Nico González: "Usé el deporte como herramienta para seguir el camino que me había propuesto"
A los 20 años le tuvieron que amputar una pierna pero eso no detuvo sus sueños. Desde la cirugía que lo marcó hasta integrar una selección nacional.
Hay muchas historias para contar de quienes atraviesan su día a día con alguna discapacidad y en Esquel la de Nico González es una de ellas. Ninguna es igual a otra y salir adelante depende muchas veces del temple personal y de la contención afectiva y el amor de quienes rodean a una persona con discapacidad.
Nicolás tiene 31 años y hace 11 le descubrieron un tumor que derivó en la amputación de una pierna. Con solo 20 años, no dudó de lo que tenía que hacer cuando vio a su madre quebrada por la situación.
En diálogo con EQSnotas.com, recuerda que en aquel momento sus amigos no sabían como darle ánimos y terminaba él animándolos.
Con esa actitud encaró los desafíos que la vida le puso adelante. Pensó que no iba a poder jugar más al fútbol, pero no solo que pudo hacerlo sino que formó parte de la selección Argentina de amputados, con la que fue subcampeón de la Copa América y jugó un Mundial.
Reconoce en la familia, las amistades y la práctica deportiva los espacios de contención necesarios para que nada lo derrumbe y también expone una complicada realidad que atraviesan todas las personas con discapacidad para, por ejemplo, insertarse en el mundo laboral.
Antes y después
A los 20 años a Nicolás le descubrieron el tumor que terminó en la amputación de una pierna y tuvo que reconstruir su vida, siempre con el convencimiento de que nada tenía por qué cambiar. Él quería seguir haciendo lo mismo y ésa fue su búsqueda siempre.
- ¿Cómo es el contraste entre tu vida antes y después de la amputación? ¿Cómo fuiste saliendo adelante?
-Siempre digo que fue como un golpe de realidad bastante duro. Lo afronté bien pero el golpe de realidad es que cuando uno es una persona convencional, que no tiene ningún problema de salud, ninguna discapacidad, siempre tiene alguna queja por algo en la vida, o quiere algo más y no lo puede conseguir y se frustra, y ve a una persona con discapacidad que la pelea, busca la forma de poder hacer algo y como que en ese momento no le daba importancia. Cuando pasás al otro bando por así decirlo, te das cuenta de que lo que te ofrezcan hacer para poder motivarte a seguir o hacer algo más, lo agarrás y le das al 100% para sentirte bien, lograr un objetivo personal o superarse a uno mismo. Yo lo tomé de esa manera, cada vez que me ofrecían hacer algo, un deporte, lo tomaba para superarme a mí mismo, para saber que lo podía hacer. No fue para complacer a nadie más, ni como dicen algunos, que me toman como ejemplo.
- ¿Qué te pasó cuando te enteraste que iban a tener que amputarte una pierna?
-Yo me fui de Esquel con el diagnóstico de un sarcoma. Mi familia sabía que había un riesgo de amputación, yo no sabía, no me querían decir. Cuando llegué para la primera operación el médico no me dijo nada y en una de las últimas charlas que me explicó cómo iba a ser todo, dijo que estaba el riesgo, porque como era de la rodilla para arriba podía ser que se escapara alguna célula maligna para el resto del cuerpo. Lo tomé como que no iba a pasar y de hecho no pasó, me acuerdo que me desperté y lo primero que hice fue tocar a ver si estaba la pierna. Ya para la segunda operación fui con la pierna muy inflamada, la tenía como un melón. Me fui sabiendo que volvía sin una pierna. No iba resignado, pero sí convencido del riesgo que corría. Me preparé desde acá, desde el saludo con mi familia y mis amigos. Me fui con mi mamá y mi abuela. Me hicieron todos los estudios, los médicos tuvieron varias juntas.
