Claudio Campos, el hombre que lleva el corazón esquelense al Mundial
El coordinador de selecciones de Ecuador se reconoce como "un esquelense nacido en Argentina" y en cada paso recuerda su origen. Uno de los más importantes es Qatar 2022.
Por Juan Martín Cángaro Di Carlo
Claudio Campos cumplió 47 años pocos días antes de que la selección de Ecuador debute en el mundial de Qatar 2022 contra el conjunto local en el partido inaugural de la Copa del Mundo de la FIFA.
Perseguir los sueños es algo que llevó al Coordinador de Selecciones Nacionales de la Federación Ecuatoriana de Fútbol a estar bastante lejos de su casa, Esquel. Mal no le fue y tampoco se olvida de donde viene, una cualidad que casi todo aquel que alguna vez conversó con él puede reconocer con facilidad.
Claudio Campos es “uno de los nuestros” aunque no visita Esquel hace mucho tiempo y se encuentre, casi siempre, a más de 6 mil kilómetros de distancia, en Quito. O más lejos todavía, viajando por el mundo gracias al fútbol y su trabajo perseverante de continuar formándose. Es mucho más fácil charlar unos minutos con él, que con más de una figura local de estos tiempos. Una parte de Esquel va con él donde vaya.
Un día normal para el esquelense en tierras ecuatorianas es frenético y tiene mucho de gestión. Cuando conversó con EQSnotas.com, por ejemplo, tenía previstas algunas reuniones porque estaba concentrando con la selección Sub 20 y en plena organización del calendario de ese equipo juvenil y el sub 17. “Mis días pasan así, planificando, notificando clubes, haciendo informes y adelantando trabajo que en realidad es lo que me toca a mí, prevenir y adelantar todo lo que viene para las categorías”, señaló.
Se recibió de director técnico y cuando dejó de jugar al fútbol tuvo algunas experiencias, pero el camino lo llevó a la dirección deportiva: “Me capacité, hice un par de diplomados, hoy soy gerente deportivo y mi trabajo pasa por ese lado, la organización de todo un equipo”. Esto implica “desde lo que necesita un jugador, el técnico, los médicos, los utileros, el tema de cancha, los viajes. También los contactos a nivel internacional organizar partidos amistosos, giras”. “El día mío es bastante intenso porque soy el filtro de muchas cosas y necesidades que tiene un equipo de futbol”, remarcó.
Profeta en tierras ajenas
Hace más de 12 años que Campos vive en Ecuador y va rumbo al noveno en las selecciones nacionales. En este tiempo ha habido diferentes hitos importantes. Uno de ellos es el título en el Sudamericano Sub 20 de 2019, o el tercer puesto ese mismo año en el Mundial de la mencionada categoría.
Otro, ser parte del proceso que llevó a la “Tricolor” a jugar una nueva Copa del Mundo de mayores este año. Será la cuarta en su historia.
“Soy un agradecido, estar acá es como un masterado intenso en la parte deportiva, porque la selección es inmediatez, es todo ya, todo tiene que salir bien. Hay mucha exigencia y la exposición mediática y pública es muy alta porque obviamente es la selección nacional. Trabajar acá te demanda mucho y yo lo disfruto desde ahí porque aprendo. Trato de poner mi granito de arena para que todo salga bien y aparte lo valoro muchísimo porque encima soy extranjero y eso no es fácil”, señaló el dirigente.
Al margen de que se siente como en casa, remarca: “No es fácil conseguir un trabajo como el que yo tengo siendo extranjero y sostenerlo, porque obviamente hay mucha demanda, personas que también están capacitadas y seguramente quisieran estar en mi lugar”. “Yo trato defenderlo día a día desde la honestidad, el trabajo, el sacrificio y la manera de manejar las cosas que siempre son para adelante, ser positivo, resolutivo. Es una manera de devolver lo que el país me da”, relató Claudio.
La salida de Esquel
Claudio Campos se fue de Esquel hace cerca de 30 años. Al día de hoy, lo recuerda como irse “en busca un sueño”.
“Me fui a probar a San Lorenzo cuando estaba en cuarto año de la secundaria. Recuerdo que la primera semana de enero, le pedí permiso a mi papá y mi mamá y me dijeron ‘bueno, andate’. No volví más”. “Por suerte, las cosas se fueron dando y quedé en San Lorenzo. El periplo es muy largo, pero desde aquel momento lo disfruto, trato de dignificar la profesión y desde ahí obviamente transcurrir el día a día”, subrayó.
Nuestros días, donde muchas veces los clubes llegan al sur del país a probar jugadores, no tienen parecido con lo que al actual coordinador de selecciones de Ecuador le tocó atravesar a principios de los 90: “En esa época, teníamos un contacto, una persona que dijo que me podía llevar- recuerda y agrega - un señor que se portó muy bien. Me llevó a la mañana, me pasó a buscar por un lugar donde yo estaba hospedado en Buenos Aires y me dejó ahí con 400 chicos. De todos esos, siempre cuento, que quedamos 4”, narra Claudio.
“Me nombraron a mí y ahí comenzó todo el sueño. Desde el 5 o 6 de enero volví recién el 20 de diciembre a Esquel, estuve todo el año solo. En aquella época no había celulares, no había computadoras, era todo por teléfono o cartas, o sea todo era mucho más difícil. Creo que es parte de la enseñanza de la vida que le tocó a cada uno”, recordó.
