Día del Periodista: Nobleza obliga, Raúl Carello
Es la voz cotidiana que cada mañana viaja tierra adentro de la provincia por Radio Nacional. La mirada de un hombre que probó todos los formatos.
Por Milagros Nores
"La radio es el medio donde me siento más cómodo" reconoce Raúl Carello, quien cada mañana acompaña el despertar de los pobladores en los lugares más recónditos de la provincia. Es la voz de "El señalador", programa que se emite por Radio Nacional Esquel, donde ejerce con respeto y calidez esta profesión desde hace 24 años. Un periodismo de cercanía, de contención y servicio que se nutre de la comunidad.
Se declara un "entusiasta" de la ruralidad para describir otra faceta que lleva adelante hace muchos años: su producto AgroChubut es más una especialización, un sitio web y un programa de radio que produce junto a su hijo y se transmite a toda la provincia en más de 30 radios.
Desde su llegada a la cordillera en el año 1994 recorre distintos formatos gráficos, radiales, televisivos y digitales. Su primer trabajo fue en el diario El Oeste. Ingresó a Radio Nacional Esquel en 1996. Y nunca dejó de explorar.
EQS -Tu trabajo de radio tiene una fuerte impronta territorial. ¿Cómo analizás este rol desde la perspectiva de la profesión?
RC - En mi caso, tengo un rol o me parece que mi lugar tiene que tener el rol de difusor. Primero que es una característica propia de la Radio Nacional llegar a muchos lugares; donde tenemos una población que tiene dificultades para el acceso a los servicios. Por citarte un ejemplo hoy las preguntas están dirigidas al IFE (ingreso familiar de emergencia). Quieren saber cómo hacer porque no tienen señal de internet. A partir de eso siento que hay un reconocimiento para la labor en particular. A mí me toca estar en ese lugar, me apoyo mucho en los más jóvenes de mi equipo, como Rocío Davel, que hoy exploran por las redes otros modos de comunicarse con los oyentes. Además Radio Nacional tiene buena penetración en los barrios y en la ciudad.
-¿Cómo decidiste orientarte hacia las actividades productivas?
-Yo nací en el campo, me crié haciendo tareas rurales. Me parecía que faltaba eso en la zona, que había mucha información y poca difusión. Me vinculé con el INTA en el ´97 y estuve colaborando siempre, hasta el año 2001 que fue la crisis. El campo, la ruralidad ha estado siempre presente, pero no ha tenido la difusión específica. Siempre me gustó el tema y creo que los gobiernos tampoco exploran demasiado la posibilidad del desarrollo en esa temática. Siempre me motivó cómo puede pensarse un desarrollo rural que sea sostenible en el tiempo y forme parte de la agenda política de una forma más constante. Aparece como espasmódicamente, se trata un tiempo y después se abandona.
-También te tocó emprender con un proyecto periodístico independiente, en donde no se tiene el amparo del financiamiento que puede tener una radio del estado. ¿Cómo fue ese momento de tu profesión?
-Sí, fundamos Páginas del Sur con Pelusa Flaibani. A mí me tocó la gestión del diario. Ese proyecto lo concebí desde el lugar de reflejar la actualidad y tratar de tener todas las voces. La idea era que los medios se involucren en el debate social de hacia dónde debe ir el pueblo y la región. Al menos estuvo siempre presente en mi forma de organizar el trabajo y mi pensamiento: cómo lograr que las ciudades se desarrollen independientemente de la injerencia del Estado. También está la cuestión política, que es un ejercicio social para mí degradado. Desde el periodismo deberíamos contribuir a que se ennoblezca esa actividad, nuestra obligación es generar debate, no quedarse en la rosca política.
-¿Cómo analizás el cambio que se dio en las audiencias en los últimos años, con una mirada más crítica hacia la profesión y los medios de comunicación?
-En un tiempo la profesión estuvo en un sitial muy alto en la consideración de la gente que se vio con fuerza en la época del gobierno de Menem. Había algunos periodistas que eran las "vacas sagradas". Después empezó una historia de mirada más crítica del trabajo periodístico. Antes se buscaba la actualidad, hoy a nivel nacional hay un público que busca reafirmar lo que piensa. Es como que buscan fidelizar su pensamiento y se descalifica lo que no está en esa línea. En términos generales lo marcan los niveles de audiencia que tiene cada uno de los canales, mucho más segmentada. Fijate que fijan posición sobre algunos temas y el que no piensa de ese modo no mira ese medio.
-Cómo afectó a tu trabajo los cambios que trajo la tecnología de la información? ¿Modificó la relación con el público al que vos te dirigís?
