Violencia de Género: los casos no cesan, el abordaje de los casos tampoco
El abordaje específico de los casos logró varias declaraciones de responsabilidad considerando el agravante de violencia en diferentes fomas. El balance del trabajo en equipo
Más allá de la relevancia de cada caso, la fiscal María Bottini, valoró el nivel de especialización que están alcanzando los equipos de trabajo de la Fiscalía, el SAVD, el Colegio de Jueces Penales, la Comisaría de la Mujer y especialmente la Brigada de investigaciones a cargo de Pablo Carrizo.
Los cambios legislativos en materia de Violencia de Género, allanaron el camino en varios aspectos. Por una parte facilitaron la visibilización de un problema social que alcanzó niveles insostenibles, cobrándose la vida de gran cantidad de mujeres y manteniendo a muchas más sometidas a situaciones de desigualdad y violencia.
El creciente número de situaciones que llegan al conocimiento público, no responde necesariamente a un aumento de la violencia contra la mujer, sino a la disminución de la tolerancia social respecto de tales conductas. La normativa internacional, nacional y provincial, obligó a dejar de considerar el problema de la violencia de género como un "problema de pareja" para ser una cuestión de Derechos Humanos prioritaria.
Cada denuncia realizada mueve mecanismos tendientes a establecer en primer término el nivel de riesgo en que se encontraría la víctima y a determinar las medidas de protección más adecuadas para el caso concreto. Si bien todos estos pasos están debidamente protocolizados, cada situación es diferente y las respuestas posibles también lo son.
La Agencia de Delitos Sexuales y Violencia de Género de Fiscalía Esquel, está encabezada por la fiscal María Bottini e integrada este año por los funcionarios Julia Mateos y Carlos Richeri, la empleada administrativa María Inés Vasallo y una pasante, Lara Pérez. En 2019, el equipo presentó más de sesenta acusaciones públicas, además de las incontables intervenciones que dieron lugar a medidas de protección. Varios de estos legajos llegaron a juicio, alcanzando condena por conductas enmarcadas en un contexto de violencia de género. El trabajo jurídico de la Agencia, se apoya en la tarea fundamental de otros equipos especializados como lo son el Servicio de Asistencia a la Víctima del delito, la Comisaría de la Mujer y la División de Investigaciones a cargo del Subcomisario Pablo Carrizo. Bottini, mencionó también la importancia que cobra la mirada del Colegio de Jueces, para lograr dar respuesta judicial efectiva a las víctimas. En este sentido destacó el avance que se observa en los últimos años en la circunscripción.
En qué consiste el círculo de la violencia de género
La violencia de género toma la dinámica de un círculo o espiral. Hay fases que se suceden y se repiten, normalmente intensificándose la violencia desplegada luego de la acumulación de tensión. Las mujeres sumidas en relaciones violentas sienten que no pueden salir del círculo. Esa sensación es producida por el discurso y las acciones del agresor.
El primer paso para salir es realizar la denuncia. El lugar ideal para formularla es la Comisaría de la Mujer, pero también puede hacerse en la Comisaría común o en el Juzgado de Paz. Ante un episodio de violencia, llamar inmediatamente al 101.
Las fases del círculo de la violencia son las de acumulación de tensión, explosión violencia y manipulación afectiva, conocida también como "luna de miel". Mientras la mujer inmersa en el círculo de la violencia, no logra salir, cortar con ese círculo, no ceder ante la manipulación afectiva, volverá a darse una nueva fase de acumulación de tensión y otra de explosión, las que cada vez se tornarán más violentas.
La violencia de género es la que se ejerce sobre la mujer, por su condición femenina. Se manifiesta como violencia física cuando es dirigida al cuerpo de la mujer, generándole dolor, daño o riesgo de daño y cualquier otro tipo de agresión física. La violencia psicológica es aquella que causa daño emocional y está dirigida a disminuir la autoestima de la víctima, busca degradar o controlar las acciones de la mujer a través de amenazas, acoso, humillación, manipulación y/o aislamiento de sus círculos afectivos.
La violencia sexual se produce cuando es vulnerado el derecho de la mujer a decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva. La violencia económica, pretende disminuir los recursos económicos o patrimoniales de la mujer. En tanto que la violencia simbólica es la que se ejerce a través de mensajes estereotipados que transmiten dominación, desigualdad y discriminación y que toman como natural la subordinación de la mujer en la sociedad.
La violencia de género es resultante de la cultura machista y se produce en distintos ámbitos: en el hogar, en el ámbito institucional, en el trabajo, a través de los medios de comunicación, en el ámbito de la salud sexual y reproductiva y también obstétrica.