familia y el deporte forjaron en ella el temple necesario para enfrentar desafíos, hoy es la Presidente más joven de la historia del Consejo Municipal de Discapacidad.
Geraldine Roberts Ludueña nació en Esquel, tiene 24 años y cuando tenía tres y medio una enfermedad llamada Steven Johnson comenzó a afectar su organismo, generando cáscaras y costras que le provocaba un inmenso dolor en cada milímetro de la piel.
La afección llegaba también a los párpados, boca y garganta. Una malograda intervención oftalmológica tendiente a abrir su ojo derecho derivó en una lesión irreparable que agravó aún mas la discapacidad visual que se estaba gestando.
Hasta que llegó un diagnóstico eficaz, los médicos la trataron como a una paciente con varicela por eso el síndrome avanzó implacable.
Aquella bebé Geraldine solo toleraba el contacto físico en sus cejas, algo que descubrió la abuela Sonja Eggman en un intento de brindarle contención afectiva para apaciguar su dolor sin generarle mas molestias, ya que nadie la podía cargar o acunar porque cada roce se sufría como quemaduras.
Previo a padecer la enfermedad y a poco de haber nacido, según relata Geraldine, su madre biológica rompió vínculo de pareja con su papá y se generó una distancia también con ella. Luego, el tiempo y los años le trajeron una mamá del corazón y de a poco se fue reconfigurando la familia con la llegada de sus hermanos "para mí, la mía es una familia numerosa, porque a mí la sangre nunca me vinculó y es por eso que tengo mucha familia del corazón. Mi mamá es Alejandra Conesa, una mujer que me adoptó cuando tenía cuatro años al momento de formalizar con mi papá Ricky, un profesor bastante conocido de la ciudad por el hockey o el deporte que venga (risas); ellos son el principal punto de apoyo que tengo con mis abuelos Jorge Roberts y Sonja Eggman" remarca Gery como le dicen sus amigos.
Al definir el tiempo de crianza transcurrido a solas con su padre Gery describe "Mi papá fue papá y mamá por mucho tiempo. Cuando yo tenía ocho meses él se hizo cargo de todo y salimos adelante hasta que se nos unió Alejandra. Así es como se fue creando una familia ensamblada de la que estoy super agradecida. Tengo cuatro hermanos pero tengo más relación con los mas chicos por parte de papá y mi mamá adoptiva, porque me crié con ellos. Papá me ha enseñado a quererlos y a respetar la familia que elegís. Además mi mamá del corazón acaparó, sobresalió dio y dará por mucho tiempo mas el apoyo que necesito porque estuvo en cada momento de mi vida".
Una vez que los médicos lograron revertir el efecto de la extraña enfermedad que aquejaba a Geraldine, una nueva vida empezaba a transitar desde la perspectiva de una persona con discapacidad con las secuelas que quedaron "pérdida total del oído derecho, disminución del oído izquierdo y visual. Hasta los 8 años de edad veía aproximadamente bien con lentes para soportar las luces, luego mi visión se redujo abruptamente y a los diez u once años el último diagnóstico de campo visual es de un cinco por ciento en el ojo derecho y quince en el izquierdo que es el que mas utilizo para la movilidad y todo" señala.
Cuando llego el tiempo de ir a la escuela, Geraldine nos contó como fue su ingreso al jardín de infantes, el salto a la escuela primaria con una cuota de bullying, la secundaria donde cosechó muchas amistades y sus anhelos profesionales para consolidarse en el periodismo deportivo “después de la enfermedad entré al jardín del barrio Malvinas, tengo recuerdos bastante vívidos de esa época, no hubo una diferencia por el hecho de tener una discapacidad, pero ya entrando a la primaria, en la escuela 8 que por entonces era la única que aceptaba chicos con discapacidad".
