Psicología de la emergencia: bomberos y brigadistas son víctimas silenciosas de los devastadores incendios
El Psicólogo y oficial de Bomberos Sebastián Biondo, explica cómo impacta una catástrofe en las personas y en particular en los rescatistas de los incendios
El día después de una catástrofe, el principio de todo. Se fue la tormenta de fuego y dio paso a la tierra caliente, las cenizas, los focos insistentes y el "por dónde empiezo" de sus desolados habitantes. El desastre a escala humana, material, económica y ambiental que dejaron los incendios en la cordillera de Chubut todavía se está dimensionando.
Mientras van pasando los días y desfila la ayuda en camiones, las visitas de funcionarios y las investigaciones, van asomando más necesidades, se comprenden niveles de urgencia, aparecen nuevas víctimas. Y en medio de todo, están los bomberos voluntarios y brigadistas. Los que siempre están, los que es esperable que estén, enteros.
¿Enteros? Fueron combatientes, testigos y algunos damnificados directos de todo lo que ardió ante sus ojos. Algunos tuvieron la posibilidad de salvar vidas y animales, extinguir casas, otros no. "No tengo palabras" es lo que atinaban a expresar tantos de ellos en los medios. "Corrida de fuego", "desesperación", "infierno" completaban otros.
En estos incendios, todo recurso humano y material se vio sobrepasado por el fuego según reconocieron los mismos combatientes. "Cuando empiece a mermar la adrenalina seguramente irán cayendo fichas a cada uno de manera distinta" resumió hace pocos días el titular del Servicio Provincial de Manejo del Fuego, Rodrigo Rovetta.
Los bomberos son considerados víctimas terciarias en las catástrofes después de las víctimas primarias y sus familias. Hace unos días, una comisión de Psicología de la Emergencia recorrió los cuarteles de la zona afectada, con instructores enviados por la Academia Nacional y personal de las asociaciones chubutenses, con el fin de relevar necesidades y trabajar con la descarga emocional del bombero tras la catástrofe. De Esquel, participó el Departamento de Psicología de Bomberos a cargo del Licenciado en Psicología Sebastián Biondo, junto a su equipo*.
Cuando hay una emergencia, "el mundo psíquico con el que interactúa una persona se ve devastado en poco tiempo. Cambia intempestivamente. Esto sí produce una alteración mental muy fuerte, la persona puede quedar en estado de shock, ilesa, con ojos abiertos, puede estar mirando pero sin un reconocimiento. Podemos encontrar hiperactividad: la persona hace, hace, busca, busca sin sentido alguno. En estos momentos lo que uno observa es que está intentando reconstruir algo de su realidad actual".
El abordaje que hace la psicología de la emergencia puede tomar distintos caminos en función de las víctimas. "Cuando se habla de la víctima primaria hay que tener en cuenta la singularidad de cada individuo, los recursos simbólicos, capacidades de resiliencia". Fundamentalmente se trata de una tarea de acompañamiento, de prevención. "Que puedan identificarse con el lugar que están transitando y salir desde un lugar cuidado" explica.
Para Biondo es tan importante cuidar tanto de las víctimas primarias como las de quinto nivel en eventos de estas características. Refuerza la idea del "cambio abrupto e inmediato de escenario. Este proceso mental de entendimiento y reconocimiento sobre la nueva situación lleva un tiempo y no es un tiempo que solo se puede definir desde lo cronológico sino también desde lo emocional. Esa decantación emocional es importantísimo también que se acompañe, es el trabajo que se hace con víctimas primarias muchas veces".
Por otra parte, advierte que "hoy el contexto está mirando y buscando a las víctimas, pero es importante comprender que la gente en ese momento está en estado de adrenalina, en un momento de mucha movilización mental. Sus capacidades cognitivas tanto racionales como emocionales están en dos etapas distintas. Hay mucha exigencia, mucha atención puesta en lo cognitivo. Es parte del trabajo que después empieza. Vas a hablar con una persona que no está en un momento de flexibilidad sino de mucha tensión" puntualiza.
Siguiendo con el foco en las primeras víctimas, añade que "estamos en un período muy delicado donde la persona está intentando redefinir su realidad o pensar cómo se va a relacionar con el nuevo suceso inesperado con el que se encuentra. Hay otro punto más que es importante diferenciar y es que la persona está poniendo sus mecanismos psíquicos en juego para volver a relacionarse con un mundo que hasta el momento era inexistente".
¿Cómo se cuida al bombero?
El trabajo con los cuarteles de Bomberos apunta al cuidado emocional del rescatista. "Realmente lo que vi en el recorrido es un conjunto de hombres y mujeres batallando con este momento" expresó Biondo y puso en valor "el factor humano, dar lo mejor en forma voluntaria. El nivel de predisposición de la totalidad de los bomberos voluntarios de la comarca frente a la magnitud de la catástrofe".
"El agente bomberil tiene un recorrido frente a la emergencia. Desde ese lugar es una carga emocional muy alta por la exposición a la vivencia. Hay que diferenciar la magnitud del evento a transitar. Este es un evento grande. Si bien puede haber algo de corto plazo de un nivel alto de exposición, el bombero se lleva algo de esa experiencia. Entrega su saber, su habilidad pero se lleva un conjunto de recorridos, impresiones, sentimientos, emociones, saberes" precisa.
"Cuando se habla de estrés, surge cuando hay un componente biológico psíquico sostenido en el tiempo mayor al que puede tolerar. Es el estrés lo que no sería favorable para el desarrollo psicosocial de un bombero. Una vez que ingresa a una intervención va a estar expuesto a un nivel de tensiones estresantes, depende de la circunstancia del evento, volverá con una carga hacia su cuartel. Lo que se produce es la disociación emocional. Lo cognitivo gobierna para resolver la emergencia, esto es lo que separa a la víctima primaria y la terciaria -donde entraría el rescatista-. Es esa distancia con el evento y su idoneidad".
El entrenamiento del bombero le permite una mínima previsibilidad. "La cadena de pensamientos va armando un mínimo esquema con algo de lo que se va a encontrar. Ahí los recursos mentales están sumamente activados. En la víctima primaria no es así. El bombero se encuentra con ese evento y no solo vuelve con eso sino que la emoción empieza a buscar su lugar. Va a buscar ese nuevo equilibrio" señala.
"Lo que se hace en las técnicas de desactivación emocional o de decantación emocional es justamente que encuentren en esa instancia la capacidad de volver a conectarse con su situación actual. La víctima primaria está en un momento inmediato porque es parte de esa emergencia. Parte de empezar a trabajar con este departamento es generar reconocimientos emocionales y sus efectos sobre el bombero".
Luego, remarca que "no todo bombero que se encuentre expuesto va tener que padecer algo".
*Los miembros del Departamento de Psicología de Bomberos de Esquel a cargo del oficial ayudante Biondo son el sargento Ramiro Matamala, el sargento primero Pablo Ruminahuel, y el bombero Kevin Álvarez