Tras el requerimiento realizado por el fiscal Santiago Roldán, a cargo de la Fiscalía Federal de Esquel, el Juzgado Federal de esa jurisdicción elevó a juicio oral la causa donde se investiga a un productor agropecuario por trata de personas con fines de explotación laboral

Tras la elevación, el caso quedó radicado en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Comodoro Rivadavia.

De acuerdo a la acusación, Enrique Silva fue señalado como responsable de “trata de personas bajo la modalidad de traslado y acogimiento, con fines de explotación laboral, agravado por mediar abuso de la situación de vulnerabilidad de la víctima”. 

El delito tiene prevista una pena de 5 a 10 años de prisión, de acuerdo a lo estipulado en los artículos 145 bis y 145 ter inciso 1 del Código Penal.

Para la fiscalía, Silva trasladó a la chica desde Chaco hasta Chubut con la finalidad de explotarla laboralmente, “para lo cual se aprovechó de su situación de vulnerabilidad dada por condición de mujer migrante de un pueblo originario, su realidad socioeconómica, su carencia de formación educativa y la falta de vínculos familiares cercanos en atención a la lejanía de su lugar de origen”.

La investigación

La causa se inició en septiembre de 2021, cuando la madre y la hermana de la víctima realizaron una denuncia ante el Departamento de Lucha Contra la Trata de personas de la Policía del Chaco. 

Allí, relataron que la joven había viajado desde aquella provincia hasta El Hoyo, en Chubut, por una oferta laboral y que al llegar se encontró con condiciones muy distintas. Afirmaron que no la dejaban regresar y que la chica temía por su vida.

Tras esta presentación, los efectivos se pusieron en contacto con el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Chubut, que dio intervención a la Unidad Regional de Esquel de la policía chubutense. 

Tras el rescate de la joven, fue entrevistada en la Comisaría de la Mujer de El Hoyo, donde contó lo que había vivido entre el 12 de septiembre de 2021, cuando llegó al establecimiento frutícola y el 21 de septiembre de aquel año, cuando fue auxiliada.

En el requerimiento, el fiscal resaltó lo relatado por la joven, que vivía en una comunidad originaria del norte del país, y que se contactó por Facebook con otra mujer -oriunda de su provincia- que se encontraba trabajando en una tienda en Chubut donde supuestamente le pagaban un buen sueldo.

En agosto de 2021, Silva llamó a la víctima y le ofreció un salario semanal de 8000 pesos, que era lo que la chica cobraba por mes. 

El imputado le compró el pasaje y la víctima viajó hacia Chubut el 12 de septiembre de aquel año. Al día siguiente, la llevó a limpiar unos locales pero el resto de los días, por orden del hombre, se encargó de limpiar otras casas y la oficina de la chacra. Luego, le ordenó que trabaje en la plantación de frutillas.

La joven contó que los primeros días trabajó desde las 9 hasta las 22 y que la comida que le había dejado Silva estaba vencida. Además, mencionó que en varias oportunidades, el hombre tuvo “conductas impropias” con ella y que la abrazó y agarró sin su consentimiento.

La captación y el aprovechamiento

En el requerimiento, la fiscalía enumeró los elementos que daban cuenta de que Silva compró los pasajes para que la joven llegue a Chubut y cómo instrumentó la maniobra para que se alojara en una de las casas de la chacra ubicada en el Establecimiento Frutícola Silva

También, se hizo foco en que el acusado se aprovechó de la situación de vulnerabilidad de la joven, que tenía una situación económica muy precaria.

“Tal como mencionaron las profesionales del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las personas damnificadas por el delito de Trata, la migración interna también genera vulnerabilidad”, se explicó en el dictamen.

Allí se señaló que la joven se trasladó desde su provincia natal y donde residía su núcleo familiar, a Chubut, una provincia lejana, “donde no conocía a nadie, donde las condiciones de vida son muy diferentes a las que ella conocía en su lugar de origen”.

“Es importante volver a mencionar que la oferta realizada por Silvia, se vio frustrada ya que, no sólo no se cumplió lo prometido, sino que se transformó en un escenario de incertidumbre laboral que, además, incluyó insinuaciones y amenazas por parte de su empleador tornando todo en un escenario atemorizante y de desprotección”, afirmó el fiscal.

Además, agregó que la joven se encontraba temerosa por una serie de manifestaciones que le había hecho el acusado, donde le señalaba que debía ser “un poco más abierta con él” y que en varias oportunidades le había tocado las piernas, las manos y la cintura. 

También contó la damnificada que si bien le había prometido un salario semanal, cuando llegó a Chubut Silva le dijo que le pagaría de forma mensual.

“En este sentido, es importante evidenciar que este cambio repentino en la modalidad de pago, posibilitaba mantenerla sometida ya que la joven no contaba con dinero”, indicó el fiscal y puntualizó que Silva conocía este dato desde el momento en que se ocupó de pagarle el pasaje.

“El quitarle la posibilidad de disponer de dinero de manera semanal implicaba que la joven no podía movilizarse por su cuenta (la chacra está alejada del pueblo) y ni siquiera podía comprar sus propios alimentos. Sobre esto último, claramente Silva tenía conocimiento de que no contaba con dinero ya que él le había dejado alimentos en la casa”, agregó el representante del MPF.

“De todo lo mencionado se puede deducir que Silva intentó reducir a [la victima] a condiciones de servidumbre, le cambió las condiciones de trabajo sin siquiera consultarle, para poder mantenerla en el interior de la chacra, tampoco la quería dejar salir (por lo que la joven tenía que escapar), unilateralmente decidió modificar el modo de pago y la suma para intentar someterla a su potestad”, resumió la fiscalía al momento de solicitar la elevación a juicio de la causa.

Fuente:  Ministerio Público Fiscal Federal