Muchas personas me preguntan si conviene ir a Buenos Aires a tratarse. Mi caso lo estudiaron por lo menos 20 médicos y me acuerdo que el último día que entré estaban analizándolo con gente de Estados Unidos, de Cuba, de todos lados, para ver por qué se había desarrollado tanto. Yo veía las pantallas, estaban todos los médicos. Cuando entramos al consultorio estaba el médico que me iba a operar, la oncóloga, el jefe de traumatología, y me explicaron bien, no había pregunta que no tenga respuesta razonable. No dije nada, cuando me dijeron que la solución era la amputación o aguardar a ver qué era lo que pasaba, si se rompía la bolsa, si hacía metástasis, me acuerdo que la dudé, se me cruzó en la cabeza que no iba a poder jugar más al fútbol, pero miré y tenía a mi mamá al lado llorando, desconsolada, no podía ni hablar. Dije 'por una pierna no voy a dejar a mi familia con un sufrimiento que yo no lo voy a sentir si me pasa algo'. Lo decidí en el momento. La doctora me preguntó si quería decir algo, le dije que no. Fui al hotel y lo llamé a mi papá para que viajara a Buenos Aires para ayudarla a mi mamá porque iba a ser un tiempo largo entre la operación, el post operatorio y todo, cuando le dije lo de la amputación tuve un click ahí, me desahogué, le pegué un par de piñas a la pared. Tuve mi desahogo que fueron 3-4 minutos y listo, me calmé. Mis amigos siempre se acuerdan cada vez que hablamos que me fueron a ver todos al hotel y yo estaba re tranquilo. Ellos no sabían qué decir, qué hablar, se habían juntado antes para ver cómo me podían animar y cuando fueron yo les daba más animo a ellos que ellos a mí. Se habían juntado antes para ver cómo hablarme y yo estaba recontra tranquilo, estaba muy seguro de lo que iba a hacer.
- ¿Fue tu familia lo que te llevó a que decidas no esperar?
-Cuando la vi a mi mamá al lado mío llorando, estaba también mi mejor amigo que estudiaba medicina. A mí, lo primero que se me ocurrió fue que no podía jugar más al fútbol y cuando vi a mi vieja llorando dije 'no voy a dejarme estar', porque era esperar meses o un año hasta que se reviente y se haga metástasis en todo el cuerpo. Lo decidí en el momento, aunque me dieron días para pensarlo, a los dos o tres días le mandé mensaje al cirujano para firmar la petición de la amputación. Me explicaron todo lo que iba a pasar, qué grado de amputación iba a ser, que iba a ser una de las más altas que hay, me explicaron cómo iba a ser mi vida, pero en ningún momento me eché para atrás. Después disfruté lo poco que podía caminar porque me estaba consumiendo bastante el tumor, adelgacé un montón en todo el tiempo que estuvimos allá. Estaba cada vez peor.
-Más allá de este desahogo que tuviste, ¿en algún momento te derrumbaste, te sentiste sobrepasado?
-El único momento que no me quebré, pero estuve a punto fue en terapia intensiva. No fue solamente la operación, salió todo perfecto y ya está. Se complicó muchísimo, a las horas de la amputación se me reventó una arteria, me desangré en la cama, perdí muchísima sangre, se me llenaron de líquido los pulmones, tuvieron que hacerme muchas transfusiones, otra vez abrir la herida que habían cerrado hace horas. Cuando reaccioné tenía un respirador que me largaba aire como un compresor y yo tenía que recibirlo y me lo arrancaba cada dos por tres porque no entendía lo que pasaba. Se me pasó todo cuando el médico me explicó por qué tenía todo eso. Ahí lo acepté, después de eso el momento de quiebre fue cuando le dije a mis viejos que si yo sabía que iba a pasar todo esto no me lo tomaba con tanto apuro, hubiera esperado un poco más que igual me hubiera perjudicado. Eso es como una bolsa, viene encapsulado el tumor, estaba al límite. Cuando empezaron a punzarme los pulmones, a sacarme líquido de ahí y hacer un montón de otras cosas más que tenían que hacer para que yo pudiera estar bien la dudé, pero me daba cuenta que eran 5-10 minutos que la pasaba mal y después me relajaba y ya está. Desde el primer día que salí de terapia intensiva me dejaban apoyarme en los bastones, caminar, me acuerdo que me paraba en la cama, trataba de caminar y buscaba la manera de poder acostumbrarme al nuevo cuerpo y no bajonearme.
"El deporte es el arma más fuerte que tuve"
Nicolás González sostiene que la práctica deportiva es uno de sus grandes refugios. Su primera preocupación antes de la amputación fue no poder volver a jugar al fútbol, pero pudo practicar esta disciplina y muchas otras. El deporte siempre fue el hilo conductor entre el antes y el después de la operación que cambió su vida.