-Nosotros también somos un poco conservadores. Seguimos teniendo la carpeta de mensajes como llega escrito por los propios oyentes. Hoy recién están utilizando más el whatsapp y esto nos obligó a otro esquema de trabajo, porque desde ese lugar también te van generando la agenda cuando te van enviando información. Sin ir más lejos, la última nevada sabíamos cuánto había nevado en el Percy y cuánto en Sierra Colorada por oyentes que tenían señal.
-¿Cómo describirías la realidad del periodismo local?
-Se pivotea sobre la realidad, la cuestión actual. Con mucha presencia institucional. Veo que no se hace un seguimiento sobre los temas y no tenemos una mirada sobre lo económico -algo que también me critico a mí mismo-. A nivel provincial por darte un ejemplo, hubo un lunes que se derrumbó el precio del petróleo de 65 dólares a menos de 30. En la tapa de todos los diarios de la provincia no estaba esa noticia, cuando es la actividad que sostiene nuestra economía.
También hay mucha premura en la noticia. Las redes sociales juegan un componente muy especial y a veces no podés con todo. Está el ciudadano que comparte algo en las redes y vos tenés que ver cómo lo abordás. Hay en juego muchas cuestiones y una pelea por la primicia y te pisás, ¿no? A veces es una carrera incierta tratar de llegar antes, cuando tenés un montón de competidores que no tienen la estructura de un medio. Nosotros estamos para prepararnos más. Si llegás antes, bienvenido, te felicito. De todas maneras, una vez conocida la noticia que genera un individuo cualquiera, después el que la vea va a tratar de reconfirmarla con algún medio instalado. Nos van a ir a buscar. Así se rescatan los medios. Tuvieron pérdida de protagonismo, sin embargo, todos después van a recurrir a ellos porque ahí encuentran el análisis.
-¿Cómo ves a las nuevas generaciones de periodistas locales y a qué se enfrentan las futuras?
-Cuando yo llegué a Esquel en el año ´94 se buscaba a los pocos que tenían un título. Esto hoy no pasa, hay postulantes para dar materias sobre periodismo y el nivel de preparación es importante. Particularmente tengo consideración especial para la gente que se ha formado en el oficio y que se ha desempeñado con mucha solvencia. Pero también hay cada vez más gente de afuera, muchos comunicadores sociales.
Viene una camada de jóvenes con otras inquietudes: los temas de género, diversidad, manifestaciones culturales que ya no son una cuestión artística, sino algo social van cobrando otro sentido. Son temas que van a estar en la agenda de gente joven, gente contemporánea a esas realidades. Por otro lado el rol muy importante que vana jugar los jóvenes que tienen el manejo de otras herramientas de soporte digital.
A mí no me asusta, me entusiasma. Vienen a enriquecer la tarea. Hoy dudo de si estoy tan habilitado para tratar algunos temas, porque me cuesta llegar por mi estructura de formación.
-¿Cuáles son tus límites en la profesión?
-Creo que hay que ver el contexto donde uno ejerce. Hay que ser responsable. Vivimos en comunidades chicas donde no hay vocación por el anonimato. Todos queremos conocer del otro. Tenemos relaciones de vecindad. Hay que ser respetuoso en ese punto, no jugar tanto con los nombres. Si alguien viene a denunciar algo, incentivarlo para que recorra los caminos normales para resolverlo. La gente recurre a vos creyendo que va a solucionar su problema, pero lo único que hizo fue mediatizarlo, los medios no vamos a estar haciéndole el seguimiento hasta resolverlo. Yo creo en la intervención cuando puede generar una solución.
Deseo que sigamos siendo parte del periodismo, no de la política, ni de los lobbies. Recuperar el valor de la palabra y de la generación de debates convergentes, no divergentes, que se acerquen a la solución y no nos alejen como sociedad.
-¿Qué situaciones te gratifican en tu trabajo?
-Muchas. Algunas son básicas, por ejemplo el caso de un señor que nos pasaba a ver a la radio. Falleció el año pasado. Un día pasa muy temprano y me extraña verlo porque vivía en un lugar muy alejado que tenía que caminar diez kilómetros para tomar el colectivo. Resulta que lo habían jubilado pero no lo habían inscripto en PAMI y estaba yendo temprano a pedir un turno al hospital. Le hice la gestión, le dieron la obra social y tuvo acceso a todos los beneficios. Ese tipo me mostró un agradecimiento que recuerdo siempre. Me gratifica poder ayudar. Después trabajé muchos años con Adelia Ocampo. Resulta que iba gente a pedirnos que le sacáramos la plata del cajero por la confianza que inspirábamos. Son historias mínimas. A nivel periodístico, hice muchas cosas que me dio orgullo hacer, pero esas me las guardo para mí.