Al grito de "Justicia por Ana", vecinos, familiares y autoridades se reunieron para la inauguración del puente que lleva su nombre, ubicado en el Barrio Lennart Englund, en la intersección de las calles Costanera y Brown. 

El emotivo acto no solo marcó un homenaje a la memoria de Ana Alicia Calfín, sino también un recordatorio del flagelo de la violencia de género. 

La estructura se encuentra a pocos metros del lugar donde, en agosto de 2023, Ana fue víctima de un presunto femicidio que aún sigue en investigación.

Con una mezcla de dolor y fortaleza, la familia y amigas de Ana tomaron la palabra para recordar su vida y exigir justicia. “Su vida fue arrebatada por su pareja de una manera muy cruel. Esta inauguración destaca que nadie puede matar en nombre del amor. No queremos que esto quede impune ni que sea un número más en la estadística. Nadie tiene derecho a decidir sobre nuestras vidas”, expresaron entre lágrimas.

El caso de Ana Calfín: una herida abierta

Ana Alicia Calfín falleció el 18 de agosto de 2023 tras agonizar doce días por las graves quemaduras sufridas. Según la investigación de la Fiscalía, el 6 de agosto anterior, en su domicilio del Barrio Lennart Englund, una discusión con su pareja habría desencadenado un hecho trágico. La relación, según los fiscales, era asimétrica y marcada por la violencia de género.

El imputado habría provocado el incendio que consumió la vida de Ana, intentando luego presentar el hecho como un accidente doméstico. Sin embargo, las pruebas recolectadas refutan esta versión y sostienen la hipótesis de un femicidio. 

Homenaje a Ana Calfin en Lennart Englund

Actualmente, el acusado se encuentra bajo arresto domiciliario, y se espera que el juicio oral y público se realice en 2025.

Un puente que busca trascender el dolor

La imposición del nombre al puente no es solo un homenaje a Ana, sino también un símbolo de lucha contra la violencia de género en la comunidad. Con esta acción, se busca visibilizar la tragedia que vivió y generar conciencia para que no haya más mujeres víctimas de relaciones violentas. Durante el acto, el público reiteró su pedido de justicia con carteles y pañuelos violetas, uniendo sus voces en un reclamo que resuena más allá del barrio.

“Ana era una mujer trabajadora, una amiga y una madre. Su ausencia duele, pero hoy levantamos su nombre en alto para que nunca olvidemos lo que sucedió, y para que sigamos exigiendo un cambio profundo como sociedad”, expresó uno de los oradores del evento.