El empresario Esteban Guitart y su hermano, que habían tomado el sector de faena de vacunos y ovinos del Frigorífico Esquel, confirmó a FM SOL que su permanencia es insostenible.

A menos que surja una alternativa viable, los Guitart tienen un pie afuera del negocio. La baja en la producción, la faena clandestina, la retracción dramática del consumo de carne y los aumentos en el kilo de asado, que llegó a 380 pesos en los últimos días, dejan poco margen para sostener la estructura y están evaluando con el dueño del Frigorífico si habrá una continuidad.

Los productores Guitart ocuparon un sector del frigorífico -cuya actividad se había reducido solo a la zafra de la liebre- desde hace menos de un año. Hicieron una apuesta fuerte en acondicionar el espacio y comenzaron a operar en la faena de cerdos, vacunos y ovinos, haciéndose cargo de los sueldos de ocho de los trabajadores del lugar.

Sin embargo, la situación se tornó muy complicada y la baja se dio en todos los eslabones de la producción, hasta el consumidor final. Guitart reconoció que los costos lo superan, tampoco logra cobrar su producción y acumula deudas de servicios e impuestos que son insostenibles.

Desde el sindicato de la carne, Tomás Ríos, con 30 años de servicio en el Frigorífico reconoció a NOTAS DE RADIO "volvemos a sentir la incertidumbre del desempleo y todo el esfuerzo que hicieron los Guitart y no se ha podido salir adelante. Si se continúa, no sabemos con cuántos empleados".

Recientemente, el frigorífico hizo acuerdos de precios con sindicatos para promover el consumo de carne, pero evidentemente no es suficiente para activar la producción.

La situación pende de un hilo.