Por Milagros Nores/Fotos: Juan Balestra 

Detrás de cada bebé prematuro que dio pelea y egresa del hospital a su hogar en brazos de su familia hay un batallón de enfermeras de "Neo" que lo hicieron posible codo a codo con los médicos. Desde recibir a un bebé con un peso de 500 gramos y luchar de igual a igual por su sobrevida, hasta despedirlo cuando ya no tiene esperanzas, estas mujeres tienen el enorme desafío de maternar a esas mamás y papás en momentos a flor de piel y entrenarlos para el regreso a casa en forma segura.

Basta con recorrer la única terapia neonatal de la cordillera para comprobar la complejidad del sistema en el que se ponen en juego no pocas habilidades técnicas y humanas para salvar estas pequeñas vidas. La jefa de enfermeras, Graciela Díaz, nos abre las puertas de la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) del hospital de Esquel. Su testimonio es el de una mujer entregada toda su vida a esta profesión que no deja de emocionarse cuando relata cuánto abarca y cuánto significa esta unidad. "Ningún bebé prematuro es igual a otro, como tampoco ningún miembro de la familia reacciona igual. Cada individuo es un ser único e irrepetible" asegura.

Enfermeras de Neonatología: brazos que sostienen y curan

La unidad cuenta con catorce enfermeras profesionales y cinco médicos especializados, tres de ellos neonatólogos. "Somos referentes en la zona cordillerana. Cubrimos 14 hospitales rurales y las clínicas privadas". Es un servicio "especial" como ella lo describe, por la enorme exigencia y vocación que requiere.

"Nuestra tarea va de lo placentero a lo complicado. Nos encargamos de recibir a bebés sanos, a aquellos de 22 semanas de gestación en adelante, o a los que nacen en término pero con malformaciones u otras patologías. Y no termina ahí, además, nos encargamos del binomio, de esa mamá con su bebé en período de adaptación a la vida extrauterina y hay que acompañarlos a ambos" explica.

Enfermeras de Neonatología: brazos que sostienen y curan
Ingreso a la "neo" del hospital de Esquel
Enfermeras de Neonatología: brazos que sostienen y curan
Terapia Intensiva
Enfermeras de Neonatología: brazos que sostienen y curan
Terapia intermedia

Enfermeras de Neo: delicadeza, empatía y precisión técnica 

Graciela tiene sesenta años. Sueña con jubilarse pronto y dejar a su equipo fuerte y capacitado al máximo. Es Licenciada en Enfermería en la Universidad de Lomas de Zamora con orientación al ámbito público y se especializó en Neonatología en la Universidad Austral, una formación de posgrado que surgió en los ´80 al separarse de la pediatría. "Cuando llegué al hospital de Esquel y me hice cargo del servicio en 2007, el 100% no eran enfermeras, eran auxiliares -cuenta- Hoy son todas especializadas. Si bien en Chubut no existe la especialización, "acá las enfermeras rotan tres meses conmigo y después se van capacitando virtualmente. Nosotros nos damos cuenta si una enfermera de neo reúne el perfil,  pero a mí me gusta que ellas mismas lo digan y tomen la decisión, porque este es un servicio muy especial".

En sus palabras, Graciela describe con emoción su tarea que va del privilegio de acompañar "un momento sublime como es un nacimiento deseado" a la entereza para sostener a una familia en la enfermedad o el duelo y el orgullo de ser nombrada madrina de bebés que hoy ya no están. #EnVideoEQS.

La enfermera formada para acompañar a un bebé con complicaciones —y a su familia— debe trabajar a diario la empatía. En los últimos veinte años la enfermería atravesó grandes cambios, asociados a la "humanización" del servicio, a la calidad de atención y a la profesionalización. "Soy enfermera de los ´80. Éramos intervencionistas, técnicas, cuanto más complejidad teníamos éramos las mejores enfermeras. Cerrábamos las puertas de las Neos y las mamás eran una visita. También estaba la hegemonía médica de: 'esperá que ya te llamo al doctor'" recuerda. "Aprendimos a desplazarnos del eje y a poner adelante a la familia. Eso es un cambio de paradigma que yo comparto con todos" señala.