- ¿El deporte es la conexión entre todos los momentos de tu vida?
-El deporte es fundamental, es el arma más fuerte que tuve, no para superar la discapacidad porque desde el primer momento que me dijeron que iba a perder la pierna me mentalicé en que mi método de vida no iba a cambiar, iba a seguir haciendo lo mismo y el deporte siempre estaba presente. Lo usé como una herramienta para seguir ese camino que me había propuesto, que mi vida siguiera lo más normalmente posible.
-Pensabas que no ibas a poder jugar más al fútbol, pero pudiste...
-Tuve la suerte de que en una rehabilitación que fui a hacer a Buenos Aires con la prótesis en un centro de alto rendimiento, vi una foto de un equipo jugando al fútbol que eran chicos que les faltaba una pierna. Después se me pasó porque estaba concentrado en aprender a caminar bien. Después de varios meses, encontré en Facebook la foto de un chico jugando a la pelota, pregunté dónde se podía hacer y me contacté con un jugador de la selección que me dijo que se podía, me explicó cómo era y él me contactó con el presidente de la federación que me llamó a una convocatoria. Es una selección abierta que los chicos que quieren ir están siempre convocados porque es un aprendizaje para todos. Fui a una prueba, arranqué en octubre a la primera concentración en Entre Ríos, cuando me quise dar cuenta en abril estábamos entrenando acá en Esquel y en julio estábamos viajando al mundial en México. De ir ahí a decir 'no voy a poder jugar nunca más al fútbol', esas dos partes se me vinieron a la cabeza y me sentí satisfecho conmigo mismo por haber podido volver a jugar al fútbol y no haberme equivocado con la decisión que tomé cuando la vi a mi vieja así. Las cosas si pasan, pasan por esto, no me tendría que haber preguntado tanto por qué a mí, por algo fue que pasó más allá de lo malo. Las cosas buenas que me pasaron después fueron muchísimas.
- ¿Fue recompensado ese dolor, ese sufrimiento que les tocó pasar a vos, a tu familia, a tus amigos?
-Para mí fue recompensado, no solamente por los viajes y las concentraciones con la selección, el mundial, la Copa América, las otras dos copas que no pude jugar por distintos problemas, los torneos que jugué, los tetra que corrí, todos los deportes que hice se volvieron un arma fundamental, fue el premio tanto para mí como para mi familia y amigos. El tiempo había pasado y cada vez que tenía que ir a entrenar a algún lado y necesitaba ayuda, iban todos mis amigos a ayudarme, mi familia si podía estar estaba. Vino la recompensa para todos.
Las dificultades para mantenerse en el mundo laboral y deportivo
Actualmente, Nico se alejó un poco de la práctica deportiva por la falta de apoyo. Si bien tiene un equipo de futsal que dirige, para mantenerse cerca de la actividad, se encontró con muchas trabas que lo llevaron a no poder estar más en la selección Argentina de amputados. Además, su realidad laboral influyó en la decisión, dado que hace cinco años está en un programa de becas a través del cual trabaja 8 meses en un lugar, pero cuando se le termina ese contrato nadie la garantiza continuidad y debe ir cambiando. El problema que él tiene es común a la gran mayoría de las personas con discapacidad, remarca González.
- ¿Cómo es hoy tu día a día?
