“Soy nadie”: así fue su experiencia al viajar en Aerolíneas
La decepcionante experiencia de una pasajera relatada en primera persona. La necesidad de un mejor servicio. #Mirá
Una pasajera que reside en Esquel, quiso dar a conocer y compartir una carta sobre lo vivido con Aerolíneas Argentinas:
"Soy nadie" respondía habitualmente el bello personaje de Arya Stark en la famosa serie "Game of Thrones"... Esa es la respuesta que debería dar como consumidora que vive en la ciudad de Esquel en relación a la empresa Aerolineas Argentinas. En honor a la verdad no soy viajante asidua, pero si regular y teniendo en cuenta que es la única empresa que arriba a nuestro aeropuerto, a veces es inevitable no lanzar algún exabrupto hacia la política que ha mantenido casi siempre la aerolínea, particularmente en los últimos años.
Primero que nada, agarrate con los precios... ante destinos de igual o similar distancia la diferencia es abismal en la misma fecha: Comodoro $ 5164, Río Gallegos $ 6283, Jujuy $ 5959 y Esquel $ 8215. A eso habría que agregar el cambio de política tarifaria en donde el pasaje más barato (jajajaja, "barato") te lo cobra sin que lleves maleta en la bodega en un intento de competir con las low cost. El pequeño detalle es que en muchas localidades no llegan empresas low cost y en muchas menos solo llega Aerolineas... como en Esquel.
Ni se te ocurra tener un problema de salud en el cual tenes que ser derivado de urgencia. Por dos pasajes solo de ida (ya que no te permite pagar una vuelta con fecha abierta) tuve que desembolsar $ 19.000. Pueden venir con la batería de excusas, que no es rentable el destino (cosa que dudo porque siempre el avión viaja casi lleno), pero la que pone la mano en el bolsillo está de este lado del teclado.
Hasta hace algún tiempo cuando te acomodabas en el asiento ya apreciabas con agrado la posibilidad de disfrutar de videos y música a través de las pantallas adosadas a las butacas delanteras.. En los últimos años este adminículo brilló por su ausencia.. a ver, a ver, ¿qué pasó?
A partir de 2017 por una reglamentación vigente, los vuelos menores a dos horas no servirían ya más comida a bordo. A mi estómago no se le movió un pelo porque habitualmente el vuelo dura más de dos horas. De la cajita con snakcs, "sanguchito" y alfajor pasamos a la bolsita de maní y semillas de sésamo. Con el precio que pagamos el vuelo, me tendría que servir Francis Mallman.
Hace dos semanas me tocó justamente viajar a Buenos Aires en el vuelo que fue derivado a Ezeiza por problemas técnicos. Al descender junto al grupo de pasajeros comenzamos a buscar la pantalla en el sector de entrega de equipaje que diga "ESQUEL" para esperar por mis valijas. Nunca lo encontramos, pero sí uno que decía BARILOCHE. Lo primero que pasó por mi mente es que quizás las teclas S, Q y U del teclado no les funcionaban para formar la palabra de nuestra querida ciudad; puede fallar, decía Tusam.
Y lo segundo que cruzó mi cabeza fue la frase de Arya que mencionaba al principio...Quizás algún día tengamos suerte y los planetas se alineen en un 29 de febrero y las cosas nos favorezcan un poco más. Lamentablemente confío más en los planetas que a las decisiones y gestiones de los hombres.
Por Claudia M. Asorey