Dietéticas: la alimentación sana es tendencia y oportunidad
La apertura de almacenes naturistas o dietéticas creció en pandemia al pulso de la conciencia por la alimentación sana. En Esquel se abren camino con fuerza.
Comer más sano, una ficha que cayó con todo su peso en pandemia. La tendencia es global y está plasmada en un informe de Nación sobre el aumento del veganismo y el interés creciente por la alimentación sana, el autocultivo o la cocina en casa. En este marco, fueron ganando espacio los rubros comerciales de almacenes naturistas o dietéticas, también en modo virtual.
Son varios los factores que precipitaron cambios de hábitos alimenticios. El encierro, el aumento de peso, la falta de acceso a productos y la conciencia por el alimento no solo como fuente de bienestar, sino también de equidad y desarrollo social/económico. Así, en pandemia hubo altísima reconversión comercial. Muchos negocios cerraron para virar hacia aquellas actividades esenciales y más seguras, entre ellas la alimentación.
En el centro de Esquel, abrieron al menos cuatro dietéticas que se sumaron a la oferta de las más antiguas, pero además, surgieron emprendimientos asociados a la cocina vegana o sin TACC. EQSnotas hizo un recorrido donde quedó reflejado el mayor interés por la nutrición y la salud, como también qué tipo de hábitos cambiaron los esquelenses en pandemia.
En contacto con las dietéticas que llevan años de actividad y también con las nuevas, encontramos algunas coincidencias en lo que hace a hábitos de consumo. Cabe destacar que estos locales abarcan alimentación para diabéticos, celíacos, vegetarianos y veganos, ofreciendo alimentos sueltos, elaborados frescos o congelados y suplementos naturales. En todos los casos, aseguraron que "hay lugar para todos" en el universo de la alimentación sana.
"Al principio de la pandemia, la gente se desesperaba. Hubo un tiempo en que no ingresaban tantos productos, entonces compraban en cantidad porque creían que no iban a conseguir" cuenta Agustín, de Todo Suelto, aunque también explica que las personas con bajo presupuesto encuentran en locales como el suyo la posibilidad de comprar por gramo. "eso los ayuda a regular su economía y comprar más económico. Te piden lo que pueden llevar". En su caso, vio como distintivo el mayor interés en comprar harinas diferentes para elaborar el pan casero, un dato que además registraron en otra de las dietéticas, Vitalcer. Una de las dueñas explicó que a la harina integral se sumaron la de almendra, de lino y otras. "Hubo mucho interés por hacer recetas más sanas". En tanto, lo que más la sorprendió es que "la gente al principio de la pandemia venía con muchas recetas y empezó a salir más todo lo relacionado con yuyos antiestrés, ya sea en tés, tintura o comprimidos para calmar la ansiedad, incluso en gente joven. También llegaba gente con diferentes pedidos por distintas dietas, como las cetogénicas".
Luego, marcó como una tendencia en alza las consultas por adolescentes que se inician en el veganismo. "Vienen las mamás y preguntan. Nosotros los mandamos a la nutricionista. Cuando traemos los chorizos veganos a base de soja, vuelan. De hecho, ni siquiera quieren alfajores o golosinas que tengan manteca, tienen que tener aceites vegetales".
Tres de los cuatro locales nuevos abrieron por la necesidad de reconvertir su actividad. Dos provienen del sector turístico y una tercera cerró una casa de chocolates después de 14 años, debido a que no pudo sostenerse solo con público local. "Elegí este rubro porque en el mundo del chocolate tenés mucho contacto con los productos sueltos como los frutos secos, pero además se debió a una experiencia personal de aprender a comer mejor" dice Patricia, de La Galesa (hoy Azafrán), quien por otra parte explicó que todavía mantiene su clientela fija, muchos adultos mayores. "Ellos y todos los clientes necesitan asesoramiento y tiempo de atención, que alguien les diga para qué sirve la granola, la harina integral y acá encuentran ayuda". Dentro de la apuesta por el nuevo rubro, Patricia se enfocó en ofrecer picadas veganas y sándwich.
Por su parte, Gisella, de Grata, estudió gastronomía y comenzó a tomar contacto con el mundo de la alimentación saludable. "Hicimos la selección de los productos con ayuda de conocidos y una nutricionista. Entendimos que todavía faltan productos para diabéticos y sin TACC y también nos encontramos con muchos veganos o personas que tienen intolerancias varias, como la lactosa. Empezamos a ofrecer productos elaborados freezados como empanadas sin TACC o veganas con harina de salvado, también yogures vegetarianos. Ahora nos falta poder incorporar más productores regionales".
Tendencias de consumo en Argentina
Un informe de tendencias de consumo de la Secretaría de Agroindustria de Nación marca que "actualmente puede observarse la creciente gravitación de los consumidores interesados por cuidar su salud. Quieren estar más informados sobre lo que ingieren, saber cómo se produce el alimento que consumen, de dónde proviene, qué es lo que contiene. Buscan productos naturales, sin aditivos ni conservantes, y van exigiendo a la industria agroalimentaria formas de producción éticas y sostenibles".
Por otro lado, marca que "son cada vez más firmes las posibilidades que se les van abriendo a alimentos elaborados con criterios de alimentación distintos de los convencionales" para resumir que el vegetarianismo, si bien en nuestro país llega al 5% según la Sociedad Argentina de Nutrición, "es un negocio destinado a prosperar".
Hay tres categorías dentro del movimiento "veggie":
-Flexitarianos: el grupo más numeroso. Son quienes siguen una dieta principalmente vegetariana con un consumo esporádico o mínimo de carne.
-Vegetarianos: los que siguen una dieta basada en productos de origen vegetal, aunque consumen algunos alimentos derivados de los animales, como lácteos, huevos o miel.
-Veganos: son los más rigurosos y eliminan completamente el consumo de carne, pescado, lácteos, huevos y miel de su alimentación, centrándose en una dieta 100% vegetal. Además, el veganismo no es solo una dieta, sino que tiende a ser un estilo de vida orientado a evitar el sufrimiento, maltrato o muerte de los animales. Buscan una coherencia en los demás ámbitos de su vida, rechazando, por ejemplo, comprar o consumir cualquier producto de origen animal tales como pieles, seda o plumas, y buscan que los productos utilizados para la higiene no contengan ingredientes animales, ni hayan sido testeados en ellos.