Comodoro: Emotivo homenaje a los tripulantes del ARA San Juan
En el segundo aniversario de la tragedia se descubrió en el Puerto de Comodoro una placa en honor a los 44 marinos fallecidos.
Familiares, funcionarios y vecinos de Comodoro Rivadavia encabezaron este viernes en el puerto de la ciudad un emotivo acto en homenaje a los 44 tripulantes que en 2017 perdieron su vida a bordo del submarino ARA San Juan.
La ceremonia se desarrolló este mediodía frente al edificio de la Armada Argentina por iniciativa del Gobierno del Chubut y la Honorable Legislatura de la Provincia, a poco más de dos años de la tragedia que conmocionó al país y el mundo.
En un acto donde primaron muestras de agradecimiento hacia organismos, instituciones y trabajadores que voluntariamente se acercaron a colaborar en las tareas de búsqueda y rescate, también se realizó un minuto de silencio y se colocó una placa en honor a los submarinistas fallecidos.
En representación del Gobierno provincial, el administrador del Puerto de Comodoro Rivadavia, Favio Cambareri, señaló que la "pérdida de los marinos nos tocó muy cerca, a nosotros y a todo el país", y recordó que desde "esta ciudad tuvimos la oportunidad de trabajar en la organización de la búsqueda en conjunto con distintos países del mundo que acudieron a la emergencia".
Calidad humana
En un sentido discurso, el padre de uno de los tripulantes fallecidos, Luis Tagliapietra, retrocedió en sus palabras hasta el 22 de noviembre de 2017 "cuando desde la Armada nos dijeron que estaba confirmada la explosión, en ese momento se sabía poco, lo cual fue un golpe durísimo para todos".
Reveló que en "ese profundo dolor, veíamos por televisión cómo el pueblo de Comodoro, la gente del puerto y Favio Cambareri -que hoy nos transformamos en grandes amigos- vinieron y se autoconvocaron a trabajar las 24 horas para poder rescatar a los chicos".
Tagliapietra recordó "a la gente del Hospital acondicionándolo para esperarlos y esa fue una inyección de esperanza para nosotros y fue un ejemplo de que no hay que bajar nunca los brazos. Lamentablemente ya había pasado lo peor y no se podía solucionar".
"Fueron días de esperanza que me regalaron todos ustedes", aseguró emocionado y agregó que "cuando vine por primera vez, ahí me confirmaron la calidad humana de todos, y a dos años todavía me siguen dando fuerza y apoyando".