Por María Lloyd.

Como una estrella fugaz de día, cualquiera que viva en Esquel o esté de paso y vea un cóndor, se sorprende y emociona. Se trata de un ave sagrada para los pueblos originarios que mantiene la mística y el respeto entre los que tuvimos la suerte de "tildarnos" con su paso y que cada vez tiene más dificultades para vivir en su hábitat natural producto de la acción de "algunos" hombres (lo de algunos, ya verán porqué).

Recientemente se logró el nacimiento de dos cóndores en Buenos Aires, Tayel y Mawun, que serán criados en aislamiento para luego ser liberados en la costa atlántica, desde donde luego de un año, se echarán a volar y pasarán por los cielos de Esquel.

¿Sabías que en el último tiempo vienen ocurriendo muertes masivas de estas preciosas aves? Esto las pone al borde del peligro de extinción y se sabe gracias al trabajo que realiza la Fundación Bioandina, que ha rescatado y rehabilitado a unos 311 cóndores además de otros 72 que han criado en cautiverio para luego ser liberados. ¿Por qué en cautiverio? Pues porque algunos de los ejemplares rescatados no pueden volver a volar y con ellos, se forman parejas para que procreen nuevos cóndores.

Así nacieron las últimas dos aves, en el marco del Programa de Conservación del Cóndor Andino, que además de criarlos, los respeta y considera desde la cosmovisión de los pueblos oringarios, en contraposición con lo que sucede actualmente en la región.

La fundación que preside el biólogo Luis Jacome trabaja en red con otras 80 instituciones, entre las que se encuentran las áreas de ambiente de todos los niveles de Estado y los Parques Nacionales, que colaboran en la detección de cóndores en problemas. ¿Qué sucede con ellos? "En el último tiempo se han registrado muertes masivas que antes no ocurrían y desde hace al menos dos años se han muerto más de 100 cóndores por envenenamiento, lo cual para la población que hay es un montón", denuncia el biólogo.

La primera causa de muerte es el uso de agrotóxicos que hoy están prohibidos, como el carbofuran: "Algunos productores rurales los utilizan para envenenar animales y como el cóndor es carroñero, los ingiere a través de ellos. Las muertes se suceden a un ritmo que pone en peligro de extinción a la especie", explicó Jacome.

La segunda causa de muerte es el uso de balas de plomo en animales como guanacos, que también son ingeridas por los cóndores y los intoxican, además de choques con cables de alta tensión, vandalismo y otras cuestiones. Por eso es muy importante la promoción de campañas de concientización en las 14 provincias andinas: "Hay un tema fuertemente cultural", expresan desde la Fundación.

No toda acción del hombre es destructiva

Acá viene la aclaración de por qué "algunos" y no todos los hombres son irrespetuosos con estas aves sagradas: "El 100% de las muertes son por acción humana, pero en realidad no es tan a quema ropa porque siempre rescato que los pueblos originarios durante miles de años han sido ganaderos y sobrevivieron gracias a eso, con un gran nivel de producción; y sin embargo honran al cóndor".

Actualmente se hacen encuestas a pobladores rurales y campañas educativas: "El centro de rescate esta desbordado por las muertes masivas, actualmente estamos intentando rescatar un pichoncito en Piedra Parada", contó Jacome y agregó un dato importante que también hace la expresión de "algunos" y no "todos": "Cuando se hacen los rescates, la gente que tiene que operar se juega la vida, porque si respiran el agrotóxico, también podrían ser envenenados. Por eso se les provee de mochilas que tienen elementos de bioseguridad, elementos para tomar muestras, saneamiento y todo eso se entrega en el marco de cursos y capacitaciones".

"El tema son los ganaderos nuevos, por eso rescatamos que es un animal sagrado y tomamos esa visión de los pueblos originarios sobre ellos, lo cual forma parte importante del programa desde hace 30 años", indicó Jacome.

¿Cuánto le lleva a un cóndor reproducirse?

Según explica el especialista "es lento". Un cóndor necesita de 10 a 15 años para alcanzar la madurez sexual y forman parejas estables en condiciones especiales, como estar aislados de otras especies. De cada pareja en cautiverio - que por diversas razones no pueden volver a su hábitat natural- se puede obtener un sólo pichón cada dos o tres años. En el marcoo del Programa, a veces les retiran antes el huevo para que pongan otro y acelerar el proceso: "Entonces uno lo crían ellos y otro se cría en aislamiento".

Esto significa que cada pichón es puesto en una caja con vidrios espejados para evitar que vean a los humanos, y se toma contacto con ellos a través de un guante de látex que simula a su madre.

En el caso de los pichones Tayel y Mawun, uno de los huevos fue retirado en el Ecoparque de Temaiken y otro en el Zoo de Olavarría, en Buenos Aires. "Incubamos en el Centro de Incubación Artificial que tenemos en el Ecoparque de Buenos Aires. Tenemos puestas de huevo en otros lados y estamos incubando unos siete cóndores", detalló el biólogo.

Hasta ahora el Programa tiene un récord de cría de cóndor a nivel mundial con 72 cóndores criados y el 100% liberados. El primero nació en 1993 y han logrado con éxito que todos ellos vuelvan a surcar los cielos.

El Rey de los Andes en libertad

Hay dos tecnicas de liberación que dependen de si el cóndor tiene o no experiencia de vuelo: Los que tienen experiencia van en caja de transporte a la provincia donde fueron encontrados (en el caso de haber sido rescatados y rehabilitados) donde se hace una ceremonia y el pájaro se hecha a volar: "Enseguida sabe dónde comer, donde resguardarse", indicó Jacome.

Pero el que no tiene experiencia, como los pichones criados en cautiverio, se sueltan en grupo en Sierra Pailemán, en Río Negro, donde están dos meses en un recinto. Allí pueden observar a otros carroñeros de la zona y necesitan cuatro meses de entrenamiento en la vida silvestre. Después un año más de experiencia para que sean verdaderamente libres y que no dependan del cuidado humano: "Durante ese tiempo se los asiste con comida que se les acerca de noche para que no vean a los seres humanos", explicó Jacome.

"A partir del 2003 empezamos a liberar en la costa atlántica y ya hicimos 16 sueltas, la última fue en septiembre y fue el récord de suelta porque liberamos seis juntos sin experiencia de vuelo. Ya son 53 los que unieron con su vuelo la cordillera con el mar por eso pasan por arriba de Esquel. Muchos ya maduraron y tienen su propias crías y constatamos nacimiento de pichones, lo cual es la frutillita del postre", expresó orgulloso el científico.

Saben cómo se comportan y por dónde pasan porque tiene un sistema de rastreo que permite a los expertos ver su recorrido y comportamiento. "La clave está en la educación. Los pobladores tiene que saber que estas aves tienen también un rol ecológico fundamental por ser carroñeros", expresó seguro Jacome.

A raíz del trabajo del Programa, la concientización de los pobladores de la región y sobre todo, del respeto del ambiente por parte de todos, el Rey de los Andes seguirá siendo el Rey y los seres humanos, testigos afortunados de tanta belleza.