El factor sorpresa es la clave de este día que se presta para todo tipo de mentiras y bromas. Se festeja en España e Hispanoamérica y todo puede pasar.

La licencia para dar una noticia falsa desde los medios de comunicación o cazar a un amigo distraído, que acaba de despertar y hacerlo salir corriendo por alguna noticia de mal gusto es el clásico.

Pero en verdad, el 28 de diciembre conmemora un hecho trágico del cristianismo, como fue la orden del Rey Herodes para asesinar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, para deshacerse de Jesús, el nuevo Rey de Israel.

Esa broma, la inocencia y la diversión "a la manera de un niño" podría ser la conexión entre el origen y la costumbre pagana.