Los números del aumento de la asistencia en el municipio de Esquel son despiadados: 13 mil bolsones de alimentos en 9 meses, desde el inicio de la cuarentena. Cientos de personas abocadas a proveer lo más básico: comida. Antes de la pandemia, se entregaban unos 480 bolsones de alimentos por mes desde Acción Social. Un simple cálculo permite ver que el número se triplicó.

La lucha contra el hambre fue cotidiana a todo nivel. La extensa cuarentena acentuó las necesidades básicas: comida, techo, alimento y trabajo en una provincia que esta lejos de tener resuelta su crítica situación económica y social, con un tejido social degradado. El crecimiento en la asistencia no puede soslayar el cierre de comedores de escuelas o merenderos de los jardines municipales, que inevitablemente derivaron a esas personas a otros espacios públicos o solidarios.

EQSnotas.com dialogó con la responsable del área más demandada y sensible del municipio, Desarrollo Social, que tuvo que sacar toda su artillería para contener situaciones de altísima sensibilidad. "Fue un año muy duro, angustiante por momentos, dinámico y sigue... Hubo veces que no sabíamos de dónde íbamos a sacar recursos -describe Fabiana Vázquez- La situación del atraso de sueldos hizo que muchas familias de clase media-baja lleguen a esta secretaría a golpearnos la puerta -con vergüenza- para anotarse para recibir el bolsón porque no tenían con qué llevar comida a su casa. Fue impresionante la asistencia en alimentos".

Asistencia alimentaria en Esquel

"Esta pandemia igualó a todos, ya no tiene necesidad de alimento solo el vecino que no tiene trabajo y que está en vulnerabilidad social. Comenzamos a entregar alimentos a personas de distintas reparticiones públicas que no cobraban su sueldo. Lo mismo pasó con el trabajador independiente que no pudo desarrollar su actividad. Son personas que a lo mejor tienen su auto, su casa y no llegaban a fin de mes" explica. Lo grave es que el panorama de la asistencia social no será mejor en los primeros meses de 2021 para la gestión de Ongarato, de acuerdo a cómo se proyecta hoy la situación epidemiológica de la cordillera, que inevitablemente seguirá retrayendo la actividad económica.

Los grandes protagonistas fueron los bolsones de comida o refuerzos alimentarios. Personal del Ejército brindó y sigue brindando su apoyo al municipio para el armado, la logística o la administración. El refuerzo es un bolsón con unos trece productos -en general secos- para las familias. Pero es un paliativo.

"Nosotros sabemos que las familias que reciben bolsones también van a los comedores, porque por más esfuerzo que hagamos no llegan con lo que les damos" reconoce Fabiana. "El número de familias que se asisten va variando, pero creció muchísimo. En un principio eran aquellas más necesitadas que no contaban con planes sociales. Pero este año hay muchas personas que vinieron a pedir por primera vez porque su situación económica no daba para más. En este momento queremos cuidar un poco más al vecino, por respeto a su situación y estamos cambiando la modalidad de entrega para que no vengan hasta acá" detalló Vázquez.

En el medio de la contingencia por COVID, Vázquez describió otras situaciones no tan típicas: "tuvimos temporales de viento en febrero y un invierno especialmente crudo, de lluvia y nieve que dejó a muchas familias damnificadas con pérdidas importantes. Llegar con el plan calor a familias alejadas como las del Río Percy o Nahuel Pan en esas condiciones se logró con mucho esfuerzo. Se asistió con leña a unas 760 familias. "Por otra parte tuvimos gran cantidad de viviendas incendiadas a las que hubo que asistir. Y en el medio, con la pandemia es nuestra área la que asistió a los aislados por ser contacto estrecho o COVID positivos. Solo entre noviembre y diciembre asistimos a 2157 viajeros en aislamiento" enumera.