-Del deporte en general no es que me retiré, todavía soy bastante joven, pero del fútbol de amputados me alejé un poco. Me complicó mucho el cambio de gobierno, cuando asumió Macri. No lo critico porque no voy para ningún lado político, pero se cortaron mucho los pasajes en colectivo para personas con discapacidad, hubo muchos problemas con las pensiones. Se enfocaron mucho en discapacidad a sacar gente, sacaron beneficios que teníamos y me perjudicó un montón. En Chubut Deportes estaban Ricardo Fueyo y Martín Bazán. Martín me ayudaba muchísimo a viajar, cada vez que tenía un problema lo solucionaba inmediatamente y cuando hubo todo este cambio de gobierno empezaron a no darme bola, cada vez que necesitaba un pasaje que no podía conseguir por la terminal que me ponía 800 mil peros para viajar, de Chubut Deportes no sabían que había una persona en la provincia que jugaba fútbol de amputados, no sabían que una persona ciega iba a un Paralímpico, no tenían ni idea de la gente de discapacidad. Empecé a no poder viajar varios meses y me llamaban porque mi lugar me lo había ganado, siempre estaba dentro de los 15 que íbamos a competir afuera. Extrañaba que no viajaba, la excusa siempre era la misma porque era la realidad y me acuerdo que un día peleé en Esquel en un Tetra, con el gobernador de hoy en día y el que estaba a cargo de Chubut Deportes en aquel momento y les dije que culpa de ellos yo no estaba más en la selección. Se encargaron de que tratara de volver, tuvieron que llamar de Chubut Deportes al técnico de la selección, al presidente de la federación para disculparse porque yo no había viajado pero mi lugar lo había perdido y se había sumado que con mi edad no tenía un trabajo, siempre dependía de una pensión, se fueron sumando cosas. Hoy con la edad que tengo quiero viajar, quiero estar, quiero competir, pero vivimos muy lejos de donde están la mayoría de las competencias y no tengo un laburo fijo para tomarme cinco días por licencia deportiva y arreglarlo de otra manera. No tengo esa posibilidad como no la tienen atletas de elite convencionales. Esas cosas no se valoran mucho en la provincia y en Esquel.
-El cambio de gobierno del que vos hablás fue hace 6 años. En este tiempo, ¿nada cambió para mejor?
-Todo esto me fue llevando a elegir, o me trato de asentar en un trabajo para ganarme un lugar y poder mantenerme el resto de mi vida, poder crear una familia o voy por el lado del deporte que hice todo lo que pude hacer, jugué un mundial que no es menos para mí, jugué una Copa América que fuimos subcampeones. Me fueron llevando a elegir y hoy en la situación económica que estamos tener la posibilidad de tener un trabajo y que el deporte no te de eso que te tiene que dar, que no se valora al deportista, estoy en eso. Mi intención sigue siendo volver a jugar un torneo. Me han invitado a jugar la liga de Buenos Aires, pero es lo mismo. Tengo que viajar cada mes y medio a competir, pero no hay pasaje, no está el feeling ese con Chubut Deportes que no tienen ni idea. Hoy trato de asegurarme si puedo conseguir un contrato por lo menos para estar tranquilo.
- ¿Cómo es tu situación laboral?
-Hace 5 años estoy en un programa de Nación que se llama Promover Igualdad. Hoy la coordinadora a cargo del programa, Marilyn Villarroel, a comparación de otros que ha habido en su momento, se mueve un poco más, le está metiendo y logró algo que no se hacía antes que es trabajar en conjunto con Desarrollo Social. Pero llevo 5 años en el programa, es una beca nada más, un contrato de 8 meses, es un entrenamiento y pasados los 8 meses no tiene la obligación quien te contrata de dejarte fijo. Te ayuda por un lado y te perjudica por el otro, hacés todo el entrenamiento, les servís y cuando aprendés te tenés que ir. Yo trabajé dos años en la Universidad San Juan Bosco, en deportes y administración, trabajé en la Secretaría de Deportes y ahora estoy en las oficinas del SEM. Agradezco a la gente que me dio la oportunidad de estar ahí, pero la realidad es que en marzo termina mi contrato y no hay nadie que venga del municipio y me diga 'nos enteramos que el laburo lo estás haciendo bien, quédate ahí, o venite acá, te hacemos un contrato para que estés más seguro'. La tengo que seguir peleando, seguir golpeando puertas, que es lo que te cansa también. Tener que rogar por un trabajo, pedir cuando estás haciendo bien las cosas, que es lo mismo que me pasó con el deporte, estaba haciendo bien las cosas en el fútbol de amputados, hacía varias disciplinas y no te dan la ayuda que uno se merece. El tema del trabajo es lo mismo, sé que lo hago bien, pero no puedo despertarme tranquilo todos los días sabiendo que tengo un laburo fijo. Cuando me pase eso me podría enfocar un poco más en el deporte.
- ¿De dónde vas sacando vos la fuerza para seguir cuando pasa todo esto?
