Caminó desde El Bolsón hasta Bariloche para volver a casa
Una mujer de Buenos Aires, se quedó en la calle y definió volver a su casa andando. Caminó por la ruta 23 hs seguidas, fue detenida y liberada.
La cuarentena obligatoria sorprendió a Estefanía Quiroz, de 28 años, sin trabajo y sin dinero, a más de 1600 kilómetros de su domicilio, en Buenos Aires. Recorrió a pie más de 120 kilómetros. Fue detenida, intentaron imputarla y el juez la liberó.
Estefanía caminó 23 horas desde El Bolsón hasta Bariloche en soledad con el único objetivo de llegar a su hogar en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires.
Explica que sin dinero y nadie que la ayudara, la única alternativa era caminar. Y salió a la ruta con muy pocas pertenencias en una bolsa y mucho coraje porque no había estado en esta zona cordillerana antes.
Lo único que tenía claro es que tenía que seguir por la ruta nacional 40 y con esa única indicación definió salir el viernes a las 15:30 para llegar a Bariloche el sábado a las 12:30.
"Pensé que como era un centro turístico hallaría la posibilidad de poder regresar a mi casa", cuenta Estefanía al Diario Río Negro.
Las horas en la ruta
Dice que las primeras horas de la caminata fueron amenas. "Escuchaba música con el celular y pensaba que tenía que volver a mi casa: nada más", manifiesta. No tenía comida. Una botella de agua era todo lo que había preparado para el viaje. "Es que no tenía hambre, solo quería caminar para venir a Bariloche", afirma.
La noche del viernes la sorprendió con muy poco abrigo. Solo contaba con su campera. Describe que el cielo estaba cerrado y había poca luz. "Por eso, me guié por la pintura blanca de la ruta y el celular que usaba como linterna en las partes más oscuras", rememora. Recuerda que hubo momentos que tuvo mucho miedo y el frío calaba los huesos. La única alternativa era seguir.
En un descuido perdió su celular. "Se me cayó del bolsillo del pantalón y lo busqué a oscuras. No lo pude encontrar porque cayó en unas matas de mosqueta parece porque me pinché todas las manos", describe.
Comenta que el cansancio venció su resistencia en la madrugada del sábado. Buscó un lugar al costado de la ruta, donde pudo refugiarse. Allí, intentó dormir sobre una piedra. "Pero no podía", asevera. Tenía miedo de que alguien la sorprendiera sola en ese lugar. Después de varios intentos, pudo conciliar el sueño por un rato. Con las primeras luces del alba, volvió a la ruta.
Cuando observó las primeras viviendas, sintió un alivio porque estaba cerca de Bariloche. Un control policial la interceptó el sábado al mediodía. Eran policías de la comisaría 42 que le advirtieron que estaba violando el decreto nacional que prohíbe circular en la vía pública. Terminó en la unidad policial, demorada porque además no portaba su documento de identidad. "Solo ando con una constancia porque lo perdí en Buenos Aires no me llegó el nuevo", puntualiza.
En la comisaría le tomaron las huellas dactilares. Horas después, surgió que no tenía antecedentes penales y recupero la libertad. No tenía adonde ir. Tampoco conocía a nadie en Bariloche.
Un policía le dio el contacto de una familia del barrio Nahuel Hue que no tuvo problemas y la hospedó. Esa noche cenó. Relató su historia a la familia que no podía creerlo. "La señora me decía que tenía para escribir un libro", recuerda Estefania, que asegura que es enfermera desocupada.
Caminó hasta el Centro Cívico, preguntó en la Policía y tampoco hubo una solución. Estefanía se propuso caminar. "Yo solo quería caminar, no me importaba el dolor de las piernas", reitera.
Explica que siguió por la Costanera hasta que descubrió la vía del tren. Siguió esa traza en dirección a Dina Huapi. Cruzó el puente sobre el río Ñirihuau. En Dina Huapi no paró.
"Había estimado que me llevaría 309 horas caminando llegar hasta Buenos Aires", rememora. En la caminata recuerda que vio un cartel que indicaba Piedra del Águila a 198 kilómetros. Su esperanza era que en la ruta pasara alguien y la llevara.
Sabía que si encontraba otro control policial tal vez la detendrían. Cuando llegó al atardecer del lunes al río Limay, bajó hasta la orilla. Era una misión imposible. La naciente del Limay es peligrosa por lo profunda y turbulenta. No tuvo más remedio que cruzar el puente que une Neuquén y Río Negro. Un policía salió al paso y le advirtió que no podía caminar por ese lugar. Y le ordenó que retornara. Intentó explicarle que solo quería seguir caminando porque quería volver a su casa.
Volvió y pidió ayuda a policías que estaban en el puesto de control policial de Dina Huapi, situado a pocos metros del puente. Allí, los policías le explicaron que no podía andar circulando y esa noche Estefanía quedó demorada.
La trasladaron hasta la comisaría 36 de Dina Huapi, donde estuvo alojada hasta este miércoles por la mañana, cuando la trasladaron hasta el edificio de Tribunales para la audiencia de formulación de cargos. Asegura que los policías la trataron bien.
Este miércoles se hizo la audiencia judicial y el Juez Sergio Pichetto definió rechazar la acusacion la dejó en libertad.
Estefanía sigue buscando la manera de llegar a casa-
Fuente: Río Negro