Autoestima: La llave que abre o cierra todas las puertas
Cintia Marihuan, facilitadora en Constelaciones Familiares, nos habla acerca de la importancia de trabajar en nuestra autoestima para una vida más plena.
Mucho escuchamos a diario sobre la autoestima, el autoamor, la autovaloración, leemos tips en redes sociales acerca de cómo aumentar el amor propio, escuchamos podcast tratando de encontrar una guía que nos haga más fácil el camino, algunos practican afirmaciones frente al espejo… y probablemente comenzaste a leer esta nota tratando de encontrar una señal…. Evidentemente la AUTOESTIMA es un tema que en algún momento de nuestra vida vamos a enfrentar, nos va a invitar a pegar un salto, nos va a golpear la puerta diciendo: ¡Acá estoy! no importa la edad, el género o el estatus social, en algún momento te vas a incomodar…
Es posible que mientras lees estas líneas estés haciendo una evaluación de cuál es tu nivel de autoestima… pero, comencemos por el principio: ¿Qué es AUTOESTIMA?
Desde un punto de vista etimológico la palabra autoestima está formada por el elemento “auto-” que viene del griego autos y significa por sí mismo o propio, y la palabra “estima” del verbo estimar del latín estimare que significa evaluar, valorar, tasar.
La traducción sería AUTOESTIMA: AUTO VALORACIÓN = AUTO EVALUACIÓN, valor que me doy a mí mismo.
En general hablamos de que una persona puede tener ALTA AUTOESTIMA, BAJA AUTOESTIMA O FALTA DE AUTOESTIMA. Lo cierto es que a nadie le falta autoestima o no tiene autoestima, ya que como dije antes es una valoración que hacemos sobre nosotros mismo, es decir TODOS TENEMOS AUTOESTIMA, si es verdad que esa autoestima puede ser alta o baja, como ya sabemos ningún extremo es bueno… y tampoco tenemos un autoestimometro que nos indiqué: hasta acá, ¡es BAJA! y de acá para arriba, ¡es ALTA, de hecho, resulta mucho más conveniente para nuestra mente hablar de AUTOESTIMA SANA O INSANA.
Ahora, qué determina que nuestra autoestima sea más o menos SANA?
Tenemos tres parámetros que nos pueden dar pistas de esto:
¿Cómo me siento?
Acá entran todo tipo de emociones y juicios; sentimientos relacionados a la apariencia física (me siento feo/a, bello/a), sentimientos relacionados a nuestras capacidades o aptitudes (me siento confiado/a, me siento capaz, me siento insuficiente), sentimientos en relación con otros: ¿siento culpa cuando quiero decir que no? o ¿me siento en paz cuándo digo no?
¿A dónde me dirijo?
¿Cuáles son mis metas? ¿Mis Aspiraciones? ¿Alcanzo los objetivos que me propongo? ¿Termino aquello que empiezo? ¿Me comprometo con mis aspiraciones? ¿Me siento satisfecho/a con mis logros? ¿Busco superarme o me limito?
¿Cómo son mis relaciones?
¿Tengo relaciones que me inspiran, me elevan y ayudan a crecer? ¿O Tengo relaciones que me generan dependencia y malestar? ¿Pongo como prioridad a los otros antes que mis deseos?
Estos son parámetros que te ayudarán a saber si tu autoestima es SANA O INSANA y el termómetro serán tus emociones.
La regla es:
A MAYOR BIENESTAR MAS SANA ES MI AUTOESTIMA
A MAYOR MALESTAR MAS INSANA ES MI AUTOESTIMA
Ahora bien, ¿cuándo se gesta mi autoestima?
Todos llegamos a este mundo siendo 100 % dependientes, no podemos sobrevivir sin la mirada, el contacto y cuidado de un otro. Desde nuestro primer instante en esta tierra recibimos de nuestros adultos cercanos, padres, abuelos, tíos, hermanos mayores, amigos de la familia, todo tipo de apreciaciones sobre nosotros, algunas podrían ser “positivas y otras no”, (no vamos a entrar en detalles), pero en definitiva son todas OPINIONES, JUICIOS Y PERCEPCIONES DE OTROS que ingresan a nosotros a través de nuestros sentidos y van construyendo en nuestra mente una IMAGEN DE QUIENES SOMOS Y DEL VALOR QUE TENEMOS. Es decir que: La autoestima es una valoración que nos damos a nosotros mismos, pero en base a lo que otros piensan, y dicen de nosotros (VOLVE, LEELO DE NUEVO).
UF!!! Entonces aprendemos a valorarnos a través de los ojos de otros, muchas veces con muy buenas intenciones y malos resultados.
A medida que vamos creciendo también va creciendo en nosotros esa vocecita que nos susurra cositas al oído cada vez que tenemos que tomar una decisión, cada vez que queremos comprarnos algo, o cada vez que recibimos un halago, pero dependiendo de cómo se haya construido esa vocecita serán nuestras respuestas, y nuestra sensación de BIENESTAR O MALESTAR como resultado. En definitiva, lo que creo que MEREZCO o no estará dado por mi autoestima.
