30 años de Ayehuen: embajadores de la danza folklórica local
En el día del cumpleaños del Instituto que hizo bailar folklore a tantas generaciones, su creador repasa el camino recorrido con la humildad de un gran maestro. #EnVideoEQS
Por Milagros Nores
Tres décadas cumple Ayehuen enseñando "la vida del ser argentino". Porque no solo se trata de la danza...
Así lo asegura Mario Baigorria, creador del Instituto de Arte Nativo Ayehuén, un espacio en donde la formación en la danza va más allá: historia, geografía, clima, vestimenta, y el sentir del propio lugar, como bien manda el folklore.
De profesión maestro y profesor de danzas folklóricas, Mario aprendió a bailar en su pueblo natal, José de San Martín, en la escuela, hasta que se formó como profesor en el Conservatorio Fracassi, de Buenos Aires, uno de los grandes institutos a nivel nacional.
Ayehuén, que se traduce como "lugar de alegría", transitó de la mano de Mario un camino de aventura signado por su amor por la enseñanza y la entrega con la comunidad. Desde sus inicios como un simple taller hasta su presente consolidado, esta escuela de folklore vio transformar las caritas de miles de niños no solo en adultos profesores, sino en personas íntegras, con amor por su tierra.
La currícula de Ayehuen siempre oscila entre 80 y 120 alumnos, pero además el instituto cuenta con un elenco estable de siete parejas para las presentaciones.
Desde que Mario dejó de enseñar, hace diez años, el instituto quedó en manos de Adriana, su hija, y Aimé, su nieta. Pero Mario siempre está, y tiene mucho para contar a EQSnotas.
EQS-¿Qué sentís que da la formación en danza folklórica a un niño?
MB-Nosotros como somos escuela, trabajamos enseñándole la ciencia del folklore. Todos los hechos folklóricos tienen ese encuadre, social, geográfico. Aprenden por qué por ejemplo los vestuarios de la Mesopotamia o de Cuyo tienen relación directa con el clima y la ubicación geográfica. También aprenden cómo se vive en esas zonas. Pero además la integración. En Esquel hemos logrado algo muy importante: unir las clases sociales. Hemos tenido bailando chicos de barrios marginales con gente de pleno centro y andar abrazados de arriba para abajo y olvidando su clase social. En un momento habíamos logrado con los encuentros provinciales que nuestros chicos se juntaran cinco veces por año y compartían. Hoy no se puede ya, hay otras realidades...
-¿En qué consiste la formación que brinda el instituto?
-Los alumnos se inician desde los tres años sin límite de edad para arriba. Comienzan con la base de danza folklórica. Si empiezan a los seis años, se pueden recibir a los 16. Si son jóvenes, ya son cinco años y si son adultos, pueden hacerlo en 3. Nosotros formamos profesores elementales, que es el primer nivel, que no está habilitado para tener una escuela, y el profesor superior. Después ellos se perfeccionan en otro tipo de danzas.
-¿Y cuántos egresan?
-Debemos tener unos 50 recibidos con el título superior y otro tanto con elemental.
-¿Cuántos tipos de danzas debe aprender un alumno?
-Las danzas folklóricas puras son interminables. Son casi cien. El alumno que llega al título las conoce y las baila a todas. Por nombrar algunas: gato, chacarera, escondido, cueca, pericón, un poco de carnavalito... Después cuando uno comienza ya a querer hacer escenario se incorporan los fundamentos de danzas clásicas y modernas. Y son proyecciones, no folklore puro, porque la danza folklórica es esencialmente de a dos (parejas) o en cuartos. Ya cuando vos la llevás a un estudio o a un escenario deja de ser folklore. La parte escénica es la más embromada, tenés que respetar la raíz, sin hacer cosas burdas.
-¿En cuanto a lo técnico de la danza, cómo convive el folklore tradicional con las danzas del lugar?
-Un hecho folklórico es folklórico cuando se adapta a la sociedad donde se está haciendo. La chacarera que nosotros bailamos si la hacemos libremente no es la misma que se hace en Santiago del Estero. El chamamé se baila en cualquier provincia patagónica y del país pero no igual que en Corrientes. Toma la idiosincrasia de cada pueblo donde se hace. Por ejemplo lo mapuche no es folklórico, es decir no todavía. Es una danza pura. Por empezar ellos no la toman como danza recreativa, sino que la incorporan en sus rogativas. Cuando nosotros incorporamos elementos de ese tipo se llama recreación. Y es que respetando la raíz, se hacen otras figuras. Otros lo llaman estilización de la danza folklórica, por ejemplo cuando se incorporan danzas clásicas a los movimientos.
-¿Cómo recordás los inicios?
-Comenzamos con un grupito de cinco parejas (niños). La primera comisión que formamos cuando se fundó, la presidenta era una chica de 14 años y el secretario también era un muchachito de 14 años. Nacimos en abril del ´88 y en septiembre del 89 hicimos el primer encuentro provincial. En el auditorio. Vinieron grupos que hoy viven todavía como Camaruco, Pilmayquén y otros dos más... Con ellos hicimos un espectáculo que reventamos el auditorio. Vendimos 300 y pico de entradas. De ahí siguieron los encuentros provinciales, que después fueron patagónicos y de ahí nacionales. También hice talleres en los años ´90, en la escuela 54 y la 8, que fueron los semilleros para crecer y atraer cada vez a más chicos a Ayehuen.
-¿Cuáles fueron los hitos más importantes para Ayehuen?
-Algo que marcó muy fuerte fue Cosquín en 2013, cuando representamos a la provincia y éramos solo nosotros. Logramos algo que nos impactó, hacer poner de pie el público. Ese fue el reconocimiento máximo. Y para todo bailarín o folklorista subir a Cosquín es un sueño. Ya habíamos ido dos veces a Cosquín, en el 2007 y en 2011. En esa oportunidad con cinco o seis escuelas más se formó la delegación provincial y nos presentamos en conjunto. Además hemos traído varios premios ...
En este video, Mario recuerda otros detalles del Instituto que acaba de cumplir 30 años y hace un balance que se queda corto con los logros...