Oficios con salida laboral: La gran tarea del Centro de Formación Profesional 655

Saber hacer. Formarse en un oficio con salida laboral para aportar valor a la comunidad donde se vive, es el objetivo que persigue y concreta el Centro de Formación Profesional de Esquel (CFP 655) desde hace 25 años.

Es destacable el interés de la comunidad en los oficios, con un alto número de inscriptos año a año. Desde el 2 de marzo se contabilizaron 700 jóvenes y adultos inscriptos en los 25 cursos gratuitos disponibles. Mientras tanto, el personal del instituto acondiciona los espacios de sus dos sedes de Esquel para volver a la presencialidad, una necesidad imperiosa en este tipo de formatos.

"La formación profesional está en crecimiento en todo el país", asegura el director y referente local, Gabriel Morilla, reconocido por la solidez y compromiso con el que sostiene a través de los años la calidad y la innovación en la oferta, a pesar de los vaivenes políticos y del mayor o menor interés de las autoridades a cargo.

El CFP 655 es una modalidad con reconocimiento oficial que tiene centros en toda la provincia y el país. Desarrolla cursos gratuitos cortos, con inserción laboral y devuelve cada año a la comunidad cientos de jóvenes y adultos capacitados en áreas como carpintería, metalmecánica, gastronomía, hotelería, informática, administración, entre otras, listos para trabajar o emprender proyectos propios dentro de su comunidad.

"Hemos tenido años de 900 alumnos. Esa matrícula no la tienen ni siquiera los secundarios, y esto se elige" señala Morilla. El enorme valor del formato es la inclusión de quienes no han podido o querido acceder a educación secundaria, terciaria o universitaria y esto se transforma en la única oportunidad con validez oficial. Asimismo, funciona para adultos o profesionales que quieren alcanzar nuevas instancias de formación. La otra fortaleza del centro es la capacidad de interpretar qué oficios requiere una comunidad a la hora de diseñar las capacitaciones.

El perfil del estudiante que llega al centro son jóvenes o adultos de 18 años en adelante que buscan una oportunidad laboral rápida. "Su prioridad es el trabajo, entonces el compromiso es alto. Si lo encuentran antes de terminar el curso algunos terminan dejando, pero solo un 25% de los inscriptos queda en el camino, en promedio" señala.

A lo largo de sus 25 años, el CFP fue detectando las necesidades laborales para Esquel y la demanda de diferentes capacitaciones que se incorporaron paulatinamente. "Con la nueva ley de educación técnico-profesional se pone en el mapa la formación profesional. En 2006 y 2007 empezamos a tener acceso a financiamiento para generar proyectos y de ahí a crecer. Ya en 2010 pegamos un salto grande con el equipamiento. Teníamos un taller de mecánica completo, de carpintería completo, gastronomía".

Una de las patas fundamentales es la articulación para la generación de empleo directo en una ciudad que no tiene industria que demande esos perfiles. Tradicionalmente los egresados pasan por la oficina de empleo municipal para buscar su puesto de trabajo. Hay conversaciones con las distintas cámaras, que dan pie a las prácticas profesionalizantes y la firma de convenios cuando va presentándose la demanda específica de un curso, con mayores o menores resultados.

"La pata más complicada es el seguimiento del estudiante. Tenemos un listado que vamos enviando y articulamos con distintas áreas productivas. En 2009 y 2010 hicimos la evaluación para normas Iram y aprobamos en ese período. Ellos nos decían que la rueda se cerraba con ese seguimiento de egresados. Es la parte más difícil, porque necesitás recursos para dedicar a esta etapa" indica Morilla.

"El valor más importante son los instructores que están en contacto con los alumnos y reciben la información cuando hacen suplencias o consiguen trabajo. Nos solucionó mucho que gestionen las prácticas en ambiente real. Esa parte lograba que el estudiante vaya por ejemplo a trabajar a un hotel y ahí lográbamos un feedback. Eso arrancó con una iniciativa de parte nuestra en hotelería, para mozo y mucama. Después seguimos. Gastronomía hizo cabeza y es el que mejor estaba en este aspecto. Fuimos incluyendo mecánica, informática, etc. Esto genera que el potencial empleador conocía al que se estaba formando y empiece a exigir él mismo esa formación.

Entre los perfiles que nacieron en el CFP están la formación en colocación de adoquines, cursos de poda, de alambrador, de auxiliar de guía de pesca, bomberos, construcción en seco.

#EnVideoEQS el valor de la necesidad de formación y cómo surgen los nuevos perfiles laborales.

Actualmente el Centro tiene una sede menos luego del desalojo del edificio de la Avenida Alvear hace dos años, que los obligó a desarmar los talleres montados con años de esfuerzo, por falta de pago del alquiler del Estado Provincial.

"Una de las problemáticas más fuertes es la falta de espacio. Por ejemplo hay alta demanda de cursos de herrería, pero no tenemos el taller ni el lugar para darlo. También en metalmecánica. El entorno formativo tiene que estar preparado para profesionales. No podemos estar amontonados para manejar las herramientas. Lo que pedimos al nuevo coordinador es que por favor nos deje alquilar una casa para llevar las oficinas y poder liberar espacio" reclama.

En todo este ida y vuelta con las distintas gestiones en el Ministerio de Educación siempre estuvieron generando proyectos para hacer su edificio propio. El edificio está diseñado y presentado, el plano está colgado en las oficinas, pero necesita de la voluntad política para darle el valor que merece a este espacio fundamental para la generación de trabajadores y lo ingrese en el presupuesto.

De todos modos, Morilla destaca "el capital humano que tiene el CFP, porque gracias a eso estamos acá. Si hubiéramos esperado que nos resuelvan los problemas hoy no estaríamos trabajando. Tiene que ver con el perfil de la gente que trabaja acá, que es solucionar los problemas, seguir adelante con los recursos que tenés, con autonomía".

Conocé más sobre los cursos que se pueden tomar en el CFP.