Si siento que merezco tal o cual trabajo, o pago por lo que hago, ¿el tipo de relaciones afectivas con las que me vinculo etc. ¿cuántas veces hechos oído la frase?: ¡TENES QUE QUERERTE MAS! HACETE RESPETAR! ¡ÉL PERMITE TANTAS COSAS PORQUE NO SE RESPETA! Y también al revés, ÉSTE, ¿QUIEN SE CREE QUE ES?
Escuchamos también muchas frases que pretenden elevar nuestra autoestima, que están muy bien y pueden ser efectivas en algunos momentos, como por ejemplo: el conocido, ¡PORQUE QUIERO, PUEDO Y ME LO MEREZCO! O el famoso: ¡COMO TE VEN, TE TRATAN! ¡SI TE VEN MAL, TE MALTRATAN!
Suenan bien, pero incluso, aunque pongamos toda nuestra intensión en repetirlas no es matemática, es un poco más complejo, porque detrás de la construcción de nuestra AUTOESTIMA hay un aspecto invisible que nos mantiene atados a esos relatos insanos de nuestra autovaloración.
¿Qué dicen las constelaciones familiares acerca de esto?
Detrás de una autoestima insana se encuentran enmascaradas la culpa y la lealtad a nuestros anteriores. Ya que estamos unidos a nuestros ancestros por hilos invisibles que nos dirigen inconscientemente, impidiendo que podamos caminar libres y plenos, en resonancia a lo que la vida propone.
Entonces, por ejemplo: si mamá o papá no tuvieron la posibilidad de sentirse merecedores de las bondades de la vida, nosotros por amor y lealtad decimos internamente: Mamá/ Papá te sigo en tu desdicha, si vos no fuiste merecedor de ser valorado/a yo tampoco lo seré... porque si lo soy, me alejo de vos.
Para todo niño en su corazón, lo más importante es estar cerca de quienes le dieron la vida, sus padres, e inconscientemente permitirse una vida mejor, y sentirse MERECEDORES Y VALORADOS es alejarse del clan, de ahí la lealtad y la dificultad para desarrollar una autoestima SANA.
Pero entonces, ¿puedo hacer algo para pasar de una autoestima INSANA A UNA SANA?
¡¡¡La buena noticia es que SI!!! ¡Nuestra autoestima no está escrita en piedra (aunque a veces parezca) y está en nuestras manos sacarle el jugo!
Para esto vas a necesitar entender que es una decisión personal querer dar este paso, y que va a requerir de vos TIEMPO, PRÁCTICA Y CONSCIENCIA.
¡Acá te dejo tres pilares que van a hacer que el camino sea más fácil! Como una especie de guía o mapa que te ayude a saber ¿dónde estás? y a ¿dónde queres llegar? ¡Tomá nota!
AUTOCONOCIMIENTO: Primero y principal vas a tener que meterte en el barro sin botas de goma, vas a tener que conocerte. ¡Nadie puede valorar aquello que no conoce!, y como digo siempre “quien no conoce su historia tiende a repetirla”, explorate, indagate, desafiate, conoce ¿cuáles son tus patrones familiares? ¿cuál es la norma en tu familia? ¿qué se dice en tu familia? ¿Cuáles son las creencias en tu familia, sobre el amor, sobre el dinero?
AUTOACEPTACION: No te voy a mentir, ésta es la parte más áspera. Nos cuesta aceptar y asentir a todo tal y como es, (te lo digo por experiencia propia, todos los días hago el ejercicio de aceptar) Culturalmente estamos acostumbrados a pelear con la realidad, a querer cambiar los hechos, resistirnos, a oponernos. Esto no es una invitación a que te conformes, por el contrario, es una invitación a que no pierdas tiempo ni energía en aquello que no depende de vos y no podes cambiar. ¡Tu energía no es ilimitada, no la malgastes! Acepta y Acéptate tal cual sos y trabaja en mejorar la mirada y diálogo interno sobre vos mismo/a con mayor amorosidad, empatía y respeto. No te digas lo que no le dirías a tu mejor amigo.
Vamos con algo cotidiano: Cuando recibas un halago, por ejemplo: ¡Que lindas tus botas! ¡No rechaces el halago, Tomalo! Aceptalo! ¡No lo justifiques! No digas: ¿Ah te gustan? ¡Las compre por dos mangos! ¡Las tengo hace mil! Nooooo!!! Además, ¿te diste cuenta de que feo es que te rechacen un halago cuando lo haces de corazón?
Recordá: aquello a lo que le ponemos atención crece más rápido
¡Entonces enfócate en recibir, y en agradecer! Y la vida se encargará de traerte más de lo mismo.
Entonces cuando recibas un halago, decís: ¡GRACIAS Y SONREIS! ¡Nada más! (ni nada menos).
Y por último…
AUTORESPONSABILIDAD: es importante tomar absoluta responsabilidad sobre nuestra autoestima, ya que somos nosotros mismos los únicos capaces de poder nutrirla y cuidarla, tomando acciones concretas para desarrollar esa autoestima cada vez más SANA. Es un compromiso diario con nosotros mismos, del cual nos solo seremos los primeros beneficiados, sino todos los que estén a nuestro alrededor, ya que lo bueno se contagia, se comparte y se multiplica.
Cintia Marihuan
Facilitadora en Constelaciones Familiares
Coach Ontológico