Las historias sobre la noche de terror que vivió la Comarca este martes por los incendios se suceden y no dejan de asombrar. Pero pocos días después, los propios vecinos entienden que no hay tiempo para lamentar y que es necesario poner manos a la obra.

Este es el caso de Nicolás que el martes cuando volvió a su casa encontró las llamas devorando la vivienda que hacía un par de meses habitaba junto a su familia.

La primera sensación fue la de todos, intentar salvar algo, pero inmediatamente se dieron cuenta junto a su esposa y sus hijas que era imposible y huyeron. Literal: huyeron. Ese es el término que todos los vecinos utilizan.

EQSnotas.com recorrió la zona y habló con la gente que intenta volver a empezar. Tres días después encontramos a Nicolás limpiando la platea de su casa en el Callejón Vera para volver a empezar.

"Seguimos apostando por este lugar" dice mientras con la pala va sacando los escombros de lo que quedó y admite que "vivir en el bosque tiene sus riesgos".

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La historia de Diana es parecida. Vive a pocos metros de Nicolás y perdió todo. Lo único que quedó en pie fue la casa de juego de su hijo con quien vive en la zona del Callejón Vera.

Allí tenía su casa, su huerta, animales y toda la producción que tenía para autoabastecerse y vivir. El acceso es difícil y eso también hace que mucha gente deje sus donaciones sobre la ruta, sin cruzar hasta esta zona que no está entre las más visibles, pero sí entre las más afectadas.

"Estamos acostumbrados a volver a empezar" dice con voz de resignación Diana al momento de contarnos cómo se hace para levantarse al día siguiente del caos. Ella eligió permanecer en el lugar "también nosotros hacemos la guardia de cenizas" marca y destaca la unidad que tienen entre los vecinos.

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