En la charla Geraldine explicó a EQSnotas.com que simultáneamente asistía a la escuela 527 para ciegos y disminuidos visuales en contra turno "mi realidad era estar en dos escuelas de mañana y de tarde porque en la 527 me ayudaban a manejarme (con la discapacidad) y a no depender de alguien para hacer una u otra cosa. Por entonces me ayudaban para las actividades de la escuela 8 con hojas de renglones hechos a mano con marcador, para que pudiese escribir, porque no los veía, me adaptaban los mapas, etc”.
“En la infancia hay crueldad también, recuerdo algo de estar en el salón y que un compañero preguntara ¿por qué Gerald tiene mas beneficios que nosotros? y yo me puse mal, entonces ahí empecé y empezaron a entender que yo no tenía la facilidad que tenían ellos, porque hacían chistes con un gesto y yo jamás los cazaba...”
De todas maneras el tiempo y la vida misma generaron un temple especial ( y quizás necesario) para construir su presente “de chica nunca me pude defender de comentarios o palabras que me hicieran mal cosa que con el tiempo fue cambiando porque llegué a ser muy mecha corta” dice entre risas
Y un día llegó el amor por los libros
Adentrarse en la lectura y a muy temprana edad, le permitió a Geraldine descubrir un mundo completamente distinto “Siempre me gustó desde la infancia, hasta que perdí la capacidad de leer un libro físico pagándomelo casi a la retina para poder hacerlo, me leí casi toda la biblioteca de la escuela 527 y de la escuela 8 también.” destaca.
Luego recuerda “En la secundaria encontré compañeras que eran lectoras y me iban facilitando opciones desde la tecnología, porque en ese tiempo no manejaba ningún aparato electrónico y de a poquito empecé con computadoras, celulares y cosas así para meterme en ese mundo. En cuanto me dieron la computadora de las que entregaba el gobierno, las profesoras me recomendaron la página para acceder a una biblioteca virtual para personas con discapacidad visual y así descargar material de cualquier género y formato, tanto en audio descriptivo como en formato de lectura word. El primer año me leí mínimo 100 libros, adquirí algo que en mi infancia me era muy reducido ya que usábamos en la 527 un aparato que se llama magnificador (para ver las letras mas grandes) y que usaba más para lectura recreativa que para hacer la tarea” marca con cariño y risas.
El deporte se instaló como otra de sus pasiones
A Geraldine el deporte le corre por la sangre, forma parte del ADN familiar “Hay mucho deporte en la familia, porque la abuela Sonia (Eggman) y papá Ricky son profesores de Educación Física. El deporte estuvo conmigo desde antes de mi enfermedad papá me enseñó a nadar a los tres años y yo no le tenía miedo al agua, me tenían que parar porque no me aguantaba sin tirarme por eso la natación fue mi primer deporte, después hice hockey también con papá como entrenador hasta los ocho años, donde ya se tornaba peligroso que yo agarre un palo y corra detrás de una bocha que casi no se ve. También en otro tiempo hice gimnasia deportiva, danzas árabes y otras más”.
Ampliando sus horizontes deportivos destaca “En el secundario volví a la natación y ahí se me abrió otro mundo, el de los torneos Evita donde pude conocer y sumarme a grupos de personas que eran como yo (con discapacidad) un ámbito que me gustó principalmente porque a pesar de las medallas y los entrenamientos puedo decir que en el deporte adquirí amistades que siguen vigentes, una de las mejores épocas que tuve porque además me gustaba muchísimo viajar, lograr esa independencia a los 11 años sin papá ni mamá y fue así donde empecé a soltarme”". Recuerda con cariño a los profes Yanina Baliente, Pablo Lara, Lorena Rivadeneira y algunos otros de la costa que "de a poquito me permitieron aprender a manejarme por mí misma sin tener el miedo que me pase algo y sin estar bajo el ala de papá o mamá".
