¿Por qué reina el silencio cuando nieva?
Durante la última semana la zona recibió copiosas nevadas que vinieron acompañadas de ese particular silencio. ¿A qué se debe?
Luego de un par de inviernos difíciles, finalmente este año las nevadas han dicho presente de manera contundente en Argentina y Chile. Tal es así, que en lo que va de esta temporada de otoño-invierno 2022 no solo hemos tenido varios temporales de nieve con acumulados realmente destacados en la cordillera, con alertas meteorológicas activas, cierre de pasos fronterizos, viajeros varados y esas típicas complicaciones en alta montaña, sino que también los copos lograron teñir de ese blanco encantador a muchísimas ciudades y pueblitos, dejando un paisaje más que pintoresco.
Esquel, sin dudas, es testigo de esto.
Si tuviste la oportunidad de presenciar una de esas copiosas nevadas, seguramente notaste dentro de este paisaje que el silencio se impone, no es tu imaginación esto ocurre realmente. Este sigilo junto a la imagen visual blanca componen un escenario de cuento listo para disfrutar, sobre todo para los turistas embelesados que llegan desde lugares donde las nevadas no son frecuentes.
La propagación del sonido
El sonido, en física, es una vibración que se propaga como una onda a través de un medio de transmisión (líquido, sólido o gaseoso). El sonido, en fisiología y psicología humanas, es la recepción de tales ondas y su percepción por parte del cerebro. Solo las ondas que tienen frecuencias entre 20 Hz y 20 kHz se encuentran dentro del rango de percepción auditiva de los seres humanos.
La propagación del sonido involucra transporte de energía sin transporte de materia, en forma de ondas mecánicas que se propagan a través de un medio elástico, entre los más comunes se encuentran el aire y el agua. En el aire a presión atmosférica, representan ondas sonoras con longitudes de onda de 17 metros a 1.7 centímetros.
Existen distintos fenómenos físicos que afectan a la propagación de estas ondas. Entre ellos están: la reflexión (llamada eco), la transmisión (la velocidad con la que se transmite el sonido), la refracción (cuando el sonido pasa de un medio a otro), la dispersión (cuando existe un obstáculo en la dirección de propagación), la difusión (rugosidades que hacen que el sonido se descomponga en múltiples onda), y la absorción (en esta última profundizaremos para comprender el papel que juega la nieve en este silencio creado).
Los copos de nieven absorben el sonido
Cada material posee una capacidad de absorción del sonido propia, esa capacidad es la relación entre la energía absorbida y la reflejada por el material cuando el sonido incide sobre él. Tomemos como material en este caso a la nieve.
En la estructura de los copos de nieve está el secreto del silencio, porque cada copo está formado por pequeños cristales de hielo hexagonales casi microscópicos, en esos huecos que se forman hay moléculas de aire que vuelven al material muy poroso. Esta porosidad es una de las principales propiedades de la nieve fresca.
Vista en microscopio de un copo de nieve, se logra ver la estructura de pequeños cristales de hielo hexagonales que lo conforman. Foto: Meteored
Cuando los copos de nieve viajan desde la base de la nube hasta el suelo, en esa caída van capturando partículas de aire, y esto es precisamente lo que ayuda a reducir a su paso todo el ruido ambiental, evitando así que las ondas sonoras se amplifiquen en el ambiente nevado.
Incluso cuando deja de nevar y la nieve está acumulada en capas, el 'efecto silenciador' sigue siendo muy eficiente, siempre y cuando no se comprima ni pierda esponjosidad el material. En este caso miles de copos de nieve depositados, formados por esos cristales de hielo que dejan grandes cantidades de aire atrapado en su interior, siguen absorbiendo con facilidad todo el ruido ambiental.
A la nieve recién caída y de buena estructura se la suele llamar "nieve en polvo", esta calidad de nieve muy porosa y fresca es la más eficiente a la hora de atrapar el sonido (¡y la preferida por los esquiadores!), haciendo mucho más notorio su efecto en el ambiente.
A medida que pasa el tiempo la nieve pierde esa estructura porosa, se reduce la cantidad de aire en el interior de cada copo, y al caminar sobre ella o por cambios en las condiciones ambientales la nieve pierde esponjosidad. Cuando la nieve se compacta deja de absorber el sonido, esa capa dura de hielo superficial que se forma ya no absorbe las ondas sonoras sino que parte de ellas rebotan en esa superficie y por el contrario ahora el sonido viaja más lejos.
Fuente: Meteored