Embrujo: Daniela Souza vuelve a un centro de detención
Violó el arresto domiciliario. Volvía del psicólogo y fue a visitar a su amiga Natalia Mac Leod, coimputada en la misma causa, sin permiso. #Informate
Daniela Souza, una joven de Trelew que se hallaba detenida bajo la modalidad del arresto domiciliario con una tobillera electrónica con la que se monitoreaban sus movimientos a la distancia. Tenía permiso solo para concurrir a su psicólogo, pero este último jueves se desvió de su recorrido y durante una hora y media visitó a una amiga, que además es coimputada en la misma causa y que también se hallaba con arresto domiciliario.
Se trata de Natalia Mc Leod que junto a Souza están sospechadas de integrar una asociación ilícita integrada por ex funcionarios de la secretaría privada del extinto gobernador Mario Das Neves, y particulares para hacerse de fondos públicos. Por la serie de hechos que se investigan están imputadas trece personas.
Souza se hizo llevar por un ex novio con el que mantiene una buena relación. Pero de regreso estuvo en la casa de Mc Leod. El centro de monitoreo que existe en Rawson detectó este movimiento, se dio aviso a la Oficina Judicial y desde ésta al fiscal Omar Rodriguez que pidió una inmediata audiencia para revocar o dar marcha atrás con el arresto domiciliario.
En la audiencia en este caso presidida por el juez de garantías Sergio Piñeda, el fiscal Rodriguez expuso las condiciones que debía cumplir durante el arresto domiciliario "Sólo debe concurrir al lugar al que se la autoriza -en este caso particular, su psicólogo- y cualquier desvío le puede costar que vuelva a un centro de detención que puede ser Telsen o Comodoro Rivadavia", ejemplificó en su momento el Juez Di Biase para que la imputada tome dimensión y conciencia de lo que le podría ocurrir. Las advertencias de Nieto Di Biase fueron muy claras y concretas, dijo el fiscal general Rodriguez.
El defensor de Souza, el abogado Damián D´Antonio, llevó a la audiencia a un ex novio de Souza que fue quien lo trasladó. El joven dijo que efectivamente fueron al domicilio de Mc Leod, pero que el interesado en verla era él, que solo quería saludarla porque hacía tiempo que no se veían. Al interrogarlo el fiscal general Rodriguez puso en duda la credibilidad del joven, actitud coincidente con lo que también interpretó el juez Piñeda.
El magistrado al momento de resolver, fue taxativo y muy concreto en responsabilizar a Souza por toda la situación creada. Le reprochó además no haber dado aviso previamente a su defensor de lo que había ocurrido, infiriendo además que la imputada nunca tuvo dimensión real de las advertencias del juez Di Biase y que además estaba monitoreada las 24 horas por una pulsera electrónica.