Coronavirus: El desafiante rol de una médica esquelense en EEUU
Julia Samamé planea las políticas de seguridad y calidad de un mega hospital dedicado específicamente a coronavirus. El reto de capear la pandemia en un sistema diferente #ExclusivoEQS
Por Milagros Nores
"Nunca viví tiempos tan importantes a nivel profesional o personal" reconoce Julia Samamé. Es esquelense, médica cirujana radicada hace diez años en Estados Unidos, hoy con residencia en Houston. Resguardar la seguridad y calidad en uno de los hospitales -especializado en COVID19-de la compañía hospitalaria más grande del mundo, es la enorme tarea que la desvela, a ella y a su equipo.
Cuando ejerció su profesión en Argentina, su actividad tampoco era sencilla ni tranquila. Se especializó en trasplante, una formación donde los hombres pisaban fuerte. Pero ella se subía a un avión a las tres de la mañana para ir a buscar un órgano a otras provincias, siguiendo directivas del Ente de Ablación e Implante de Córdoba (ECODAIC), en el Hospital Privado. Una carrera que un día debió hacer a un lado para formar su familia en otro país.
Ser médica le dio una enorme ventaja para ocupar el puesto de liderazgo que ejerce hoy. Julia es Vicepresidente de "Quality Management" (aunque no es exacto, se traduce como Calidad y Seguridad del paciente) en uno de los hospitales de HCA Healthcare.
Reconoce que su cargo actual está en su punto más estresante, pero asegura que es "altamente gratificante". La pandemia sacudió los paradigmas sanitarios del país y puso a prueba su capacidad de adaptación para modificar hábitos y protocolos de funcionamiento en el hospital, y también puso patas para arriba su vida personal, con una mudanza frustrada que partió su familia en dos.
EQS—¿Cómo se maneja un puesto de Calidad y Seguridad en medio de una pandemia?
JS—Es un desafío impresionante a todo nivel. Acá hay un montón de regulaciones y protocolos. Mi tarea es corregir deficiencias y armar planes de acción, en sintonía con lo que define la compañía a nivel nacional. Acá en Estados Unidos hay un montón de políticas, de estándares y mi función es eso: estudiarlas y preparar al hospital para que las cumpla y ante situaciones de emergencia es un rol fundamental, porque las manejás vos: cada vez que hay un tornado, un desastre, se organizan los centros de comando con el resto de las autoridades del hospital y determinan cómo vas a funcionar. En estos casos el gobierno nacional autoriza a los estados a decretar el estado de emergencia, que te permite relajar controles, mover gente, aumentar camas, disponer del dinero de otra manera. Ejemplo, determinar cómo vamos a transportar a pacientes infectados dentro del hospital y desde afuera hacia adentro. Se determina cerrar puertas para asegurar que toda la gente que entra al hospital se le ponga una máscara, se tome temperatura, se le haga el screening.
"Las primeras semanas, el miedo de que tenía que entrenar a la gente y decirles que no se iban a contagiar pero por otro lado escuchaba todo lo que estaba pasando afuera y en las noticias. Decidí cortar con todo lo que me predisponía mal. Mi marido (Carlos, médico), en el estado más infectado del país con un nuevo trabajo, esperándome. Yo, trabajando full time con mis hijos, Benjamín y Mateo cuidados por una persona desde las 5 de la mañana hasta a veces pasadas las 10 de la noche. Carlos con pánico de que me pasara algo a mí o los chicos. Son cambios drásticos. No más ropa de trabajo sino ambo. Llegar a casa, sacarme la ropa en el garaje, lavarme las manos y recién ahí con ropa limpia, entrar a abrazar a mis hijos.
"La pandemia puso en evidencia un montón de cosas que por años se hicieron de la misma manera y costó el cambio hasta en decisiones simples. Cuando apenas empezamos a tener estas reuniones uno de los planteos era el abastecimiento de alcohol en gel. Yo decía '¿cuál es el problema?'. Hasta que yo me vine, en Argentina no había alcohol en gel. Había lugares donde te podés lavar las manos. 'Saquen todo el alcohol en lugares donde hay agua y jabón y lo llevan adonde no hay' Me acuerdo que el desabastecimiento era impensado y generaba mucha angustia al principio. No se tomaron a tiempo las medidas necesarias para la provisión de barbijos, alcohol en gel, desinfectantes, por ejemplo. Acá las industrias tienen modelos de demanda para todo el año y producen en función de eso. Ellos saben por ejemplo que se venden más los desinfectantes en épocas de gripe pero nunca esperaron esto y hoy te dicen que ya no tienen capacidad para producirlos.