"Me siento plena cuando veo que las mamás se van seguras de cómo atender a su bebé . #EnVideoEQS detalla qué le da satisfacción en su trabajo, el inevitable lazo de la enfermera con la familia y la enorme escuela de la salud pública como espacio de trabajo en terreno.

Graciela fue testigo y protagonista de grandes logros del servicio junto a otros profesionales, tanto en capacitación, como en lo edilicio y lo tecnológico. Tanto es así que el Hospital de Esquel aborda neonatos de menor edad gestacional que la que debería según la clasificación internacional gracias a años de trabajo en el perfeccionamiento del servicio.

Los requisitos mínimos de formación y recursos para un servicio como el de la UCIN son: "personal capacitado. Tiene que saber RCP invasivo, no básico. El minuto de vida de ese niño que nace es minuto de oro. En ese minuto tomamos decisiones que son para toda la vida de ese niño y de su familia. Un niño con secuelas va a depender de la salud pública después. Si no tenés recurso humano formado difícil que se trabaje bien".

Enfermeras de Neonatología: brazos que sostienen y curan
Enfermeras de Neonatología: brazos que sostienen y curan

Otro punto es la parte edilicia, una de las realidades más gratas para el servicio es el especial apoyo de los padres y la comunidad, como retorno a un trabajo invisible pero de gran sostén. Las instalaciones deben contener a una enorme red familiar en un tiempo prolongado que puede llegar a los tres meses. Las donaciones constantes logran mejoras en las comodidades: desde heladeras para guardar botellas, microondas o complejos aparatos de última generación hasta el lactario para que las mamás amamanten con comodidad. Mágicamente, todo va llegando para este servicio. "Tenemos aparatología que no han conseguido otros servicios en la provincia, gracias a la comunidad y a constantes aportes. Hoy por hoy podemos tener en una incubadora a gemelos juntos, con vapor para simular el útero materno".

Luego, la atención de prematuros insume fármacos adecuados de alto costo que deben ayudar en la inmadurez por ejemplo, pulmonar. "Son hormonas especiales, eso es tecnología y da sobrevida" explica y añade que "hace cuatro años logramos con autorización desde Rawson, vuelos semanales de un laboratorio de Buenos Aires donde preparan la alimentación especial que hay que suministrar".

En cuanto al recurso médico, Graciela celebra la presencia de tres neonatólogos en el equipo, aunque siguen faltando especialistas pediátricos. "Ahora empezamos a derivar menos en avión sanitario, porque contamos con un cirujano infantil, Gastón Ceballos". En sus años de servicio acompañó amorosamente a cientos de neonatos en sus incubadoras cuando eran derivados a otras ciudades. Ahora hay un equipo capacitado para hacerlo.

Por otra parte, si bien hay números alentadores a nivel nacional y provincial en lo que es tasa de mortalidad de prematuros, aún la muerte es una realidad que puede ser cotidiana. Lamentablemente la enfermera de Neo asiste muchas veces al fallecimiento de bebés. Sin embargo, también es testigo de las lecciones que dan otros. "Los pequeños milagros suceden todo el tiempo. Tuvimos uno este año, con un bebé del Cañadón de Bórquez que todos despedimos en la oración y sin embargo sobrevivió y está espectacular" rescata.

#EnVideoEQS, el pequeño por el que nadie apostaba y hoy la visita en el hospital con dos meses de vida:

Actualmente, la UCIN se refuncionalizó con el COVID, luego de primeros meses de altísimo nivel de estrés, poca información y baja de personal que amenazaban seriamente la continuidad del servicio. Con capacitaciones se logró bajar las barreras del temor en el personal de salud y fijar un modo de trabajo estricto que garantice seguridad. En su balance, Graciela vuelve a emocionarse. "Este equipo se fortaleció más que nunca en la pandemia".