Y vamos sumando con el fascinante mundo del GOALBALL
Después de varios años haciendo atletismo y natación, Geraldine fue convocada desde Rawson por Graciela Oller precursora del paralímpico deporte Goalball “Graciela es referente histórica de la Patagonia en esta disciplina de alto rendimiento que se practica mucho en los países del primer mundo; un deporte que me gustó muchísimo con el que llegué al nacional de San Fernando en 2014. Hasta ahí siempre había hecho deportes individuales, el esfuerzo de equipo es conjunto estén dentro o fuera de la cancha, algo que me enamoró totalmente y después en 2016 fue mi último Evita haciendo natación por lo que ingresé al Goalball definitivamente y me gustó mucho por el dinamismo, trabajo en equipo con compañeros brillantes”.
El crecimiento de Geraldine fue sostenido al punto que en el año 2018 ingresó a la selección nacional de Goalball femenino, "algo que me permitió viajar principalmente dentro del país. No tuve posibilidad de ir a algún torneo afuera, solamente participé de un triangular con Paraguay y Uruguay que se hizo en Buenos Aires y donde Argentina salió victoriosa. Después estuvimos en los torneos sudamericanos de San Luis y en el último barrido selectivo entre tres compañeras para participar del mundial de Portugal, quedó una chica cordobesa en mi puesto” remarca.
Pero también llegó el fin de la alta competencia y el planteo de nuevos objetivos
Relata Geraldine que tuvo que poner freno a sus aspiraciones deportivas cuando dejaron de ser placenteras y se transformaron en un padecimiento.
"Con el tiempo los viajes para mi fueron una tortura porque tenía que ir con tiempo a sacar pasajes, viajar dos días, entrenar cuatro días, volver... era un desgaste físico, mental y emocional donde tenés que dar mucho de vos llegué a un punto donde no podía con toda la presión y solicité no ir a la siguiente concentración y no volvieron a llamarme, así que me focalicé en mis estudios. Por esa rutina perdí muchos momentos importantes familiares, cumpleaños que pasé en viaje. Entonces en mayo de 2023 dejé definitivamente la selección, no dejé de entrenar Goalball porque me apasiona por suerte pude ingresar a entrenar con unos chicos de Comodoro Rivadavia, volviendo a mis raíces de jugar porque quiero y no por romperme el lomo obligatoriamente, para que tal vez no se den cuenta que hago un esfuerzo de 110 por ciento".
Momento de seguir con estudios superiores y el despertar de la vocación periodística
Había que buscar una profesión para desempeñarse en la vida y Gery inició por el derecho, aunque la desazón fue grande por los obstáculos que se le presentaban "Empecé con abogacía, pero después de seis meses de batallar con la falta de accesibilidad en la facultad de la Universidad San Juan Bosco, dije no... porque tampoco me lo facilitaban. Iba con la psicóloga y me tenía que leer las fotocopias borrosas que me daban, ellos no me podían adaptar el material bibliográfico, la escuela 527 no tiene injerencia en el ámbito universitario, por lo tanto no les podía ocupar el magnificador para poder leer, entonces desistí..." Después vino una tecnicatura de personal trainer para no perder el año, ni la cotidianidad de sentarme a estudiar diariamente".
Pero Geraldine no bajaba los brazos en su afán de buscar una profesión para desarrollarse “Continué probando alternativas con el Profesorado de Lengua y Literatura, hasta que llegó la pandemia cuando llevaba dos años cursados y el adaptarme a la movida de la digitalización del material de estudio perdí bastantes materias. Después me tomé un año sabático que lo dediqué al deporte por completo, pasado ese tiempo hubo un cambio de currícula y material, por lo cual todo se tornó mas difícil y hasta aburrido. Fue entonces que inicié el periodismo deportivo, voy por el segundo año que estoy haciendo de manera virtual y está la posibilidad de pasarme al periodismo general en alguna otra localidad.”
Los referentes locales del periodismo deportivo
Cuenta Geraldine que el despertar de esta vocación viene de haber conocido a dos destacados periodistas deportivos de la ciudad “como referentes principalmente tengo al Chavo (Carlos) Ortiz que siempre ha estado en mi cabeza, porque nos seguía a todos lados con el deporte, después Andrés Hernández alguien que metió la discapacidad en el ámbito del periodismo deportivo. Él me incitó a seguir la carrera desde la universidad virtual y El Chavo que insiste con que empiece a hacer programas deportivos con la especialidad en discapacidad” destaca Gery.