Para mí aunque esto no deja de ser una catástrofe, es un experimento impresionante y no estamos viendo malos resultados. El caso de reusar barbijos o ponérselos a las máscaras, algo que jamás hubiéramos hecho, son medidas que a mí como argentina me parecen cosas simples, de adaptación".
Entrevista #EnVivo: la responsabilidad, la separación familiar y la situación del país.
Más adelante, el desabastecimiento, las medidas preventivas y la capacidad de adaptación argentina como un valor.
—¿Cómo se vive en Houston la pandemia comparada a otras regiones del país?
—La situación acá es que cada estado, lamentablemente en vez de que fuera una resolución a nivel gobierno nacional, tomó las medidas que le parecieron y en el momento que le parecieron. Las de Houston no fueron de las más tempranas pero tampoco las más tardías. Acá lo esencial es que se canceló el Rodeo, el evento más importante del año, muchos viven de eso y se preparan todo el año. Eso fue una muy buena medida, pero a la vez causó un impacto psicológico en la gente, porque entendió que si estamos cancelando este evento era algo para prestar atención.
En otros estados que no se cancelaron como el "Mardi Gras" de New Orleans, de masiva participación a nivel mundial, a los días de haber tenido la primera muerte se duplicó la prevalencia de infección por habitante que tenía Italia. La ciudad más afectada dentro de EE.UU. es Nueva York y el estado entero; le sigue el estado de Washington y después en Louisiana, pero particularmente Nueva Orleans. Llegó a ser el estado con más mortalidad por habitante a causa de COVID.
Esto despertó un montón de cosas porque se empezó a hablar de la disparidad que hay en la salud en EE.UU en relación a las razas y al acceso a la salud. Si bien no terminó sorprendiendo a nadie, quedó en evidencia que la gente que más se muere es la afroamericana, y no porque tengan algún problema, se mueren porque tienen condiciones crónicas producto del pobre acceso a la salud. También la población latina, por la misma situación. Lo otro que se observó es que la respuesta de esos estados depende si estaban gobernados por republicanos o demócratas. Generalmente los que demoraron en tomar medidas como la orden de "quedate en casa" o nunca las adoptaron fueron mayormente republicanos, que además son los que están reabriendo ahora. Eso generó un montón de rispideces y falta de coincidencias entre autoridades".
—¿Qué diferencias ves en el sistema de salud norteamericano en comparación con el argentino?
—Las diferencias con Argentina, no sé si existe la cantidad de organismos de control como hay acá. El gobierno controla cómo se manejan hospitales con auditorías permanentes. El Italiano y el Austral en Argentina tienen la certificación de calidad y la atención en la seguridad del paciente, no sé cuántos más.
"En cuanto al sistema de salud en general, hoy ni siquiera tengo mucho punto de comparación. Creo que son dos países que van en caminos paralelos y no sé si en algún momento se van a cruzar. A veces me dicen que nosotros estamos más avanzados, creo que sí en algunas cosas, pero en otras no, son planteos, mentalidad y cultura muy diferentes.
"Asimismo, hay grandes diferencias por ejemplo entre un médico que trabaja en ámbito privado con otro de ámbito académico. Esto de que ´todos los médicos les va bien´, no es tan así. Por ejemplo las cirugías están canceladas. Hay muchos médicos que si no operan, no comen. Hay mucha cantidad de gente que tiene su casa y su auto pero como no tienen ahorro, viven del sueldo mes a mes, no tienen con qué sostenerse hoy. Es shockeante ver la cantidad de personas que quedaron desempleadas, que recurren a donaciones porque no tienen qué llevar a su casa".
"Otro punto es el acceso a la salud: no es para todos acá. Es la intención que tuvo Obama con su Obama Care, pero estamos muy lejos de llegar a esa situación. Si no tenés seguro médico no tenés acceso. Podés aplicar a programas nacionales pero no son para todo el mundo, porque tienen determinados requisitos".
Julia se ilusiona porque su hospital fue seleccionado para probar el antiviral para combatir el COVID19. Si los planes funcionan, si la "curva se aplana", será antes el reencuentro con su marido Carlos. Él es argentino, está especializado en cirugía robótica y tiene una hija de un matrimonio anterior. Con Julia, tienen a Benjamín y Mateo. Como a tantas familias, la pandemia los separó y están esperando reunirse para iniciar una nueva vida en Nueva Orleans.
Fotos: HCA Houston Healthcare West