"Todo esta pandemia se pudo paliar con fondos municipales regulares, y es algo para destacar. Tuvimos donaciones grandes de supermercados o a través de campañas solidarias. Tuvimos una única donación del ministerio de Familia con la que se hicieron 400 refuerzos y ahora se consiguieron los fondos de Nación para la compra de alimentos que gestionó para nosotros el diputado Igon, por 9 millones" detalló Vázquez.

No solo asistencia

La secretaría debe velar por el desarrollo social de los más vulnerables: niños, adolescentes, mujeres y adultos mayores, como también personas con discapacidad. En la pandemia, las situaciones límite como falta de comida, vivienda o trabajo, violencia familiar u otras se pudo contener comprometiendo a todo el personal, aunando esfuerzos con otras secretarías menos demandadas y principalmente gracias al apoyo constante de instituciones como el Ejército, Cáritas, ex combatientes de Malvinas, sedes vecinales, iglesias y vecinos solidarios.

El área tiene más de 200 empleados que se desempeñan en las distintas direcciones. Dependen de Desarrollo Social los hogares y refugios como El Abrigo, para adicciones o Cumelcan, para mujeres víctimas de violencia familiar; el centro de día para Personas con Discapacidad; el Centro de Asistencia Infantil; los jardines municipales; las casas tuteladas, el Servicio de Protección de Derechos, la Oficina de Género y Diversidad y la Dirección de Empleo. "Es muy amplia la labor de esta secretaría, y muchos piensan que estamos para entregar un bolsón de comida. Pero nosotros estamos pensando todo el año cómo mejorar la calidad de vida de las personas y hay pequeños logros de los que estamos orgullosos".

Asistencia de alimentos en Esquel

"Este año hemos presentado más de cien proyectos relacionados con capacitaciones en modalidad presencial y virtual, entrenamientos laborales para jóvenes; programas de autocultivo como el que se realizó con apoyo del INTA, como también la entrega de microcréditos para mejoras habitacionales y microfinanzas para emprendimientos" explica Vázquez. Una de las iniciativas que llevó a un cambio de mentalidad en las familias es el autocultivo de alimentos que se realiza con apoyo técnico del INTA. "Las familias se motivaron mucho y hoy están produciendo además de papa, verduras de hoja, remolacha, zanahoria y replican en sus hogares esos invernáculos. Esas personas ya sueñan con tener su puesto de verduras. Esperamos contagiar a más personas y que pueda ampliarse".

La oferta y la necesidad de trabajo se canalizan a través de la oficina de empleo de Esquel que también responde a Desarrollo Social. Vázquez tiene planeado un censo para actualizar la situación social y económica de las familias de Esquel, que todavía no pudo implementar. Hasta el momento se nutre de los distintos relevamientos con ayuda de sedes vecinales y cruce de datos con las trabajadoras de salud en terreno, entre otros, para ir obteniendo un panorama general. A partir de allí, comienzan a gestionarse diferentes capacitaciones en oficios y programas de incentivo.

"Desde Empleo estos años lo que se estuvo viendo es la migración de mucha gente de campos vecinos que llegan a Esquel buscando oportunidades de trabajo o mejor estabilidad económica y quedan dando vueltas porque no los encuentran. Esquel es punto de referencia de toda la comarca en este sentido. También hemos tenido personas de otras provincias que llegan buscando trabajo y quedan en situación de calle -señala Fabiana. Por otra parte, hay demanda de oficios específicos relacionados con la producción o construcción. "Por ejemplo hay muchos albañiles, pero a lo mejor personas con conocimiento de instalaciones más nuevas como calderas u otro tipo de calefacción no hay. Lo que se intenta es brindar esas herramientas a través de la formación y los cursos. Por ejemplo fue lindo saber que cuando estaban terminando el curso de construcción en seco, había personas que ya tenían trabajo. Esas son las oportunidades que buscamos para los vecinos".

Entre los proyectos que están contemplados para el 2021, hay dos que Vázquez sueña con concretar antes del fin de la gestión, destinados a personas en situación de calle y adultos mayores. Mirá:

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