Empatía: de qué se trata y cómo ponerla en práctica
La Lic. en Psicología Lara Kraiselburd nos explica la causa y la solución a muchos de nuestros problemas. #Mirá
Cada vez más, vivimos en burbujas. La mayoría de nosotros estamos rodeados de personas que se parecen a nosotros, votan como nosotros, ganan como nosotros, gastan dinero como nosotros, que están educados como nosotros.
El resultado es un déficit de empatía, y está en la raíz de muchos de nuestros mayores problemas. Se debe a lo homogéneos que se han vuelto los círculos sociales de las personas, y también a que los humanos tenemos prejuicios de forma natural.
Lejos de ser un rasgo inmutable, se puede desarrollar la empatía. Hay pasos que se pueden tomar para reconocer sus prejuicios y moverse más allá de sus propias cosmovisiones , para tratar de comprender la mirada que tienen otros.
Entonces, ¿qué es la empatía? Es comprender cómo se sienten los demás y ser compasivos con ellos. Ocurre cuando dos partes del cerebro trabajan juntas, el centro emocional percibe los sentimientos de los demás y el centro cognitivo trata de comprender por qué se sienten así y cómo podemos ayudarlos.
Algunas personas son más empáticas de forma natural que otras, pero hay ejercicios fáciles basados en evidencia que cualquiera puede hacer para aumentar su empatía:
- Hablar con gente nueva Tratar de imaginar cómo se sienten los demás, no es suficiente. Afortunadamente, la solución es simple: preguntales. El núcleo de la empatía es la curiosidad.
- Inicia conversaciones con extraños o con algún colega o vecino que no conozcas bien.
- Seguir a personas en las redes sociales con contextos diferentes (raza, religión o persuasión política diferentes).
Puede ser útil en la cotidianidad estar en contacto con contenido distinto del que hubiéramos elegido. Leer las reflexiones cotidianas de personas que viven vidas diferentes a la nuestra puede ayudarnos a ser más empáticos.
La empatía constituye la base de la habilidad para establecer vínculos sociales, y puede ensayarse de muchas maneras diferentes. Compenetrarnos con el arte y la ficción, practicar la meditación, o simplemente prestar atención a las personas que nos rodean puede ayudarnos a comprender mejor cómo se sienten, por qué se sienten de esa manera y qué necesitan de nosotros.