-Las puteadas están, la bronca está, la mala sangre que uno se hace está, pero sigo sosteniendo que es como dice el dicho, persevera y triunfarás. Busco la forma de todos lados, hace un tiempo atrás hice un descargo en Facebook personal y en vez de recibir ayuda, recibí más críticas. Mi abuela decía que al que le quepa el poncho que se lo ponga y yo no nombré a nadie y todos se pusieron el poncho. Me llamaron por teléfono un montón de personas para decirme que las cosas no se hacían así pero cuando les golpeás la puerta para pedirles ayuda, no te responden. Vas sacando la fuerza de la familia y los amigos, son los pilares en todo desde el primer momento, que te dicen que sigas, que vayas a ver allá o acá, te llevo. Después esto de despertarse y saber que estás respirando, que estás vivo, que tenés un plato de comida, aunque sea mucho o poco tenés, que por ahí hoy es un día malo, pero mañana pasan cosas buenas, y esas son las cosas que te hacen seguir y levantarte a seguir peleando todos los días.
- ¿Estos problemas vos ves que alcanzan a todas las personas con discapacidad?
-Es un problema a nivel nacional y excede lo nacional. Muchos dicen 'tienen una pensión', pero no podés vivir con una pensión. No da para pagarte tu vivienda, un alquiler, comer, te perjudica porque cualquier persona con discapacidad que ahorró unos pesos, hizo un par de changas, se juntó plata y se compró una motito o un autito para ir más rápido a hacer un trabajo, o se compró máquinas para trabajar, y el gobierno te dice que si te pudiste comprar eso no te hace falta la pensión. Capaz vos estuviste ahorrando cuatro o cinco años y que vengan y te quiten la pensión por eso, creo que es un ejemplo como el de los jubilados. Trabajaste un montón de años para que te den nada. Al ser una pensión no contributiva para las personas con discapacidad es la mínima y no hay ninguna persona con discapacidad que no sufra el tema laboral y deportivo. Si hacés deporte, lo hacés para dar el ejemplo dicen. No, uno lo hace para competir, quedó en claro hace poquito con Bonadeo que le taparon la boca. Una persona con discapacidad lo hace para competir al máximo con otras personas con discapacidad, sea un Paralímpico o lo que sea. Creo que si a un convencional lo atás de los dos brazos para que nade, sabiendo nadar, capaz se le complica. La persona con discapacidad se adapta más que el resto. En lo deportivo y lo laboral no están bien hechas las leyes. Todos sufrimos las mismas consecuencias todo el tiempo, querés trabajar o hacer deporte y te la complican.
Familia, amigos y deporte, sus pilares
Nicolás González dejó en claro a lo largo de toda la extensa charla con EQSnotas.com cuál es su actitud frente a la vida y el convencimiento con el que encaró la operación hace 11 años. Hoy, sabe que "fue por algo" y se queda con todas las cosas buenas que le pasaron después. Algo está claro: el deporte, la familia y los amigos siempre lo motivaron a encarar de la mejor manera cualquier desafío y ese es el mensaje que transmite.
-Si tuvieras la posibilidad de hablarte a vos mismo antes de la amputación, en aquel momento que estabas viendo qué hacer, ¿qué te dirías?
-Creo que me felicitaría por tomar la decisión que tomé, más allá de que sé que la tomé porque la vi a mi vieja muy mal y así como estaba ella estaban todos en mi familia y mis amigos. Me diría que vuelva a tomar la misma decisión, que las cosas van a salir bien, más allá de que hoy las cosas están mas avanzadas en la medicina. Hoy encontré la posibilidad de hacerme una operación para poder caminar sin usar una prótesis tan alta. Me diría que siga para adelante y a cada obstáculo que tenga no afloje, que siempre de alguna u otra manera las cosas se resuelvan.
- ¿Y a otras personas con discapacidad, que puedan tomar tu historia como un espejo en el que reflejarse?
-Mi mejor consejo es que busquen refugio en el deporte, en la familia y los amigos. La familia y los amigos les van a dar contención y el deporte les va a dar la libertad que necesitan para mejorar día a día como personas. Yo al deporte lo veo como un arma fundamental en la sociedad para que la persona crezca tanto en los deportes individuales como grupales, te mejora como persona y te llena la cabeza de fuerza.