Un dato que no es menor y vale tomar "en las coberturas como las de los paralímpicos, los relatores no tenían idea de lo que se estaba jugando y lo único que sabían era de fútbol para ciegos por la trascendencia de Los Murciélagos que son los más conocidos."
La Presidente más joven de la historia del Consejo Municipal de Discapacidad
La militancia por los derechos de las personas con discapacidad la llevaron a Geraldine a transitar por un camino que la lleva a brindar duras batallas en la sociedad y las instituciones “inicié mi participación en el Consejo (municipal de discapacidad) cuando tenía 16 años, porque desde mi escuela habíamos hecho un proyecto solidario y mi idea fue enfocarlo a la discapacidad para a apropiarme de esta parte de mi que siempre me acompañó. Ya no renegaba de mi discapacidad o limitaciones pero si con las limitaciones que la misma sociedad me imponía y que las quería romper y no podía”
Explica además Geraldine que todo comenzó “principalmente en entrenamientos laborales con pasantías desde la Municipalidad con el profesor Carlos Baroli, inicialmente como secretaria administrativa relativa al funcionamiento del consejo, donde desconocía de su existencia y funciones".
Luego fue creciendo a partir de sus inquietudes y aportes "En los últimos años fui ganando mas presencia y levantando la voz como persona con discapacidad, siempre me incliné a la parte del deporte y las falencias que existían las iba a plasmar para que desde el Consejo se haga algo para cambiar las cosas para los deportistas con discapacidad. Luego de la instrucción de Carlos Baroli, Jacky Nasif me tomó bajo su ala y desde ahí fuimos subiendo porque el carácter de ella es muy parecido al mío y me potenció porque logró sacar de mi, ser una persona orgullosa de su discapacidad”.
“Tengo la idea que las personas con discapacidad tenemos tantas cosas facilitadas o exigimos muchas cosas reclamando derechos, pero también tenemos obligaciones y responsabilidades que aportar entonces lo que quiero dejar en huella es que el consejo se integre totalmente por personas con discapacidad”
El tiempo de interrelación con los integrantes del Consejo le brindó herramientas de expansión en la lucha por los derechos “Con la exposición que nos dio el programa de radio que hicimos en Radio Nacional me aferré tanto al movimiento de las personas con discapacidad que logré salir de mi zona de confort (la discapacidad visual) y aprendí de otras personas de la comunidad que me pidieron que con esta condición de no tener pelos en la lengua me atreva a ser consejera o presidenta de forma oficial. Me tomé un tiempo, lo pensé porque era una responsabilidad muy grande porque me auto imponía barreras por no ser profesional en la materia, algo prejuicioso que absorbí de la sociedad y después de conversarlo con familiares e integrantes del consejo decidí aceptar."
Sin embargo le advirtieron que no iba a ser sencillo, tomó la observación pero no esquivó la posibilidad. “Algo que me recalcaron los demás integrantes del consejo cuando asumí, es que me iba a chocar con toda la gente y si alguien se me ponía en frente y no me ayudaba lo iba a pasar por encima (risas) porque muchos que me conocen saben que si me propongo algo trabajo como burro literalmente.”
Gery no esquiva nada. Usa las palabras justas, tiene sus planteos pero además asume obligaciones y responde por ella. "Tengo la idea que las personas con discapacidad tenemos tantas cosas facilitadas o exigimos muchas cosas reclamando derechos, pero también tenemos obligaciones y responsabilidades que aportar entonces lo que quiero dejar en huella es que el consejo se integre totalmente por personas con discapacidad. Esta actividad que hago ad honorem me dignifica de una manera impresionante, porque en definitiva me permite llegar a un organismo de gobierno para presentar proyectos destinados a personas con discapacidad y permitirme en un marco de respeto remarcarle a aquellos que están en los altos mandos que hagan las cosas bien”.