Principalmente en la época de verano a veces es imposible sentarse al aire libre a comer por la incesante presencia de la avispa llamada chaqueta amarilla. Existen una serie de recomendaciones para evitar la reproducción de este insecto que es una especie invasora que ocasiona complicaciones en hogares y zonas turísticas.

En diálogo con EQSnotas.com, Susana Rizzuto, Dra. en Ciencias Biológicas a cargo del grupo de sanidad apícola del DIEB UNPSJB, señaló que aproximadamente en el año 1996 comenzaron a encontrarla en la localidad.

Indicó que “es una especie invasora, muy agresiva” y se alimenta en momentos de su ciclo de vida de otros insectos y frutos por lo que puede generar problemas en la apicultura, en el ecosistema en general y en la producción.

Además, señaló que “puede picar y morder, por lo que puede ser peligroso convivir con ellas”. Su ciclo de vida es anual. Construyen nidos que son originados por la reinas que sobrevivieron al invierno y cada una funda una nueva colonia durante los meses de septiembre y octubre. Por eso, Rizzuto marcó la necesidad de eliminar a las reinas que han salido durante el invierno para hacer sus nidos y de esa manera ahorrarse un problema durante el verano.

Trampas caseras

En la época primaveral, la trampa que se puede realizar consiste en perforar una botella de gaseosa. Se le hace orificios en la mitad de la botella, se le coloca vinagre y se la puede colgar en el patio de la casa o alrededor de algún frutal.

Vale señalar que en distintos momentos del año tienen diferentes intereses de alimentación. Rizzuto indicó que en este momento del año les atrae las sustancias avinagradas. 

Luego las reinas no van a salir más del nido y salen las obreras, las cuales van a buscar proteínas como carnes y otros insectos. 

Por lo tanto, en la época de verano se recomienda cortar una botella plástica de gaseosa, colocarla de modo invertido en la otra parte y previamente colocarle carne adentro así las chaquetas no pueden salir y mueren. 

Otra manera puede ser realizando orificios a la botella en la parte superior; se llena de agua y detergente hasta los orificios y del pico se suspende un hilo con un trozo de carne.

Rizzuto indicó que al final del verano, estas avispas que van con la carne reciben un intercambio de sustancias azucaradas y como al final de la temporada el nido se está muriendo, no reciben esa sustancia. Por lo tanto, en febrero se van a dirigir a los frutales o a cualquier producto azucarado que podamos tener mientras pasamos el día al aire libre.