Siempre estuvo convencido de lo que quería, aunque en el largo camino debió vivir cosas difíciles, como cuando tuvo que dormir en un Mc’ Donalds, en el año 1993.
“Yo vivía en un lugar en Buenos Aires y hubo un problema. Tuve que irme y no tenía contrato, era juvenil. Pregunté a un par de amigos si podía ir a la casa ese día y ninguno podía, yo no tengo familia en Capital. Esa noche la tuve que pasar en un Mc’ Donalds. Pedí permiso, me pedí un café y pasé la noche. A la mañana siguiente fui con los dos bolsitos que tenía a San Lorenzo y le dije a mi entrenador, Ricardo Calabria, que no tenía donde vivir y que si era así me tenía que volver a Esquel. Me dijo que íbamos a hablar con los dirigentes y a partir de ese momento me dieron la pensión. San Lorenzo me dio absolutamente todo para vivir, para comer y para desarrollarme. Esa noche de no tener dónde dormir seguramente fue una bisagra para el resto de mi vida”.
En esos momentos complicados, siempre hay un sostén fundamental para Claudio Campos: su familia.
Reconoce como un factor clave en su modo de afrontar las adversidades “el trato que me dieron mis padres, que me decían acá estamos, dale que nosotros estamos para apoyarte, estamos para lo que necesites”. “Siempre tuve el apoyo familiar, el apoyo de gente amiga en los momentos difíciles. Así fueron pasando los momentos malos, los tragos amargos, pero fueron una enseñanza que me hizo más fuerte”, resaltó.
“Siempre digo que el sostén mío fue mi familia, fueron mis viejos, mis hermanos y ahora mis hijos, o sea son las personas que me movilizan a tratar de dejar siempre el nombre en alto, nuestra familia, el nombre de la ciudad, mis amigos. Trato siempre de representar a todos los que están ilusionados, los que por ahí preguntan por mi o están atentos a lo que hago”, agregó.
Esquelense nacido en Argentina
No hay tiempo ni Mundial de fútbol que pueda remover del corazón de Claudio Campos el sentido de pertenencia que tiene por Esquel.
La vida y los sueños por cumplir lo alejaron físicamente, pero no desde lo afectivo: “Siempre digo que primero soy esquelense y después soy argentino. No soy argentino nacido en Esquel, soy esquelense nacido en Argentina”. “Lo siento así, recuerdo muchísimo mi infancia, mi adolescencia, lo que me tocó vivir, lo bien que la pasé, lo que me representa la ciudad. Me encanta ver crecer a Esquel, me encanta ver jugadores de futbol, de tenis, de básquet, esquiadores, los apoyo, los sigo, es como que soy muy hincha de la ciudad y estoy muy pendiente de lo que pasa en el día a día”, contó el dirigente deportivo.
Campos recuerda su infancia “jugando a la pelota en la canchita del barrio”. “Caminar por las calles, la tranquilidad que hay, seguramente creció mucho y ha cambiado todo, pero siento paz cuando hablo de Esquel”, reveló.
“El otro día vi una foto y me acordé la canchita del barrio, la de la escuela, y después pude jugar en estadios en Europa, mundialistas, jugué cosas importantes. Todo esto me lleva a reflexionar. Me queda la sensación de haber dado todo y haber cumplido el sueño mío, de la gente que me quiere, de quienes me acompañaron siempre”, compartió con plena honestidad.
Las expectativas para Qatar
Ser parte del proceso que llevó a la selección ecuatoriana a un nuevo mundial de fútbol es un dato a destacar en el currículum deportivo.
“Es mi trabajo, pero lo disfruto porque sé que hay gente pendiente, mi familia y bueno toda la gente que ha estado siempre, es como un regalito que uno les da a la distancia. Muy orgulloso y contento de haber sido parte de un logro tan importante para este hermoso país”.
El camino de Ecuador en la Copa del Mundo comienza ante el local, Qatar, el domingo 20 de noviembre a las 13 horas de Argentina; continuará el viernes 25 a la misma hora cuando enfrente a Países Bajos y cerrará la fase de grupos el martes 29 desde las 12, frente a Senegal. Si consigue estar entre los 2 primeros de su zona, comenzará diciembre en tierras qataríes jugando los octavos de final del certamen futbolístico más importante.
“Me imagino con una adrenalina inmensa. Con la ilusión de hacer algo lindo y, soy muy sincero, yo siempre lo resumo a todo esto a lo hermoso que es estar cuando tocan el himno nacional. No soy ecuatoriano, pero cuando tocan el himno, algo me pasa, una sensación muy linda. Ojalá la pueda volver a sentir en un partido de futbol como va a ser en el mundial”, compartió el coordinador de selecciones.
Ecuador es, después de Esquel, su otro lugar con sentido de pertenencia: “Durante mi carrera me tocó vivir un año acá, dos allá, tres allá, en diferentes países. En Ecuador he tenido la estabilidad después de que me retiré como futbolista. Obviamente es el país que más conozco, mi segunda casa. Mis hijos se han criado acá, así que más allá de lo que diga de Esquel, donde me lleve el fútbol, ojalá que pueda seguir ligado toda mi vida a esto. Ecuador siempre va a tener un lugar de retorno”.