Cuando para algunos la mentira, es la verdad.
¿Por qué aceptar la mentira, aún sabiendo que es así?
Quienes adhieren fervientemente a la "información intencionada" que les brindan desde distintos medios de comunicación, sin realizar un mínimo análisis sobre la "intencionalidad" que contiene esa noticia, suelen tomar decisiones de las que luego se arrepienten.
Es parte de nuestra responsabilidad como vecinos, el tratar de discernir la verdad de la mentira, y luego recién tomar partido. El no hacerlo puede llevarnos a elegir o hacer, cuestiones no convenientes para el beneficio colectivo.
Sin lugar a dudas somos libres de creer lo que nos parezca; pero también somos responsables de aquellos actos que sean impulsados por una mentira.
Comunicar "con intención" (no digo mala o buena), tiene generalmente como objetivo, obtener un beneficio propio mediante la "manipulación" del relato de los acontecimientos.
Esa "intencionalidad", se puede detectar mediante la identificación, dentro de las noticias, de una metodología repetitiva, tendiente a:
- Ocultar la parte de los hechos que no beneficia su relato personal.
- Generar continuos conflictos con aquellos sectores de la sociedad que no lo benefician personalmente, tildando a sus integrantes de "corruptos, vagos, ignorantes, parásitos", sin dar razón alguna de sus dichos.
- Evitar hacer comparaciones con hechos similares, que pongan en evidencia la controversia entre los hechos y el relato que lo beneficia.
- Divulgar datos alternativos que avalen su propio relato, sin citar fuentes genuinas ni chequeadas, ocultando mediante el silencio, otros datos que se contrapongan a los suyos.
- Menospreciar los acontecimientos que no son de su conveniencia, tratando de descalificarlos, tildándolos de pocos serios; o directamente ocultarlos, aunque su divulgación sea de importancia.
- Vociferar continuamente sobre sus cualidades de trabajador honesto, responsable, infalible, incorruptible, mientras se compara con quienes no opinan como él, a los que no deja de acusar de "corruptos, vagos, ignorantes, parásitos".
- Cuando deben desarrollar obligadamente una información que "no les conviene", solo harán hincapié en los detalles superfluos y poco importantes, sin adentrarse jamás en la información útil.
Al menos uno espera que, una vez descubierta la mentira, el comunicador pierda su credibilidad. Mientras así no sea, prevalecerán los beneficios individuales, sobre el interés colectivo.