Valle Andino: pasión, estilo de vida y un sabor único
En una nueva entrega de #EmprenderEQS conocemos la producción de miel pura más grande la provincia de la mano de su apasionado impulsor, Carlos Juan.
Por María LLoyd
Traducir en la experiencia de un sabor la tierra en la que se origina, es todo un arte de humildad, es dejar a la naturaleza hacer parte del trabajo. La vegetación de la Patagonia, el clima y las abejas que llevan y traen el néctar de las flores, da a la miel de Valle Andino Establecimiento Apícola un gusto que puede ser diverso dependiendo de las características de la temporada, pero que definitivamente refleja el amor y el respeto que el Ingeniero Agrónomo Carlos Juan, le tiene a la naturaleza.
Un frasco de miel Valle Andino puede ser toda una sorpresa. Tiene un gusto intenso y persistente, al menos en el caso de su miel tipo Valle que sale de los apiarios que tiene el emprendimiento en el Valle 31 de Octubre. También ofrecen miel tipo Meseta, más clara y suave, originaria de Gualjaina. El dorado esconde un tesoro natural, cada frasco es todo un descubrimiento de una miel pura que, dependiendo del barril, puede variar de gusto. Nadie sabe con lo que se va a encontrar pero Valle Andino seguro es calidad. La sorpresa está en una leve diferencia de sabor que se debe a que ese año hubo menos lluvias, o que las flores salieron antes, o hubo muchos días de calor.
Valle Andino es un emprendimiento familiar que comenzó en 1991 en Ingeniero White. En 2009 se asentaron en Esquel y se convirtieron en el único establecimiento en la zona que tiene 1100 colmenas y dedicación exclusiva a la producción. Cuentan con 31 apiarios distribuidos sobre el Valle 16 de Octubre y Gualjaina y realizan la extracción y el fraccionado en la sala municipal del Centro de Apoyo a la Producción de Esquel y la Comarca.
#EnVideoEQS te mostramos una parte del Establecimiento Apícola Valle Andino, a pocos kilómetros de Esquel por la ruta a Trevelin.
Ficha de Valle Andino Establecimiento Apícola
Emprendedores: Carlos Juan y Huenú Mastronardi
Descripción: Producción de miel artesanal sin conservantes de 31 apiarios ubicados en el Valle 31 de Octubre y Gualjaina. Son el establecimiento más grande de Chubut.
Antigüedad: 27 años.
FB: @Valle Andino Establecimiento Apícola
Cumplir un sueño familiar
"Lo empezamos con mi padre en el 91 en su patio. Arrancamos con una colmena soñando vivir de la actividad. Lo cumplimos, el 100% de mis ingresos son de la actividad apícola", cuenta Carlos con gran orgullo.
Hoy tienen 1100 colmenas distribuidas en campos del Valle 31 de Octubre y Gualjaina y son el establecimiento apícola más grande de la provincia. "Logramos hacer una miel diferenciada, tanto en el color como en el sabor, por lo que estamos explorando nuevas zonas. Siempre tratamos de tener bastantes productos en diferentes envases y tamaños", cuenta Carlos y agrega: "Vamos a empezar a vender un tamaño mayor a 1 kilo porque hay gente que consume mucha miel".
La curiosidad abre caminos
"Tengo un primo que tiene una carpintería y empecé a armar materiales con él. Para producir miel necesitás una gran cantidad de cajones y eso me fue llevando a meterme en la actividad". De pronto Juan estaba aprendiendo sobre cómo se comunica la abeja, cómo vive, cómo se diferencian las tareas. Todo eso lo aprendió en Bahía Blanca, su ciudad natal, un lugar más árido pero que es el núcleo de la producción a nivel nacional: "Acá es distinto. Me vine hace 9 años y el clima es complejo, tiene inviernos muy duros y veranos muy secos, lo cual condiciona bastante la producción".
