“Mono” Juárez: el recuerdo desde Esquel al Luna Park
El boxeador se ganó el cariño de los esquelenses que vibraron con sus actuaciones. Hoy a la distancia recuerda a los amigos del deporte. #EntrevistaEQS
Cuando el púgil nacido en Morteros, Córdoba, tomó la decisión de radicarse en Esquel nunca imaginó que encontraría en nuestra ciudad el reconocimiento de toda una comunidad que lo alentaba en cada una de las peleas que se realizaron en el "viejo" Gimnasio Municipal "León Camilo Catena".
Es un referente del boxeo de nuestra ciudad, pero para quienes todavía no peinan canas les contamos que debutó como profesional en la catedral del box, el Luna Park, el 16 de julio de 1977 con una victoria sobre Guillermo Acevedo.
En Esquel realizó su primer combate el 13 de abril de 1982 venciendo Osvaldo Barreda y el 23 de junio de 1986 enfrentó a Miguel "Puma" Arroyo por el título Argentino de la categoría Medio Mediano donde cayó derrotado.
Su última pelea la realizó el 10 de septiembre de 1988 enfrentando a un joven que venía en alza y que luego fue campeón del mundo, Jorge Fernando "Locomotora" Castro, y a lo largo de su extensa carrera peleó con grandes boxeadores como Marcelo di Croce, Mario Mathysse, Julio César "Zurdo" Vásquez, Hugo Luero, Héctor "Pajarito" Hernández, Alfredo Lucero, Oscar Sallago, entre otros.
Fue el primer ganador en el año 85 del premio "Mario Serrano" que otorgaba el Círculo de Periodistas Deportivos de nuestra ciudad y que hoy se denomina "Antolín Mayor".
Llegó a Esquel en 1988 y según recuerda los chicos que estaban haciendo boxeo eran Fernando Villivar, "Torito" Morales, Juan Quintrel, Juan Melín. "Yo venía de entrenar en el Luna Park donde llegué luego de hacer 55 peleas como amateur en Morteros. Me ofrecen la posibilidad de irme a radicar a Buenos Aires cosa que acepto y en el año 82 el Sr. Gregorio Alonso me ve y me ofrece para que vaya a Esquel. Vine, me gustó mucho y me quedé por siete años viviendo. Regresé por un problema de salud de mi mamá a Morteros donde actualmente vivo" relata.
Más tarde destaca que "Llegar a pelear por el título argentino fue bastante difícil ya que en mi inicio siempre tenía que pelear de visitante por lo que había que pelear también contra la localía. Eso cambió cuando me fui a Esquel, en esos años siempre se hablaba que el local tenía uno o dos puntos a favor. Tengo muchos recortes que mi esposa Margarita me guardó de cuando estuve en Esquel y cada tanto los miro", recuerda con nostalgia el deportista.
Los años 70 y 80 fueron décadas de excelentes boxeadores y recordó que "cuando fui a Esquel estuve muchos años en el ranking nacional pero para pelear por el título tenías que estar entre los tres primeros, hasta que logro ubicarme en el ranking gracias al récord que tenía y pudo pelear por el título con el "Puma" Arroyo".
En nuestra ciudad conoce a una figura que luego se convertiría en su amigo: el "Negro" Sosa a quien reconoce como el que le abrió las puertas de su casa: "fue muy importante para mi carrera porque lo primero que encontré fue un amigo. En seguida nos abrió las puertas de su casa, además me ayudaba mucho para entrenar o para guantear porque cuando no tenía con quien practicar, "el Negro" se ponía los guantes y me ayudaba a entrenar por algunos rounds". Mas tarde agrega "mi señora me decía que las mejores peleas que hacía era cuando trabajaba con Sosa" De todas maneras reconoce el acompañamiento y la ayuda de otros amigos de Esquel como Oscar Huentequeo y "El Negrito" Ponce".
"Esquel para mi es el lugar donde me consolidé como persona, como deportista y con mi familia. Aprendí muchas cosas de la gente y gracias al respeto de todos me pude mantener como boxeador profesional porque eran años muy difíciles cuando me radiqué allá. Mi esposa me decía "acá si venís y te vas a quedar, tenés que entrenar y cuidarte el doble". La gente reconocía el esfuerzo que yo ponía, lo que mejor puse fue buena voluntad y muchas ganas es por eso que la gente me quería y todavía mantengo el cariño de muchos que gracias a Dios no se rompió el lazo que me une. Por eso Esquel es mi lugar" dice el "Mono" con voz quebrada por la emoción.
Tuvo la suerte de entrenar, en la Escudería de Cuello, con su ídolo Víctor Emilio Galíndez pero también nombra a Carlos Monzón "en esa época habías muchos boxeadores de renombre y tuve la suerte de tener a muchos de compañeros en el Luna Park , eran el espejo que tenía".
Recuerda a Héctor Palleres quien hace poco nos dejó físicamente "lo conocí en una fiesta del deporte en el 92, lo que fue una gran alegría para mí, para mi familia, para mi señora volver a Esquel, ahí lo pude tratar a Héctor".
El "Mono" que se supo ganar el corazón de los esquelenses, deja un mensaje a los jóvenes que se inician en el boxeo "lo fundamental para practicar boxeo es que te guste, tener mucho respeto hacia tu persona, hacia el deporte. Así la gente te va a reconocer: si los hacés con respeto. El boxeo es un deporte completo, porque además de lo físico te hace trabajar mucho la cabeza, te hace pensar mucho. Esquel es un lugar muy noble en cuestiones de apoyar a su gente, a sus deportistas, porque aunque pase el tiempo, lo que uno deja se puede llegar a cosechar en cosas como esta nota. Voy a estar agradecido siempre".