El engaño y traición detrás del plan macabro para desviar la investigación del homicidio de Copponi
La mirada de los fiscales sobre el oscuro plan de una mujer para desviar la investigación del homicidio de Copponi y desincriminar a su hijo. La simulación de un suicidio, una falsa confesión, el envío de las cartas a los abogados y la droga inyectada. Detalles de un caso estremecedor.
La investigación evidencia ribetes sumamente oscuros. El crimen de Alejandro Ernesto Olenik se habría cometido para desviar la investigación del homicidio de Copponi y desincriminar al actual imputado. Para los fiscales hubo planificación, engaño y traición.
La hipótesis del equipo que encabeza la fiscal María Bottini, sostiene que autora de este crimen, eligió a una víctima sumamente vulnerable, que confiaba en ella, para desvincular a su hijo. Olenik, según lo que pudieron verificar hasta el momento los investigadores, no tendría ningún vínculo con Copponi ni con su entorno.
"Fue un intento de ocultamiento que salió mal” destacó Bottini y al momento de explicar los argumentos que llevaron al Juez O'Connor a determinar 6 meses de prisión preventiva para Beatriz Giorgi. La mujer iba a ser trasladada en la madrugada del domingo al Instituto Penitenciario Provincial en Trelew pero el sábado por la noche tuvo un intento de suicidio en el calabozo y aún permanece internada en el hospital.
La información fue brindada por el Jefe de la Seccional Primera, Comisario Omar Martínez.
Los detalles de un macabro caso
El 18 de septiembre a las 12 hs, personal de Comisaria Distrito Primera Esquel, respondió a un llamado que pedía presencia policial en el edificio de AJURPE de calle O´Higgins Nº 1021. Al llegar constataron el fallecimiento de un hombre joven que se había alojado ahí, el día anterior. Se trataba de Ernesto Alejandro Olenik de 36 años.
Sobre la mesa de luz había un sobre conteniendo un manuscrito. El texto cerraba con el nombre de Olenik y su número de CUIT.
El contenido era una confesión en la que se responsabilizaba del homicidio de Federico Enrique Copponi (11/06/23) y decía que por esa razón se había quitado la vida.
En contacto con Notas de Radio, la Fiscal señaló que "Olenik no tenía nada que ver con el entorno de Copponi ni de Saénz de Zumarán lo que nos pareció muy raro, en principio no tenía ninguna conexión".
El aporte de las cámaras de seguridad
El punto es que cuando hicieron el estudio de las cámaras determinaron que Olenik ingresa con una persona femenina al lugar, ella se retira el 17 de septiembre luego de las 15:30.
La investigación permitió reconstruir el derrotero de Onenik desde el momento en que contactó a la persona que le alquiló esa habitación por una noche. No estuvo solo todo el tiempo. El análisis de diferentes cámaras de seguridad y la entrevista a taxistas, permitió identificar a quién sería su acompañante. La madre del imputado por el crimen de Copponi. Olenik y la mujer tenían un vínculo desde hacía tiempo, laboral y de amistad o íntimo.
El análisis caligráfico
Otro de los aspectos que le llamó la atención a los investigadores fue la caligrafía de la carta que luego de ser sometida a una pericia determinó que no se correspondía con la letra ni el modo de expresión de hombre fallecido.
Los datos que ofrece esa carta son precisos, hacen referencia a datos obtenidos por la investigación y expuestos en audiencias. El escrito estaba fechado unos días previos al hallazgo del cuerpo, más precisamente el 14 de septiembre. Un día después, el 15, la imputada fue a visitar a su hijo a la Comisaría. El cuerpo de Olenik fue hallado el 18.
La droga inyectada
Por otra parte, en un primer momento observaron que el cuerpo no presentaba signos de violencia, solo un hematoma en un antebrazo que podría corresponderse con una inyección. Durante la autopsia fueron tomadas diferentes muestras biológicas para su posterior análisis de laboratorio. El resultado arrojó la presencia de una droga de uso tópico cuya ingesta resulta mortal.
En el allanamiento realizado en la vivienda de la mujer se encontraron frascos de flores de Bach. Estos y otros elementos fueron secuestrados. El análisis de laboratorio arrojó un dato relevante. El contenido del frasco no eran esencias de flores, era la misma droga que se encontró en el cuerpo de la víctima.
Las cartas enviadas a los abogados
La trama incluye tres cartas en similar tono. La primera es la encontrada al lado del cuerpo de Olenik con una autoincriminación sobre la muerte de Copponi. Sin embargo hubo dos envíos más según explicó la Dra. Bottini: uno a la abogada defensora de Sáenz de Sumarán, la Dra Nelly García, y otro al abogado querellante, el Dr Hermosilla.
En todos los casos el punto clave es la auto adjudicación de la muerte de Federico Copponi.
Las cartas dirigidas a los abogados las dejan en las oficinas de la Defensoría Federal y hacen un llamado advirtiendo sobre eso.
Esos escritos marcaban que datos de la investigación de la causa de Copponi que solo los conoce alguien ligado al expediente, como el imputado o su madre. Por otra parte indicaban que en varias oportunidades Olenik había ido a la fiscalía para hacerse cargo del hecho y que Bottini no lo había atendido. “Nunca vino a la fiscalía porque no tenía vinculación con el hecho y no había manera de vincularlo con el caso” explica la fiscal en diálogo con Notas de Radio.
Aparecen aquí una serie de mensajes que luego se determina con el rastreo de antenas, que fueron emitidos desde la zona donde está domiciliada la mujer. Y además en el allanamiento se secuestra una tarjeta SIM que correspondía al número en cuestión.
Bottini sostuvo que por el contexto que involucra al caso Copponi y puntualmente a un aparato de telefonía celular de ese hecho, develado adrede en la carta que no sería de puño y letra de Olenik, da fuerza a lo que podría ser una escena montada de autoincriminación.
Con orden judicial la imputada fue detenida y llevada a audiencia. Se dispuso su prisión preventiva por un plazo de seis meses, la decisión del juez Martín O’Connor fue revisada a pedido de la defensora particular Nelly García.
El tribunal revisor estuvo compuesto por dos jueces de otra jurisdicción que confirmaron la medida de coerción.