Hecho en Los Coihues: un novedoso esquema de comercialización alternativa
La propuesta del docente Mauro Cesetti Roscini que ofrece una intermediación comunitaria entre productores y consumidores #Mira de qué se trata
Dialogamos con Mauro Cesetti Roscini, promotor y participante del proyecto Hecho en Los Coihues, que propicia una comunidad de aprovisionamiento coihuense ofreciendo una intermediación comunitaria entre productores y consumidores.
¿Quién es Mauro Cessetti?
Mi nombre es Mauro Cesetti Roscini, soy geógrafo de formación, orientado al desarrollo local territorial. Soy docente en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (sede Esquel), en la Universidad Nacional de Río Negro y en el Instituto de Formación Docente de Bolsón en temas vinculados a geografía económica.
¿Qué es "Hecho en Los Coihues"?
Partiendo de mi formación pero también como vecino interesado en las cuestiones de su lugar (vivo en Villa Los Coihues, Bariloche), hace 2 años (en noviembre del '19) invité a emprendedores del barrio para pensar juntos un proyecto de comercialización alternativa. Justamente en mi trabajo en la universidad, principalmente en el área de investigación que hacemos con mis compañeros docentes y estudiantes, en los últimos años notamos que es en la comercialización en donde se define buena parte del mercado, no solamente de la actividad comercial que termina concentrada en las grandes cadenas, sino también de la concentración de la producción de productos en grandes firmas de capital intensivo y de poca generación de trabajo, extra locales. Esas cadenas no sé proveen de la producción local.
De esta manera echamos a andar en diciembre del 19 un proyecto que llamamos Hecho en Los Coihues, que se propone vincular de una manera directa a quienes producen y a quienes consumen.
¿Cómo definís Hecho en Los Coihues? ¿Es una cooperativa?
Hecho en Los Coihues se define no como una cooperativa de productores, elaboradores y emprendedores, tampoco como una cooperativa de consumo, sino que va atrás de la idea un poco más amplia que llamamos una comunidad de aprovisionamiento. Esto se debe a que le asigna un rol activo a quienes producen y a quienes consumen, entendiendo que de ese diálogo pueden surgir las mejores formas de producir y consumir localmente: de manera más responsable, más consciente, más sana y más potente a la hora de generar otra economía, desde abajo y desde los lugares.
¿Cómo fue el inicio del proyecto y cuál es su situación actual?
Empezamos con 11 productores y en el primer encargo fueron justamente 11 familias las que realizaron aquella primera operatoria (actualmente vamos por 53). Han entrado y salido varios productores: en el último año hemos sido entre 25 y 30. Actualmente somos 22 y creo que se mantiene la participación de muchos productores porque el proyecto va mostrando una potencia, una capacidad de provocar esta vinculación. Con muchísimas cosas para mejorar, pero mostrando lo conveniente de buscar formas de comercialización alternativas y de apostar a un consumo más consciente.
¿Cómo funciona el sistema?
Básicamente la propuesta consiste en operatorias quincenales. Cada 15 días elaboradores y productores (también hay prestadores de servicios, confeccionistas) incorporan sus propuestas a un formulario en el cual aparecen los montos y el detalle de los productos y éste es difundido vía WhatsApp a través de un enlace a las familias que son parte del proyecto. Las familias ingresan a través del enlace y van realizando su pedido, indican el número de unidades que encargan de cada producto que les interesa, luego envían ese formulario y en las siguientes 2 o 3 horas reciben el detalle para ser revisado y confirmado. A partir de ese momento el encargo queda en firme. Ese formulario queda abierto 5 días y al cabo de ese plazo los productores reciben el detalle agregado con los montos totales de cada producto ofrecido que ha sido encargado. De esa manera se encara la producción, con la seguridad de que ese producto ya está vendido (más allá de que cada productor puede tener otros canales de comercialización, obviamente).
Cerrado el formulario y dando tres o cuatro días para la producción de esos productos, hay un día de entrega que supone, previamente, las tareas de: recibir los productos, cotejar que en calidad y cantidad correspondan con lo encargado, abonar a los productores y preparar las cajas donde se arman los encargos que se entregan al domicilio.
¿Quién hace esto?
Todas estas tareas las hacen los mismos productores: de manera rotativa y equitativa se reparten las tareas. Se arma un equipo para cada operatoria quincenal, que asume las distintas tareas que mencioné (recibir y preparar y repartir a domicilio).
¿Cuál es el espíritu de la iniciativa?
El proyecto Hecho en Los Coihues tiene claramente la intención de construir otra economía, otra estructura productiva, creando y dando lugar al empleo local y a la confianza en las relaciones comerciales: está claramente emparentado con la economía social y popular.
Al mismo tiempo apunta, sobre todo en el caso de los alimentos, a un consumo más consciente y más sano, entendiendo que los productos que recorren 2000 km para llegar a la góndola de los supermercados conllevan el uso de conservantes y aditivos que consumimos sin conciencia y que, aunque estemos muy habituados a ellos y hasta los cataloguemos de sabrosos, nos distancian de los sabores genuinos de los productos naturales, de las recetas particulares, locales, culturales, ancestrales, de ciertos procedimientos y recetas que hacen de la comida no solamente una manera de llenar la panza, ni siquiera sólo una manera de nutrir sino una manera de sentirnos en comunidad, sentirnos juntos haciendo cosas que nos sirven a unos y a otros Por eso a quienes se encargan los llamamos Socios, no los llamamos clientes.
Esta iniciativa que se lleva a cabo en Barrio Los Coihues, Bariloche, nos pareció interesante y nos preguntamos si podríamos replicar o adaptar este modelo en nuestra ciudad, a nivel de las juntas vecinales o de modo cooperativo entre ellos.
Entre los conceptos más fuertes que presenta Cesetti Roscini, rescatamos el de alimentación consciente y saludable, rescatando tradiciones locales. Asimismo el sostenimiento de una economía que tiene a consumidores y productores como protagonistas de la actividad.
Esta experiencia es una invitación a repensar nuestras prácticas productivas y comerciales.