"El alimento tiene que ser nuestra medicina. Podemos revertir un síntoma de desarmonía en el organismo a través de él".

En algún momento todos, viajeros y locales, llegamos de oídas o por recomendaciones hasta el rincón mágico de Valerie O'Farrell, lejos del pulso diario del centro de Esquel. Basta con tomarse un minuto para frenar el ritmo y dejarse fluir por el variado y colorido repertorio de alimentos naturales, tés y "pociones mágicas" que hay en Mudra, "Casa de Alimentos para el Cuerpo y el Alma".

Valerie tiene la calma de la experiencia en aquello que profesa y eligió como modo de vida. Un modo que solo se logra paso a paso y a ella le llevó años. Y aunque no finalizó su búsqueda del equilibrio entre el adentro y el afuera, definitivamente encontró muchas respuestas. Cuerpo y alma sincronizados a través de una alimentación consciente, complementados por su formación en terapias alternativas como flores de raff, mandalas y yoga.

En el camino de esta emprendedora y autodidacta, Mudra no es un comienzo, sino una gran solución a años de autoconocimiento e investigación sobre alimentación, nutrición y cocina saludable. Valerie no solo es la propietaria de esta boutique de delicias, sino también es creadora desde hace 13 años de los talleres "Cocina Creativa de Estación" que luego plasmó en un libro. Su esencia es habilitar, compartir, promover su método a todo aquel que se haga un tiempo para escuchar lo que tiene para decir.

Valerie habla de conciencia para entender que la alimentación es el fundamento de un modo de vida, que a veces está impuesto.

De adentro hacia afuera

A través de sus talleres de cocina, Valerie reeduca a camadas de mujeres (las que más se anotan) en el modo de percibir, seleccionar, preparar y comer los alimentos. También se apuntan profesionales de la medicina. Esta iniciativa surgió de la necesidad de compartir su propia transformación, que tuvo inicio en la adolescencia, cuando detectó que sufría horribles dolores de estómago y comenzó a registrar puntillosamente cuáles alimentos le hacían bien y cuáles mal, sin tener ningún diagnóstico médico certero.

"Fui probando y descartando. Investigaba sobre distintos alimentos que habitualmente uno no come. Cada vez me sentía mejor. Llegó un momento en que empecé a sentir rechazo por la carne. Fue lo primero que dejé. En el 2000 dejé el pescado y los mariscos que fue lo último. Hoy por hoy no como pollo, sí lácteos muy poco, y huevos de granja". Le gusta definir su método como de alimentación consciente. "No me encuadro ni en el vegetarianismo ni en el veganismo. He sustituido los alimentos que ya no como y me los preparo yo. Por ejemplo, lo que es el queso crema, que es algo muy adictivo, lo reemplacé por untables de cajú, girasol, almendras que también los tengo en mi negocio".

Los cinco elementos y la energía de los alimentos

"Somos energía y necesitamos alimentarnos con elementos que mayor energía tengan. Los alimentos procesados, envasados, perdieron sus nutrientes energéticos. No es lo mismo comerte una lechuga de un invernáculo que otra que vino desde un camión de Mendoza. Entonces, cuando llega así a mis manos, yo la pongo en un recipiente con agua para activarle esa energía. En la medida en que vamos ingiriendo alimentos vivos y cuando hablo de esto no solo hablo del veganismo que come todas cosas crudas. Porque nuestro organismo está conformado por cinco elementos basados en la teoría china taoísta en la cual fundamento mi libro y deben estar siempre en equilibrio: la tierra, el fuego el agua, el aire y el éter o en este caso hablamos del elemento metal que se corresponden con las cinco estaciones del año, que a la vez tienen que ver con los cinco momentos que podemos tener a lo largo de la vida: desde que somos concebidos, pasamos por la niñez, la adolescencia, la juventud, la madurez, adultos mayores".

Los alimentos que no pueden faltar en nuestro organismo y ¿qué aprenden los asistentes de los talleres?

¿Qué dicen los nutricionistas?

Valerie asegura que los chequeos médicos siempre acompañaron las decisiones que tomó en su alimentación y que a sus talleres concurren profesionales de todo tipo que también le aportaron a ella en sus preparaciones. "Hay que entender que la formación que te da la universidad siempre fue en un sentido. Hoy, vemos que la pirámide nutricional se modificó. La OMS la modificó. Los beneficios de la alimentación vegana en oposición a la carnívora, de frituras, de procesados están comprobados".

"En mi caso, yo atiendo bastante gente y por ahí los padres se horrorizan porque los chicos quieren hacer un cambio de alimentación y les cuesta. Por ejemplo te dicen "ah, no pero tiene el hierro bajo si deja la carne". Y a veces la anemia tiene que ver con un sentir. En general hay más reticencia de los hombres por eso la importancia de la mujer en el rol de la familia. Es la que empieza a generar los cambios en sí misma y empieza a ayudar a los demás. Yo tengo la gratificación de que mis dos hijos comen todo esto que yo propongo".