Valle Andino es el que mayor cantidad de miel produce en Chubut y lo hace de manera artesanal: Carlos construye desde las cajas para las colmenas y hasta el envasado de los frascos. "Es un trabajo sistemático pero variado durante el año. Ahora por ejemplo estamos revisando las reservas y en noviembre ya hay flores como para que comience la actividad. En esa época se suman las colmenas y en diciembre empezamos a controlar la cosecha", cuenta el Ingeniero.
Juan es también presidente de la Asociación de Apicultores Comarca Los Alerces que nuclea a alrededor de 20 productores de la región y cuenta que cada vez hay más interesados en ingresar. "Ahora voy a dar un taller de formación y explicamos las particularidades de la región en cuanto a clima, pestes, procesos", y es que nada se puede hacer sólo si se quiere calidad: "Por ejemplo nosotros trabajamos coordinadamente para mantener los procesos. Curamos las abejas en la misma época y las mantenemos con buena salud".
Carlos también construye, limpia los cuadros y cuida las abejas. Toda una pasión y dedicación para lograr vivir de la apicultura, tarea nada fácil: cuando se mudó a Esquel se le murieron la mitad de las colmenas.
Oportunicrisis: La distancia y el clima
Luego de la mudanza, para poder sobrellevar el momento empezó a dar clases: "Hace dos años que logré mantenerme del proyecto. El salto más importante fue dejar de producir a granel y le di visibilidad al producto a través de una marca, que es Valle Andino".
Además del clima, que genera una alta mortandad de colmenas en invierno, las distancias con los grandes proveedores genera costos difíciles de sobrellevar y vender a granel le dejaba excedentes. Allí fue cuando decidió comenzar a comercializar fraccionado: "Lo hacemos a través de comercios de la región y Huenú fue la que me impulsó a tomar la decisión para que me identifiquen".
Huenú Mastronardi es la otra emprendedora de Valle Andino y juntos llevan adelante el trabajo y se sustentan de él. "Tenemos que coordinar lo logístico. Viajo una vez al año a comprar los insumos para poder mantener los costos. En su momento tuvimos un crédito Crecer del Ministerio de Producción de Chubut que me permitió comprar la maquinaria para hacer las cajas".
El sueño continúa cambiando...
Valle Andino tiene el material, tiene el espacio y busca el equilibrio para aumentar el número de colmenas a 1500. Para eso deberá esperar dos temporadas así no disminuye la producción. Hoy la marca está en crecimiento y produce 15 mil kilos por año de los cuáles vende 10: "Hoy trabajamos a un ritmo constante, mantenemos un proceso natural con una producción intensiva", relata Juan.
Actualmente venden fraccionado a un distribuidor local, a otro de El Bolsón y luego a través de Facebook. Una vez que la marca termine de asentar la identificación, comenzarán a diversificar: "Hicimos una prueba de polen, cera virgen para cosmética y estamos viendo de hacer ceras para carpinteros, para pisos. Todo en prueba".
Recientemente adquirieron un terreno para armar, en un futuro, un establecimiento agro turístico en Trevelin.
El único camino para emprender: la pasión
"A cualquier emprendedor le sugiero que antes de invertir asesorarse por los que están en el rubro. Después hay que ser consciente de hacer lo que a uno le gusta, no por dinero, eso viene después. Las inversiones en esto son a largo plazo y llevan tiempo y mucho esfuerzo y no hay otra manera de sostener todo eso si no es con pasión", dice Carlos.
"Lo peor que te puede pasar es andar sin un mango aunque se trabaje mucho y cuesta sostenerse, te lo replanteas constantemente. Por eso lo mejor es hacer lo que te gusta, ese es mi caso, me encanta andar en el campo, estar afuera, trabajar en el galpón", relata.
"Ser apicultor, es para mí un estilo de vida. Andar por el campo me encanta. La época que más disfruto es cuando abro miro y colmena por colmena, la reina y las abejas están creciendo, haciendo enjambres. Me encanta, aunque a veces me piquen", dice Juan sonriendo. Una gran metáfora de emprender.
Imágenes y video: Cordillera Creativa.